Monday, July 02, 2007

LOS MORATINISTAS Y EL VERDADERO DIÁLOGO

LOS MORATINISTAS Y EL VERDADERO DIÁLOGO
2007-07-01.
Osvaldo Alfonso Valdés, Ex Prisionero de Conciencia de la Causa de los
75 y Analista Político de Misceláneas de Cuba

El régimen castrista ha rechazado la oferta de diálogo propuesta por la
Unión Europea (UE). A pesar de que en ella no se mencionan medidas de
ningún tipo contra la dictadura, el Gobierno cubano, debido a que en su
declaración la UE señala la persistencia de una lamentable situación en
materia de derechos humanos, y aboga por un mejoramiento en este
sentido, la considera inaceptable.

Esa actitud es ante todo una respuesta, que no es sorprendente para
quienes sostienen que el castrismo no está abierto a ningún diálogo
verdaderamente encaminado hacia la trasformaciones democráticas y el fin
de la represión; y que todo lo que se haga en este sentido, si no va
acompañado de firmes exigencias, en nada favorece esos cambios.

Algunos que sí confían en el diálogo sin presiones, acusan de
intransigentes a quienes critican esa postura. Los que aceptan ese
supuesto diálogo, hoy bien pudiéramos llamarlos moratinistas, es decir,
favorecen que se puede negociar con la dictadura, al tiempo que ésta no
deja de reprimir a los demócratas, mantiene su actitud inmovilista y
consideran que todo aquello que signifique denunciar firmemente los
atropellos del gobierno cubano por parte de la comunidad internacional,
es buscar la confrontación.

Esos confían en la política de quien puede afirmarse que miserable y
tendenciosamente ha dicho que el pueblo de Cuba son 11 millones de
cubanos, y no solo los disidentes. Es decir, que para Moratinos, y por
ende para quienes apoyan su política, el pueblo de Cuba sí tiene
representantes en eses diálogo que ellos sostienen. Y si la disidencia
no cuenta mucho, entonces ¿con quiénes se sienta a negociar el gobierno
español? Pues con los representantes de la tiranía.

Vale entonces preguntarse, ¿en voz de quiénes ve representado los
intereses del pueblo cubano el Ministro de Exteriores de España? ¿En
Felipe Pérez Roque? Creo que tal afirmación de un funcionario
diplomático de ese nivel, que en la práctica asevera que los disidentes
cubanos defienden intereses que no son los del pueblo, es ante todo
prueba de que el diálogo crítico que dicen sostener con la dictadura, es
más que nada una falacia que esconde realmente otros intereses que no
son realmente los que sí promueven los demócratas de la isla; esto es,
la transición a la democracia, el respeto a los derechos humanos y la
libertad inmediata de los presos políticos.

Ya se ha dicho: los que critican las posturas conciliadoras con la
dictadura no se trata de que estén opuestos al dialogo; sencillamente no
creen en dialogar sin condiciones con un régimen que no deja de dar
señales de que se resiste a ceder y hacer concesiones, pues esas
concesiones son incompatibles con el mantenimiento de lo que ellos no
quieren perder: el poder absoluto que detentan en la isla.

Diálogo habrá cuando el Gobierno de Cuba acepte que su modelo de sistema
no es sostenible, que deben dejar de ser encarcelados los cubanos que se
atreven a oponerse pacíficamente; cuando sean liberados quienes están en
las cárceles por esos motivos; cuando quienes gobiernan en la isla
asuman que negociar no es un modo de ganar tiempo para seguir
improvisando infinitamente cuantos métodos existan para seguir en el
poder y el diálogo lo vean como una salida pacífica y negociada,
beneficiosa para todos, del actual estado de cosas. Así es, lo demás es
ser poco realista en el mejor de los casos.

En ese diálogo sí creemos, en un diálogo con dignidad, como afirman las
Damas de Blanco; no un diálogo de complacencia, donde no se le exija
nada a un régimen cuyos voceros al rechazar el diálogo afirman tener
todo el tiempo del mundo, lo que demuestra su falta de buena fe en
interés de la nación.

A pesar de que aún siguen congeladas las medidas tomadas por la UE en el
2003, la última declaración comunitaria en relación a Cuba contiene el
reconocimiento del papel de la disidencia, y la crítica a la deplorable
situación en materia de derechos humanos. El reconocimiento a los
disidentes es en sí mismo un respaldo al papel que estos juegan en la
promoción de los cambios democráticos, a pesar de las afirmaciones de
Miguel Ángel Moratinos.

Mas aún, sin la participación de las fuerzas democráticas cubanas no
podrá hablarse de legítimo diálogo para los cambios en Cuba. Aceptar
diálogos sobre el futuro del país, entre la tiranía y un gobierno
extanjero, en este caso el actual Gobierno español, sin tener en cuenta
a los demócratas cubanos, no es menos censurable que lo que hicieron en
épocas pasadas quienes negociaron el futuro de Cuba a espaldas de los
que llevaron años luchando por la libertad de la patria.

No podemos permitir que en nuestra historia, una vez más, se deje a un
lado a los cubanos, con justificaciones oportunistas, para negociar el
destino del país. Podemos decirlo más claro también. Si bien la solución
de nuestros males no está en Washington, tampoco está en Madrid. Está
entre nosotros, los cubanos todos; los de la isla y los que tuvieron que
marchar al exilio. Esa será la verdadera reconciliación y el legítimo
camino para empezar a andar juntos hacia la construcción de la Cuba que
queremos.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=10663

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