Monday, October 22, 2007

Diversión a la cubana

SOCIEDAD
Diversión a la cubana

Amarilis C. Rey, Cuba-Verdad

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Soroa está situada en las
montañas de la Cordillera de los Órganos, en la provincia Pinar del Río.
Por lo exuberante de su vegetación y clima, desde 1930 se convirtió en
centro turístico luego de la muerte de los propietarios del lugar.

Cuentan que a la dueña le gustaban mucho las orquídeas, y que tras su
fallecimiento el esposo se dedicó a cultivar estas plantas en un jardín
que todos conocemos como orquidáceo de Soroa.

Nos fuimos de excursión a aquel sitio encantado. Una amiga que sabía de
mi interés por conocerlo, me avisó. El ómnibus partiría temprano en la
mañana. El precio del viaje era de sesenta y cinco pesos por persona,
sin incluir los alimentos.

Era un mes caluroso, y muchos buscaban la posibilidad de compartir las
vacaciones de verano con los más pequeños de la familia. Aunque el
precio lo consideraban elevado, tampoco se podía dejar pasar la
oportunidad. El transporte hacia los centros turísticos no abunda. Si se
presenta la oportunidad, casi siempre se trata de una gestión particular
del conductor del ómnibus, quien sacrifica su día de descanso, a cambio
de ingresar unos pesos a su economía.

Para ahorrar lo más posible, los excursionistas decidieron cargar con
los alimentos. Además, en el centro turístico hay que pagar en divisas.

En el programa se encontraba una visita a la casa de Polo Montañés,
popular cantante fallecido hace unos años. Su vivienda, convertida en
museo es visitada por los turistas extranjeros. Esa fue la primera
frustración para algunos de los viajeros.

Una vez en el lugar, el chofer anunció: "Para entrar en la casa de Polo
hay que pagar cuatro peso convertibles". El silencio se apoderó de
todos, y continuamos el viaje.

En Soroa, la naturaleza nos regala una placentera sensación de libertad.
Después de visitar el orquidáceo, que a la mayoría pareció poco cuidado,
cada quien cargó sus bolsos con comida y agua, y sin preguntar, se
fueron por el camino del río, no sin antes desembolsar diez pesos para
bajar mas de ciento cincuenta escalones construidos con las piedras del
lugar.

Por aquel rumbo se llega a una cascada donde parecía nacer toda la
belleza de aquel sitio. Los viajeros se divertían atravesando las aguas
del río, de piedra en piedra, entre caídas y levantadas. Salpicados por
la altura del agua al caer, sentados sobre los troncos de los árboles y
las piedras, nadie recordó que a la entrada de aquel centro turístico
existe una piscina con mesas alrededor. La entrada cuesta diez pesos en
moneda convertible la mayoría no podían pagar.

Un residente de la zona exhibía un pequeño cocodrilo, e incitaba a que
se tomaran fotos junto al animal. "A los extranjeros les cobro de cinco
a diez dólares por prestarles el animal para retratarse, pero a los
cubanos no les cobro" -nos dijo el hombre, quien afirmó poseer varias
mascotas para su negocio.

Para algunos Soroa fue una decepción. Pensaban encontrar un sitio más
atendido por las autoridades. Otros se quejaron del apartheid turístico:
si no hay dólares, no hay nada que hacer.

Para la mayoría fue una experiencia extraordinaria, un modo saludable de
divertirnos, a lo cubano.

http://www.cubanet.org/CNews/y07/oct07/22a7.htm

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