Friday, August 31, 2007

SISTEMA DE TRANSPORTE NO CONCENTRA SOLUCIONES PARA SUS USUARIOS

SISTEMA DE TRANSPORTE NO CONCENTRA SOLUCIONES PARA SUS USUARIOS
2007-08-28.
Francisco Blanco Sanabria, Periodista Independiente, Agencia Jagua
Press, Cienfuegos

Cruces, Cuba, 16 de agosto, 2007. El sistema de transporte nacional,
pese a la "leve" y relativa "mejoría" en las recientes compras de los
Yutong Buss de procedencia china, que se compensan en los leoninos
precios garroteros de los pasajes que le cobran al usuario viajero
nacional, no condensa la solución a la inquietud ni las interrogantes,
de cómo van a encontrar la respuesta final al altísimo costo de
mantenimiento y de explotación sistemática en las redes urbanas y
rurales, de las Unidades Básicas Empresariales de Transporte (UBET),
tanto en los municipios y capitales cabeceras provinciales.

El reto de cómo echar a andar un Frankestein sin nada ni nadie, ya que
el añejísimo parque de la desaparecida Unión Soviética o de los
poquísimos que andan en circulación de factura este europea, inclusive
los maltratadísimos ómnibus Girón, con ensamblaje de motores soviéticos
Kamaz resulta ser más que un remake de la "Odisea" a lo Andrei Mijailkov
Konchalovsky, un verdadero tratado de efectos especiales computarizados.

Como tal, es un hueso fósil para digerir en los abultados vientres de la
nomenclatura dirigente de ceba porcina, frente a la aguda crítica y
opinión del masivo descontento-vox populi. Pese al maquillaje, la
cosmética y la gangarria timbalera pírrica del Ministerio del Transporte
y sus UBET en muletas y sillones de ruedas, creyendo que el artistaje
romano de los Yutong chino en el sector interprovincial nacional y
silenciando a la explosiva protesta capitalina, con el apoyo de un lote
de los agobiantes BUSSMETROS, que circulan por la ciudad de La Habana,
verdaderos hornos infernales para el cubano de a pie podrido.

La mera solución dista de verse al final del derruido túnel de la
tenebrosa en crisis.

El masivo descontento poblacional ante los exorbitantes precios
impuestos por la agencia de viajes estatal ASTRO con los nuevos
vehículos asiáticos, que facilitan por las nubes el traslado del
interior hacia la capital y viceversa, ha generado un clímax de
especulación y de tensiones económicos y sociales, tan polarizadas, en
las pocas opciones marginales que le dejan al paupérrimo nativo de la
mayor de las antillas.

El autostop o popularmente llamada botella, en caminos terraplenes y
carreteras, a devenido en una mala suerte de mercado de valores
materiales o de bolsa negra infraestructural: quien pide más o quien
paga más de 20, 30, 50 o 100 o más pesos en moneda nacional en sus
equivalentes en pesos convertibles, para embarcar a los nuevos beduinos
del desierto cubano.

Esta nueva diáspora Palestina de residentes orientales, camagüeyanos y
de las otras cuatro provincias centrales, son los nuevos protagonistas
que les toca perder en este limbo-manicomio de estanflación semi
autorizado por la dictadura comunista, que les permite viajar y resolver
a la plebe, padeciendo el cadalso, su cruz y vía crucis, el mal vivir
de sus subsistencias, por medio del reculado, el negocio clandestino, la
prostitución etc.

Quien tenga más capacidad de solvencia-entiéndase macetón hasta en el
fondillo-en esa terrible jungla de asfalto de la Autopista Nacional,
popularmente conocida por las 8 vías es el héroe y el triunfador del
momento. Al pelao, pobretón, con una mano delante y la otra detrás de la
hoja de parra, a ese lo parte un rayo, si anda con el familión con menos
de 20 pesos en los bolsillos, si es que no va a tramos cortos como
provincia Habana campo o Matanzas.

Es otro terrible y cruel verano tropical, dentro de la cercanía del
cincuentenario emergente, que al avanzar con temperaturas que puede
derretir a cualquier africano en el pavimento y confundirlo a la luz del
día, por desagracia, con una reparación de gravilla y chapapote de mala
muerte. Mientras, las administraciones locales, desvían los
destartalados ómnibus Girón de sus rutas tradicionales, disponiendo de
ellos para transportar a la inmensa mayoría de bañistas juveniles hacia
las costas y playas litorales.

Esa gracia de renacer en una etapa del Periodo Especial neoliberal
cubano, de un disfrute de antiguas décadas de la era de la "abundancia"
soviética, trae aparejado una ausencia total que unen las cabeceras
municipales interprovinciales, las menos favorecidas, a las cuales no
se les ha añadido ningún Yutong, Scania o Buscar "descontinuado" por
deterioro o accidentado, de quinta categoría, ni la cabeza de un guanaco
cruzado con aura tiñosa.

Las consecuencias las vamos a ver a diario, con este sencillo ejemplo
que les traigo a colación.

El municipio de Cruces, provincia de Cienfuegos, y de paso, sitio de
residencia del autor de esta crónica, que está a escasos treinta y
tantos kilómetros de la ciudad de Santa Clara, capital de Villa Clara,
en el centro del país, se conectó, se conectó con la única guagua modelo
Girón 717, conducida por un chofer, no menos resabioso, que responde al
nombre de Benito, alias El chino.

Es un conductor de tan malas pulgas, que los mecánicos le rehuyen
repararle el antediluviano carro en la Base de Transporte, por lo que lo
dejan de último como escarmiento, y porque también, según el rumor
general, después de hace muchos años, la Policía Nacional Revolucionaria
(PNR) lo agarró con el apartado postal y el refrigerador lleno de carne
vacuna y echó por la boca espumas de quien aguantaba la pata y quien
daba la puñalada, y le canta y vocifera a la PNR, del más mínimo
corretear de ratones por la calle.

Se ha dado el caso de que lo contrata de apoyo al verano, a la playa o
de flete para otras provincias, a cambio de combustible, gomas, piezas
de repuesto, estimulación en moneda nacional o en divisas, etc.
Cualquier pretexto le viene bien al chino Benito, con tal de quitarse el
turbulento público de la ruta Cruces –Santa Clara. Y es cuando empezamos
a pasar las pesadillas, las consabidas justificaciones, ya que en los
viajes que dan extra provinciales a estos menesteres, es que se avería
con roturas y no hay manera de encontrar un carro sustituto para el 717.

Cuando quitan ese ómnibus, dicha UBET, es el rosario de las sinrazones
para las justificaciones más que hartas para el criollo, ya que si este
se pone tan fatal y le quitan el único tren regular viajero, el 332 y el
333 de Cienfuegos a Santa Clara, el popular vagón ganadero, el asunto
adquiere matices terroríficos, ya que es jugarse una ruleta rusa de
horas y horas en carretera.

La hora de las justificaciones le viene muy bien a la UBET en Cruces,
para quitarse de encima la ola de protestas y reclamos de la población,
ante la oficina de atención a la ciudadanía, en la Asamblea Municipal
del Poder Popular, ya que en la reunión de rendición de cuentas y de
balances de empresas-organismos-gobierno, los jefes y administrativos le
tapan la boca a toda la magna plana del Consejo de gobierno, con
aquello de que gracias a los fletes, les están resolviendo el problema a
los insumos, al organismo y al estado " y te garantizamos lo que es
imposible debido a la carencia de todo, por todo y por el todo, para
cumplir con la emulación socialista".

Mientras tanto, los infelices viajeros crucenses, o de otras regiones
aledañas se tiene que persignar y resignarse en el maldito punto de
recogida, llamado El Tamarindo, por su emblemático árbol frutal cubano
de este tipo, ya que allí, con escasos vehículos estatales, como
camiones u ómnibus que paran, los abúlicos e indolentes inspectores de
ómnibus de uniforme amarillo, paran los que les parecen, ya que si no
tienes de cinco a veinte pesos en moneda del patio, para abordar los
autos particulares o camiones de alquiler privados, en el peor de los
casos, si cancelan el tren 332-333, utiliza la vía de San Fernando, con
todos sus camarones y langostas, a pie y exiliados.

Son las "estrellas" cinematográficas del momento surrealista al estilo
del realizador español Luís Buñuel, al ver decenas y decenas de personas
con sus matules, jabas y mochilas, caminando hacia el "Valle de la
muerte", tramo que separa Cruces con el colindante Ranchuelos, para
brincar hacia el desmantelado central azucarero "Carlos Caraballo",
antiguo Santa Catalina, una ruta de carretera de 5 kilómetros, en la
última frontera del sagrado deber que separa la división territorial
provincial fronteriza, entre ambas localidades, para deleitarnos con un
espectáculo absurdo, cruel, grotesco, triste y kafkiano.

Solo nos resta mirar y emitir signos de disgusto, ante el desastre
empresarial de este discreto encanto edulcorado que le ofrece la nueva
clase castrista, en fase de metástasis terminal, a una nación
depauperada y empobrecida.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=11337

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