El andamio del comunismo
Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Conocer esa permanente
armazón de andamios que se montan para el mantenimiento de un régimen
comunista (conocidos como estrategias) no es nada difícil. Es de lo que
se nutren los regímenes que se proclaman comunistas desde mucho antes de
su surgimiento.
La historia comienza cuando aquellos que en su conciente o subconsciente
alojan a ese bichito llamado dictador. Ya en el poder, sólo se mantienen
a través de estrategias. Fidel Castro es un buen ejemplo.
La mayor de todas, yo diría que la más importante y original, es la
creada en Cuba para un sistema electoral donde siempre sale electo el
mismo presidente, sin que el pueblo perciba que apenas goza de libertad
para decidirse por otro.
Otra estrategia a tomar en cuenta es el internacionalismo proletario,
cuyo fin es hacer la guerra donde más interese.
Como los regímenes socialistas fracasan económicamente, la estrategia es
culpar al enemigo. También acuden a otras estrategias que de
sofisticadas no tienen nada: enviar médicos, enfermeros y maestros a
otros países, cuando ya no pueden enviar soldados.
Para callar a la oposición armada institucionalizan el pelotón de
fusilamiento o condenan a los opositores a largas condenas en prisión. Y
si surge una oposición pacífica hay otra estrategia: la acusan de
mercenaria al servicio del enemigo, como justificación a las largas
condenas, al destierro o las amenazas.
Todo es estrategia. Por eso se caracterizan los comunistas y en verdad
que se destacan como verdaderos maestros, aunque al final siempre
triunfa la verdad. Posiblemente José Stalin sea el iniciador de estas y
otras historias peores. Lenin no tuvo tiempo. Fidel Castro demasiado.
Como dijera Julio César, "divide y vencerás", y como el fin justifica
los medios, según Maquiavelo, dividida está Cuba, y la guerra emprendida
por el castrismo contra Estados Unidos fracasada totalmente. Se ha
enseñando al cubano descontento que su única opción es marcharse a la
casa del supuesto enemigo, y hacia allá sueña irse una gran parte de
nuestra población.
La razón de ser de un régimen comunista no es mejorar día tras día la
calidad de vida de la población, sino utilizar a los ciudadanos para
mantenerse a toda costa en el poder, algo que sabía bien el Bobo de
Abela en tiempos de la República.
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