Manuel Guerra Pérez
27 de julio de 2007
La Habana – bitacoracubana - Después de casi cincuenta años de gobierno
comunista en Cuba y cansados de escuchar los discursos populistas de la
cúpula en el poder sobre la igualdad para todos los ciudadanos, el
tiempo y los hechos han demostrado la discriminación que sufren todas
aquellas personas que por un motivo u otro hayan cometido algún tipo de
delito en Cuba.
Cientos de miles de personas, en su mayoría jóvenes desesperados, tienen
que delinquir para poder sobrevivir, ya que estamos en una sociedad en
la cual hasta alimentarse bien puede ser ilegal.
Estos ciudadanos después de cumplir con su responsabilidad civil, son
marginados por el gobierno en todos los frentes, principalmente en el
empleo. Personas que provienen de disímiles estratos sociales,
inclinación política y religiosa quedan marcados por sus antecedentes de
por vida. Lo que les sucede es muy desagradable porque los centros de
trabajo no los admiten con antecedentes penales de ninguna índole y no
se les permite reintegrarse a la sociedad, se les niega la posibilidad
de subsistir y también a sus familias.
Esta manera de actuar del gobierno viola sus propias leyes, como el
Artículo 3, Inciso a) de la Ley No. 49 del Código de Trabajo, que reza:
"el trabajo es un derecho, un deber y un motivo de honor…". De ahí la
necesidad de recordar que nadie tiene derecho de negar empleo a quienes
lo soliciten, independientemente de sus antecedentes penales, opinión
política o credo religioso, pues es un derecho elemental del ser humano,
ganarse por ellos mismos su propia supervivencia.
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=5266
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