2007-08-13.
Roberto Santana Rodríguez, Periodista Independiente
13 de agosto de 2007. La Habana.– Esta es la impresión que se lleva todo
televidente, que al parecer para eso está hecho, acerca del trabajo de
la Policía Nacional luego de ver cada capítulo de la serie monotemática
"Tras la huella", que pasa cada domingo veraniego por el canal
Cubavisión en horario estelar nocturno.
Sin embargo hay una mujer cubana, tal vez no sea la única, nuestra
querida Mercedes, sí, esa misma a la que siempre deseamos suerte, que
discrepa un tanto del eficiente trabajo de la Policía Nacional
"Revolucionaria" cubana.
En "Tras la huella", los agentes del orden público, destacados en la
división conocida como DTI, Departamento Técnico de Investigaciones, se
desempeñan a la manera de un perfecto y por supuesto, engrasado,
mecanismo de relojería.
En la "concreta", mundo real, Mercedes recuerda con nostalgia, su VCD,
adquirido con tanto sacrificio, y la ropa, zapatos y dinero que le
fueron sustraídos en enero de 2004 mediante un "robo con fuerza en las
cosas" en su casa y a plena luz del día.
En "Tras la huella" al poco tiempo, minutos, están los uniformados en el
lugar donde se ha cometido un delito, provistos de la más alta
tecnología, aquí se aprecia que aun blanden las cámaras soviéticas
Zenit, ¡que buenas son!, interrogando, desarrollando el trabajo de
criminalística, ¡CSI se quedo chiquitico compadre!, el eficiente trabajo
de la "agenturia", agentes encubiertos, etc., etc., etc.
En la "concreta", en el mundo real, en el robo del que fue victima
Mercedes la policía no cogió a nadie, en la noche vino el carro de la
guardia operativa de criminalística, el técnico tomo huellas de todo
tipo, fibras y demás.
El perro pastor alemán siguió el rastro de los ladrones hasta la parada
de ómnibus, a una cuadra de la casa de Mercedes, los cacos habían
salido, como Pedro de su casa, por la puerta principal de la vivienda
cargados con su botín mal habido.
El agente que vino a la casa al día siguiente se limito a reconvenir a
la atribulada Mercedes porque no tenía seguridad en la vivienda, rejas
en las ventanas y puertas.
En "Tras la huella" el jefe sabe y tiene que saber si los delincuentes
siquiera estornudan, todos o casi todos los asuntos son de prioridad
uno, identificación computarizada, retratos hablados, el mencionado
laboratorio y como colofón, todos, absolutamente todos los casos son
resueltos.
En la "concreta", mundo real, en el caso del robo de la casa de Mercedes
nadie vio ni supo nada, los aguerridos compañeros del CDR, Comité de
Defensa de la Revolución, pasaron, y vieron a un hombre que simulaba
tumbar mangos en el patio, era el que vigilaba, mientras al parecer
otros dos rompían por el fondo y entraban en el inmueble para cometer
sus fechorías.
Ese día Mercedes estaba en una casa de la misma cuadra a menos de
cincuenta metros de distancia del lugar. Nadie la alertó de la
evidentemente anormal situación que ocurría en su vivienda, nada, ese
día las proverbiales, solidaridad y confraternidad cederistas, hicieron
mutis por el foro o se encontraban de descanso.
Tampoco sirvió de nada la presencia de un testigo que colaboró en la
confección del retrato hablado de uno de los presuntos malhechores, que
resultó detenido por otro robo que cometió. La denuncia fue hecha y
desestimada porque carecía "de peso", según le dijeron a Mercedes
En el final del capítulo de turno de "Tras la huella" los oficiales le
dicen en tono triunfal a los criminales: "Fulano de tal, estás
detenido". Elemental Watson, digo, Compañero.
En la concreta, en el mundo real, el jefe de búsqueda y captura le dijo
a Mercedes, después que la víctima fue a verlo en múltiples ocasiones:
"Compañera, para capturarlos debemos esperar a que un policía que tenga
las fotos los vea, identifique y detenga", a lo que la mujer, indignada,
le respondió que esa era una falta de respeto, que justificaran los
salarios que ganaban los policías.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=11154
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