Por Dr. Darsi Ferrer
25 de julio de 2007
La Habana --bitacoracubana Sólo primeros auxilios fue la asistencia que
le dieron los médicos a Jorge Luís Ochoa luego de sufrir un accidente al
impactarse en su motocicleta contra un coche tirado por caballo el
pasado 19 de junio en horas de la noche.
Llegó en extrema gravedad con varios traumatismos corporales y una
herida en el tórax por la perforación con una de las barras de hierro
del carruaje que amenazaba seriamente su vida y requería someterlo a una
intervención quirúrgica.
Varias personas lo socorrieron y llevaron al instante para el cuerpo de
guardia del hospitalito Ramón Pérez Latour, institución de salud de la
localidad de Antilla, en la provincia Holguín, donde sucedió el
lamentable suceso.
Los médicos de familia, privados de la asistencia de especialistas para
asumir ese tipo de casos, lo recibieron y tomaron las medidas paliativas
a su alcance, además, notificaron a la central de ambulancias en la
cabecera provincial para el traslado urgente del paciente.
En Holguín confundieron la dirección y enviaron la ambulancia para
Mayarí, otro municipio de la provincia y cuando retornó por el
accidentado era tarde. A las pocas horas del infortunio Jorge Luís Ochoa
murió sin alternativa para los galenos de hacer mucho por ayudarle.
Antilla es un municipio de unos 12 mil habitantes. El personal para
cubrir las necesidades de salud de su población está compuesto por un
especialista de medicina interna, un ortopédico, un cirujano, un
ginecólogo y algunos médicos de la familia.
La carestía de profesionales y recursos causa múltiples molestias en los
pobladores, entre ellas; las gestantes a término deben irse a parir para
Holguín, a 80 Km. de distancia, o Banes, por no disponer en su
territorio de pediatras.
Patologías oftalmológicas, neurológicas, psiquiátricas y otras, así como
la realización de estudios complementarios específicos, obliga a los
residentes del poblado a depender de la posibilidad de realizar las
coordinaciones y desplazarse a instituciones médicas lejanas.
Una vieja ambulancia constituye el total de vehículos para el traslado
de enfermos, las otras tres que tienen hace tiempo están fuera de
servicio por roturas, sin esperanzas de que las repongan por carros
nuevos. Circunstancia que complica el movimiento de los pacientes
remitidos a instalaciones dotadas de mejores recursos y nivel profesional.
No todo es negativo, meses atrás donaron un carro fúnebre al territorio
y terminó el suplicio de llevar los fallecidos en camilla desde el
hospital hasta la funeraria y la posterior desesperación por la espera
de algún carro de zonas aledañas para conducir el cortejo al cementerio.
Estas condiciones no son exclusivas de este apartado rincón en el
oriente del país, sino que constituye una expresión del listado de
penurias propias de los territorios fuera de las ciudades. La asistencia
médica en las urbes es deficiente, mientras prácticamente resulta
inexistente en las zonas rurales.
Los dirigentes del gobierno en Antilla resaltan con orgullo el aporte de
trabajadores de la salud del municipio a las misiones internacionalistas
que mantiene la Isla en países del tercer mundo, como muestra solidaria
de socorro a los más necesitados.
Colaboraron con esta información José Ramón Herrera y Eliécer Consuegra,
miembros de la Alianza Democrática Oriental.
Dr. Darsi Ferrer, direrctor Centro de Salud y Derechos Humanos ¨Juan
Bruno Zayas¨.
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=5260
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