2007-11-29.
Oswaldo Yañez, Periodista Independiente
Ciudad de La Habana, a veintisiete de noviembre del año de la inminente
Libertad para todos los Cubanos. El miedo a que el llamado del Dr. Darsi
Ferrer, para que todos los cubanos se unan el próximo 10 de Diciembre,
en que se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos, a que
desfilen pacíficamente y en silencio contra el Apartheid implantado en
Cuba por la tiranía comunista, ha desatado el pánico entre la
contrainteligencia cubana, que ha dispuesto un operativo en toda la Isla
para impedir la asistencia en masa a la convocatoria, ya que rubricaría
el fin del castrismo, si tuviera éxito.
El llamado del Doctor es muy simple:
"Exhortamos a todas los organismos disidentes, opositores, monitores de
derechos humanos y otros que funcionan en el Archipiélago para que
unidos hagan acto de presencia ese día a las 11 de la mañana, en el
Parque de Calzada entre D y E, para demostrar que el pueblo de Cuba está
dispuesto a salir a la calle para reclamar sus derechos".
La sección 21 de la Dirección General de Contrainteligencia, conocida
por "Enfrentamiento", ha impartido las órdenes oportunas, para que se
extreme la vigilancia en todos los grupos opositores al régimen
castrista, a saber:
1. Organización de un evento que requiera ser cubierto por toda la
prensa internacional, para impedir que esta acceda al parque, en
previsión de que las medidas adoptadas no tengan el efecto deseado.
2. Impartir órdenes a los CDR para que se extremen las vigilancias sobre
los disidentes pacíficos, para que ningún movimiento o visita quede sin
ser reportado a los oficiales de control.
3. Movilizar a los brigadistas necesarios para impedir que los
opositores salgan de sus domicilios el día citado, organizando los actos
de repudio con la violencia que sea necesaria para impedir el movimiento
de los presuntos desafectos.
4. Refuerzo de los controles de acceso a la capital, identificando y
deteniendo a cualquier activista que sea sospechoso de acudir al
llamado. Estos controles se extenderán por todo el país, y serán
irrestrictamente impedido el desplazamiento a todo aquel que no pueda
justificarlo.
5. Poner en alerta a una compañía de las tropas antimotines, para que
esté presta a entrar en acción, si fuera requerida para ello.
6. Establecer un perímetro defensivo de la plaza, controlando que a ella
no pueda acceder ningún disidente pacífico, ni a pie ni en vehículo de
ninguna clase.
7. Toma de la plaza por una Brigada de respuesta rápida, apoyada por
miembros de la DGCI, para poder detener con prontitud y contundencia
cualquier intento de manifestación no autorizada.
8. Control y seguimiento de los extranjeros, tanto periodistas como los
pertenecientes a las disímiles legaciones diplomáticas, para impedir su
llegada a la plaza; para este fin, se apoyaran en la policía de tránsito
para entorpecer su circulación. Si el desplazamiento fuera a pie, se
establecerán las medidas de distracción necesarias, para que los sujetos
no lleguen a su destino.
Estas medidas y alguna más que me reservo, tienen como fin impedir que
el 10 de diciembre se produzca una manifestación a favor de los
inexistentes Derechos Humanos de todos mis compatriotas, más aún, la
inteligencia castrista quiere demostrar que es imposible que haya una
manifestación contra el castrismo.
Ante esta coyuntura, Hermano Aldo, es normal que nadie responda a tu
conteo regresivo, es solo por prevención. El que conteste
afirmativamente, jamás saldrá de su casa; si alguien ha decidido ir,
como a mi me consta, no lo dirá, simplemente lo intentará y espero que
lo consiga.
Es complicado sustraerse al control de la contrainteligencia, pero es
posible. Días antes de la fecha, quien quiera asistir a la misma,
debería pernoctar fuera de su habitual morada para unirse a sus
compañeros en un punto no controlado, y comenzar desde allí, la marcha
hacia la plaza. Aún así, sería muy complicado que llegaran a la misma
antes de ser atacados por los brigadistas, que estarán bien tomados,
como es su costumbre.
En realidad, quien tiene más fácil su asistencia son los extranjeros,
aunque estén controlados. Pero no creo que los periodistas acreditados,
renieguen de la llamada de los castristas para cubrir algún evento
fabricado, ad hoc, para la ocasión. Los diplomáticos tampoco se
atreverán a desafiar al régimen castrista pues, según su lenguaje, solo
conseguirían ser expulsados del país.
La única forma en que la convocatoria podría tener éxito, es si
barriadas enteras se decidieran a marchar sobre la capital. Una masa lo
suficientemente grande como para no ser amedrentada por unos
brigadistas, y a la que se fueran sumando espontáneamente partidarios a
su paso al grito de cambio. Los esbirros castristas pueden dudar, y si
lo hacen un instante, ya será demasiado tarde. Si la bola de nieve
comienza a rodar, nadie será capaz de pararla.
El mayor problema que tiene este llamado, es que es casi desconocido por
la mayoría de los cubanos, por lo que yo animo a que los medios que
emiten desde el extranjero hagan eco del mismocon la mayor amplitud que
sea posible. En Radio y TV Martí, en el programa de Maria Elvira y en el
Diario las Americas, es únicamente donde yo creo posible que se
atreverían a hacerlo, y con ello se garantizaría que, al menos, una
parte significativa de la población se enterara del llamado, y pudiera
pensar si asistir al mismo, o no. Si nadie tiene conocimiento, nadie
asistirá y esto es algo que desde el exilio pueden solucionar, dejando
bien claro, que la protesta será pacífica. Aún así, les acusarán hasta
de haber matado al gallo de Morón, a pesar de que sólo esté sin plumas y
cacareando.
También mis compatriotas que llaman habitualmente a la familia desde la
otra orilla, de uno u otro mar, pueden aportar su granito de arena,
aprovechando que utilizan un lenguaje que es ininteligible para los
oídos del aparato represor. Si hay algo que se ha perfeccionado, es la
manera en que nos comunicamos por teléfono para decir lo que queremos,
sin que se entere nadie más que el interesado. Siendo conscientes, como
somos, de que la llamada está siendo monitoreada por los de siempre.
Espero que consideren que el esfuerzo de recuperar los derechos,
hurtados por el castrismo a todos los cubanos por más de diez lustros,
sea acicate suficiente para que ustedes se decidan a actuar. No es por
mí, no es por el doctor, es por toda una patria que sufre
inenarrablemente los últimos coletazos de una tiranía. Hemos de ser
plenamente conscientes que si los cubanos no damos un paso al frente
para exigir nuestros derechos, la dictadura verde-olivo se perpetuará
con total naturalidad. Sólo nosotros mismos podemos impedirlo.
Propter necessitatem illicitum efficitur licitum.
En caso de necesidad lo que es ilícito se convierte en lícito.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=12815
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