Monday, August 13, 2007

TOTALITARISMO CON ROSTRO DE MUJER?

¿TOTALITARISMO CON ROSTRO DE MUJER?
2007-08-12.
Osvaldo Alfonso Valdés, Ex Prisionero de Conciencia de la Causa de los
75 y Analista Político de Misceláneas de Cuba

Definitivamente en Cuba la cúpula del poder cada vez se perfila más
abiertamente como toda una monarquía hereditaria. El primer acto de
traspaso de poder por herencia ya sucedió un año atrás, cuando el
dictador Fidel Castro delegó sus poderes plenos sobre su hermano Raúl y
un equipo de gobierno, que si al menos se respetase en la isla la
estructura gubernamental que formalmente existe, resultaría por tanto
totalmente inconstitucional.

Ahora, en los últimos meses, hemos podido leer en la prensa, en
reiteradas ocasiones, a Mariela Castro Espín, la hija del actual
dictador designado, haciendo declaraciones netamente políticas, que se
apartan totalmente de sus funciones que en realidad no tienen categoría
siquiera de un vice ministerio. Castro Espín ha hablado de la política
interna, del estilo de gobierno de su padre, de la salud de su tío
siendo esta secreto de estado, e incluso se ha referido a este como un
hombre testarudo.

Cada una de sus entrevistas y declaraciones a la prensa, son ampliamente
publicitadas por la prensa extranjera, no así por los medios
informativos locales. El apartheid con el pueblo llega hasta el extremo
de no compartir con los nacionales las informaciones concernientes a la
realidad política nacional. Para el régimen, es más importante lo que
opine el mundo sobre Cuba, que la opinión del pueblo.

Algo por cierto muy lógico en la mentalidad de los gobiernos tiránicos,
pues a la población se le doblega y se le somete, y sus opiniones están
determinadas por lo permitido más allá de cual sea la realidad; y a
quienes opinen lo que no lo es, les espera el implacable castigo, que
puede tener múltiples variantes.

Pero lo interesante de todo esto es que ya algunos vislumbran a Mariela
Castro como la posible heredera del trono castrita. Su padre no es mucho
menos anciano que Fidel; y de algún modo el régimen que, como sabemos no
tiene la menor voluntad de cambio, sin embargo, necesita dar una imagen
de estabilidad al tiempo que de una aparente flexibilidad futura.

Y ese es el papel que está asumiendo la hija de Raúl Castro, la de la
imagen futura del régimen, dentro de la familia de poder, pero con un
discurso aparentemente más flexible. Esto por supuesto que no es más que
una estrategia bien pensada. Nadie puede creer que Mariela Castro hace
esas declaraciones sin el consentimiento o a espalda de su padre.

Al interior de Cuba, la imagen que más de ella se ha explotado es la de
defensora de los derechos de los homosexuales, algo que si para algunos
puede resultar una muestra de que las cosas cambian en Cuba, eso no
sería otra cosa que caer en la trampa a la que quieren llevar a los
incautos. De ser cierta las especuladas leyes que según medios de
prensa, está promoviendo en el seno del parlamento cubano, su fin no
sería otro que dar un paso de cambio en un terreno en el que no se haría
cambiar lo fundamental.

Lo que necesita Cuba es mucha más que el respeto de cierto derechos de
alguna minoría. Los cambios reales son el respeto a la dignidad del
pueblo cubano, que es discriminado y sus derechos son sistemáticamente
violados; y en cuanto a esto Mariela Castro no ha dicho una palabra,
antes bien calificó de ridículas a lo que llamó las aspiraciones de la
"gusanera" de que exista una transición a la democracia en la isla.

Recordemos cuando se aprobó el derecho de los religiosos a ingresar al
Partido, lo que muchos interpretaron como que se pondría final a la
discriminación por motivos religiosos. Todo ello no sirvió para algo más
que tener en la Asamblea Nacional a un par de demagogos que se dicen
cristianos y apoyan a un régimen que fusila y encarcela a sus pacíficos
opositores.

Sin embargo, ya ha habido algunas voces que casi ven la luz de los
cambios en estos planteamientos demagógicos de la más publicitada hija
de Raúl y la fallecida Vilma Espín. No ven o no quieren ver, que es una
más de la estirpe, que califica al tirano cruel que ha llevado
sufrimiento y muerte a nuestra patria por casi medio siglo, como alguien
que ahora debe dejarse cuidar porque "lo que siempre a hecho ha sido
cuidarnos a nosotros".

En estos tiempos una y otra vez se aluden a los reformitas del régimen
cubano. Su existencia o no, es especulativa. El sentido común nos diría
que deben existir, pues quienes están en el poder saben mejor que todos
el desastre que es Cuba en todos los aspectos, y a ellos tampoco les
debe resultar indiferente que la tragedia llegue a alcanzar dimensiones
aún de mayor magnitud, pues no quedarían exentos de las nefastas
consecuencias.

Sin embargo, los pragmáticos, los que son visibles y que trabajan por la
democracia dentro de la isla, son los demócratas de la oposición. Solo
en la medida en que se fortalezcan estos y su cercanía con el pueblo sea
cada vez mayor, al tiempo de que crezca la solidaridad mundial con
ellos, solo entonces será más probable que los agazapados reformistas
del régimen, entren a jugar el papel de contribuir desde el poder a
allanar el camino de la libertad de Cuba.

Mariela Castro bien podría ser la heredera. Sin embargo, no es creíble
que sea la que inicie los cambios democráticos en la isla. Las ansias de
que nuestra amada Patria sea libre, no debe hacernos ver espejismos.
Mucho menos si esto lo que contribuye es a poner el jugador que falta en
el aparente nuevo juego de la tiranía de cambiar algo, para que todo
siga igual.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=11152

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