Pagando la salud gratuita
Ante el deterioro de los servicios estatales, gana terreno la
estomatología 'por la izquierda' y la autoprivatización médica.
Federico Fornés, La Habana
miércoles 28 de noviembre de 2007 6:00:00
Constantino B. estuvo once años deglutiendo con las encías. Cuando ya
había olvidado para qué servían los dientes, le llegó el turno para la
prótesis en su policlínica. Pagó 40 pesos, menos de 2 convertibles
(CUC), y se fue para su casa en busca "de algo duro en qué meter el
diente". Regresó al taller más de cinco veces para limar las asperezas.
Su vecino, Eladio L., esperó un par de meses para igual resultado. No
tuvo suerte, sino dinero.
Con 80 CUC , seis veces y media el salario promedio en la Isla,
consiguió que la misma policlínica le entregará una pulida dentadura
postiza, que sólo tuvo que ser retocada una vez. El mismo odontólogo que
le extrajo las piezas, se ocupó de todo y hasta le entregó una tarjeta
de presentación para eventuales clientes.
"Y tengo material de primera", dice ufano Eladio, mientras enseña una
perfecta alineación dentaria.
El caso de los vecinos necesitados de lo mismo, pero con distintas
chequeras, sólo deja de ser patético si se acude a la cínica resignación
con que tradicionalmente los cubanos sobrellevan la vida cotidiana, y es
un dato a favor de la autoprivatización de los servicios médicos a
contrapelo de los códigos oficiales.
Retórica versus realidades
Un informe presentado ante el último pleno del Comité Nacional del
Sindicato de la Salud "urge a rescatar la ética y los valores de la
medicina revolucionarias que siempre ha distinguido", según la entidad
progubernamental, a estos trabajadores "aun en las condiciones más
difíciles".
El propio ministro de Salud, el doctor José Ramón Balaguer, hizo un
llamamiento para que la conducta de cada empleado del sector "sea una
fuerza moral sólida".
La práctica de sobornos al personal médico ha llegado tan lejos que la
cotidianeidad ha santificado las tarifas.
Así, extraer una pieza dental fuera de turno —sólo se entregan unos
pocos en la mañana— cuesta 1 CUC. Si las cosas se ponen difíciles,
entonces podrán ser 2 CUC. Fuera de consulta, un empaste con amalgama
ronda los 2 ó 3 CUC, depende si se trata de un diente o un molar y de la
envergadura del trabajo. El salario promedio es de 12 CUC.
Las implantaciones dentarias, una tecnología casi inédita para los
cubanos y que, según la prensa, se expande hacia otras ciudades del
país, sube la parada: puede llegar hasta los 100 CUC por cada pieza.
En la mayoría de los casos, parte del material ubicado en gabinetes
estatales se "desvía" hacia sillones clandestinos o a clientes con
solvencia.
No son pocos los cubanos residentes en el extranjero, sobre todo en
Estados Unidos, que viajan a la Isla para tales implantes, que
obviamente son más baratos que en clínicas estadounidenses. Aunque
inalcanzables para la mayoría residente aquí.
Esa "estomatología por la izquierda", hundida en un mercado negro que se
expande cósmicamente hacia todos los espacios posibles, medra de las
insuficiencias sempiternas de los servicios sociales, que van desde
falta de personal hasta carencia de insumos y negligencias.
Hace unos meses, todo el material dental entregado a una policlínica del
capitalino barrio del Vedado tuvo que ser echado a la basura al ser
hallado caduco.
La erosión moral, presente en casi todos los servicios con filón
mercantil, hace el resto.
Sin embargo, no todos los dentistas pueden captar ganancias mediante el
trabajo irregular y acuden a iniciativas extraprofesionales.
La doctora XP, quien laboraba en un asilo de ancianos, estuvo años
vendiendo chucherías en los jardines del Teatro Nacional de La Habana,
para "ganar algún dinerito" con el fin de sostener a su hijo, estudiante
entonces de Ingeniería.
Ahora ambos residen ahora en Estados Unidos, la meta de muchos
profesionales de la Isla, vilipendiados por sueldos que apenas les
alcanza para comer la primera quincena de cada mes.
Sólo queda suspirar…
Aunque filtrado de crudeza, la mercantilización de los servicios
estomatológicos llegó a las páginas de la prensa.
Un recorrido por 22 clínicas de seis de las 14 provincias del país
"arrojó deficiencias con los aseguramientos materiales y humanos que,
unidos a otros de tipo organizativo, conducen a incipientes
manifestaciones que afectan la ética que debe primar en el sector",
reveló en octubre el diario oficialista Juventud Rebelde.
En la oriental provincia de Granma, duramente golpeada por inundaciones
recientes, las más terribles desde 1963, se dispone de un estomatólogo
por cada 3.460 habitantes.
"Uno de nuestros especialistas atiende por lo menos ocho consultorios",
reconoció al diario Rolando Morales Soto, jefe del Departamento
Provincial de Estomatología.
En 1990, el sector estomatológico gozaba de un presupuesto de 12
millones de pesos, pero a medida que avanzó la crisis recesiva de esa
década, la chequera se redujo 40 veces.
El mapa estomatológico es bastante desigual, de modo que hacia el
Oriente hay menos disponibilidad de especialistas. Actualmente estudian
la carrera unos 6.000 alumnos.
El déficit se vuelve crítico con el envío de miles de dentistas,
principalmente a Venezuela, para los programas de colaboración con el
Tercer Mundo, que además insuflan réditos políticos para los gobiernos
de izquierda empeñados en la superación de lo que denominan "modelos
neoliberales".
En septiembre pasado, el presidente Hugo Chávez precisó que en Venezuela
hay 30.924 "cooperadores cubanos" en salud, y especificó que 15.552 de
ellos son médicos, 2.975 odontólogos, y los demás enfermeros y técnicos.
En la actualidad hay colaboradores cubanos en más de 70 naciones, la
mayoría pertenecen al sector sanitario; pero también están presentes en
áreas como la agricultura, educación, deportes y construcciones.
La prestación de esos servicios, que el gobierno exhibe equivocadamente
como una muestra del altruismo de la sociedad, es fuente de irritación y
frustración para muchos en la Isla que sufren las consecuencias de un
sistema de salud, por tramos desarbolado, que brinda cobertura esmerada
a naciones extranjeras, mientras que a los propios trata como a
ciudadanos de segunda.
"Cuando ves en la televisión como están equipados los hospitales de
cubanos en Venezuela o Bolivia, sólo te queda suspirar", reconoce una
doctora comunitaria de la ciudad de Matanzas, en cuyo consultorio faltan
las luminarias del techo y el lavamanos está clausurado.
Dirección URL:
http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/pagando-la-salud-gratuita
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