2007-09-22. Diario de América, 21/9/2007, www.diariodeamerica.com
Las palabras de ayer de la Sra. Trinidad Jiménez, Secretaria de Estado
para Latinoamérica, aconsejando dar un poco de tiempo a la dictadura
cubana tras el traspaso de poder al hermano menor de los Castro es algo
comprensible desde el punto de vista del socialismo español.
La paciencia del Gobierno de España, para ayudar a encausar hacia la
democracia a regímenes como el cubano, que no respetan los derechos
humanos más elementales, puede que sea apreciable por algunos,
evidentemente para los que sufren el rigor del presidio político dentro
de las cárceles no lo creo. Si además, la palabra socialismo les hermana
-salvando las diferencias- como es el caso, podemos estar seguros que
será una paciencia eterna.
Pese a que Trinidad niegue retóricamente una y otra vez que la actitud
del Gobierno que representa no es de protección a los empresarios
españoles, que invierten gracias a los privilegios que le otorga el
único dueño y señor de la isla, los hechos le desmienten. Abandonar o
evitar a los disidentes y opositores cubanos para no incomodar a la
tiranía no puede perseguir otra cosa que la defensa de intereses espurios.
El Gobierno español promueve y práctica el llevar al ostracismo en
España -también lo intenta en el ámbito europeo- a los que arriesgando
sus vidas se oponen pacíficamente a este tipo de dictaduras que se
autodenominan socialistas y de izquierdas.
Precisamente ayer hubo una importante conferencia en el Club
Internacional de Prensa del portavoz de un destacado grupo de jóvenes
venezolanos. El dirigente estudiantil, Andrés Ayala, estuvo arropado y
respaldado por representantes de diversos partidos políticos españoles,
pero como era de suponer, y pese ha habérsele cursado invitación, no
hubo ninguna representación del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Con actitudes como esas, que lo único que hacen es matizar el respaldo
absoluto a regímenes totalitarios como el del Sr. Chávez no es de
extrañar que España tenga cada día menos relevancia a nivel
internacional, al menos dentro de los países que se rigen por principios
democráticos.
La empatía que existe entre un Zapatero, un Chávez y cualquiera de los
Castro tiene causa ideológica. Entre Venezuela y Cuba el vínculo
ideológico no hay que probarlo, es un axioma, la versión radical del
socialismo que practican les permite la eternidad en el poder. El que
destaquen palabras comunes entre ellos como socialismo, izquierda,
etc., no es casualidad.
Todos ellos cantan una misma "canción de cuna" que los vincula más aún.
Es una cancioncilla que cantan levantando el puño izquierdo y que llaman
La Internacional. Les hace sentirse en familia. Da igual que uno de
ellos asesine, encarcele o ampare el terrorismo, el otro se encargará de
tapárselo u otro pedirá "paciencia", que ya se enmendará el hermano.
Cuba y Venezuela son dos países donde sus pueblos sufren las
consecuencias de la ideología socialista impuesta. Padecen la versión
tiránica, la que provoca aparte de miseria, muertes y asesinatos. Pero
la España actual comparte con ellos rasgos comunes. Ya se imponen
asignaturas para adoctrinar a los jóvenes, se adelantan promesas de
disfrute de una vivienda, irracionales desde el punto de vista
económico, pero agradables y valiosas para engatusar a efectos electorales.
Y así muchos más ejemplos que confirman lo que dijo Churchill cuando
aseguró: "El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo a la
ignorancia y la prédica a la envidia. Su virtud inherente es la
distribución igualitaria de la miseria". Cómo no va el Gobierno
socialista de Zapatero a apoyar, por activa o por pasiva a las
dictaduras totalitarias de América. Distribuir y dejar constancia de la
miseria moral que se padece es para estos socialistas una virtud. El
estadista inglés tenía razón.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=11732
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