Monday, July 30, 2007

Raúl Castro: comunista como Fidel pero con otro estilo

Raúl Castro: comunista como Fidel pero con otro estilo

Yahoo! News. Andrea Rodríguez, AP. 29 de julio de 2007.

LA HABANA - Con fama de pragmático y menos locuaz que su hermano Fidel,
el presidente interino Raúl Castro cumplió un año al mando del ejecutivo
sin propiciar cambios en Cuba, aunque sí con algunos indicadores sobre
su "estilo" de trabajo.

"Para tener más hay que producir más y con sentido de racionalidad y
eficiencia", expresó el jueves, pero advirtió que "todo no puede
resolverse de inmediato".

En el último año que estuvo en el poder, dejó clara su posición en
algunos temas como el interés en negociar con Estados Unidos siempre que
Washington respete la soberanía de la isla o su preocupación por el
rezago del modelo cubano en la producción, vivienda y transporte.

En este sentido, por ejemplo, por primera vez en una década se completó
el pago a los campesinos privados, a quienes el Estado compra sus
productos y que perdían cosechas enteras en medio de la tensión con las
autoridades deudoras.

Mientras, se dictaron nuevas normas del Ministerio de Trabajo para que
se cumplan realmente los horarios laborales y los empleados no se
ausenten de sus puestos.

Raúl Castro, de 76 años y llamado "El Dos" por la población cubana,
asumió la presidencia el 31 de julio de 2006, luego que su hermano Fidel
delegara sus funciones debido a una cirugía intestinal.

Es "un hombre sumamente organizado... sistemático, exigente", expresó de
él una semblanza realizada por un vicepresidente del Consejo de Estado,
José Ramón Fernández.

De hecho las Fuerzas Armadas que Raúl Castro dirige fueron un puntal con
la creación de empresas, la producción de alimentos o la transferencia
de directivos para las medidas --algunas de corte mercantilista-- que
sacaron de la crisis al país en los años 90, cuando cayó el comunismo en
Europa del Este y desapareció el subsidio de la Unión Soviética a la isla.

Entre los opositores los matices impuestos por Raúl no pasaron inadvertidos.

"No hubo un cambio trascendental (en el modelo cubano), pero sí otra
forma de trabajo, más sosiego para la población, menos mítines o más
racionales... parece un método colectivo de trabajo", dijo a la AP el
economista disidente Oscar Espinosa Chepe.

Un reporte de la no gubernamental Comisión de Derechos Humanos y
reconciliación Nacional indicó un descenso en el números de los presos
políticos de 316 en julio del 2006 a 246 actualmente. A la vez que
desaparecieron los actos contra opositores por parte de grupos
simpatizantes del gobierno.

Mientras que los mítines revolucionarios antes masivos y costosos, se
hicieron más pequeños y con gastos reducidos para transporte y movilización.

"Pero de ninguna manera la situación estructural se ha modificado y por
el contrario los problemas se acrecentaron", agregó el opositor Espinosa
quien mencionó por ejemplo la falta de poder adquisitivo del salario,
pues este no cubre las necesidades de las familias obligando a las
personas a participar del mercado negro.

Más allá de los deseos de los minoritarios grupos disidentes de un
cambio de sistema o de las presiones de Washington para retornar a la
isla al capitalismo; algunos académicos afines al gobierno reconocen la
necesidad de tomar medidas para que el socialismo isleño no se pierda.

"Cuba se aproxima al medio siglo de vida como experiencia singular de
poder anticapitalista experimentando síntomas y demandas de
transformaciones internas", escribió el profesor de la Universidad de La
Habana, Armando Chaguaceda, en la más reciente edición de la revista
cubana "Temas", muy leída por la intelectualidad del país.

Para Changuaceda, un reto (aunque no hace mención de Raúl Castro)
apostando por una transición hacia más socialismo, es buscar una fórmula
donde el Estado también dé espacio a las cooperativas o las empresas
familiares, mejorando el bienestar de la población.

Durante un panel organizado por la misma revista, el profesor Jorge Luis
Acanda González expresó: "Quisiera que el socialismo cubano de la
próxima década fuera menos estadocéntrico, para que se desarrollara más
la democratización del poder y de la propiedad".

Raúl Castro, cinco años menor que Fidel, acompañó durante décadas al
movimiento revolucionario de la isla, primero en la lucha contra
Fulgencio Batista y luego en el poder como un convencido comunista.

Para algunos observadores se hace difícil medir hasta dónde llegará Raúl
Castro, mientras siga gravitando la imagen de su hermano, quien retiene
el cargo de presidente.

Mientras tanto, un hecho de fuerte simbolismo encendió las alarmas en
estos meses sobre el "reloj biológico" y el factor tiempo: la muerte
hace algunas semanas de la primera dama, Vilma Espín, figura central de
la "dirigencia histórica" que triunfó en 1959 y cuyos miembros en el
gobierno superan los 75 años de edad.

En lo adelante se verá el camino de Raúl Castro y si las futuras
generaciones le dan continuidad o no a sus ideas.

http://www.cubanet.org/CNews/y07/jul07/30o6.htm

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