Saturday, December 01, 2007

AL BORDE DE LO MEDIOCRE

AL BORDE DE LO MEDIOCRE
2007-11-30.
Hugo Araña, Bibliotecario y Periodista Independiente, Corresponsal en la
isla de Misceláneas de Cuba

Vivimos desgraciadamente en el boom de las diatribas. Nadie se salva de
ellas. La intoxicación por el uso de esa expresión parece coronar y
reinar en y por boca de las personalidades políticas del momento,
convirtiéndolo todo en blanco y negro sin los correspondientes matices.

Diatriba equivale en cierta forma a insulto. Y con el insulto lo que
logramos es poner al rojo vivo una situación que quizás con un poco de
diálogo pudiese disminuir una tensión surgida por equis asunto.
Ya es reconocido que el socialismo o el comunismo y todas sus variantes
posibles, volvió a plantar sus banderas en el ámbito internacional,
después que se creyó muerto para siempre.

Por lo tanto, a manera de una contraparte, el anticomunismo ahora tomó
más fuerza. Ambas tendencias políticas vuelven a enfrentarse en el
clásico pugilato. Usted o aquél puede asumir una de las dos posiciones
netamente irreconciliables. ¡Ah! pero que usted o aquél tilde de
fascista al otro, suena a pecado mayor, o a un extremismo demasiado
extremista.

El vocablo fascista es oneroso y despiadado. Máxime que nos trae a la
memoria los fatídicos años 30 y 40, en que la humanidad se vio en una
contienda bélica, cuyas secuelas, hoy todavía no han podido borrarse.

Cada cual lucha por sus ideales. Y cada cual puede expresar en el
momento oportuno lo que le parece conveniente. Eso sí, sin ofender.
Porque llegado el caso, hasta la misma ofensa encierra sus matices. Por
eso, considero que es inapropiado y bastante ofensivo que el presidente
venezolano Hugo Chávez tilde a todo aquel que no comulgue con sus
ideales, lo catalogue de fascista, como lo hizo al referirse a José
Maria Aznar.

Y que conste, el que escribe este comentario no siente ninguna
admiración por el político antes mencionado. Ni tampoco para despejar
cualquier duda con Chávez.

Caer en la ofensa no es nada saludable. Y a ningún camino puede
conducir. Lo que hace, motiva y enciende, es que ya, en cualquier evento
regional o de otra extensión, uno oye palabras bastantes distantes de
la moderación, como si en vez de ver y oír a un líder defender su
posición, lo que recibe es una serie de insultos propios que provocan la
mueca del asco.

La diatriba está a la orden del día y muy poco puede esperarse de ella.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=12832

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