2007-07-04.
Osvaldo Alfonso Valdés, Directivo de la Unión Liberal Cubana
Comunicación en el IV Foro Atlántico: Un Encuentro Por la Democracia y
la Libertad en Europa y las Américas, 4 de Julio de 2007, Plaza de la
Cibeles 2, Madrid, España.
América Latina, como ya hemos escuchado, atraviesa otro periodo difícil
de su azarosa historia. Pareciera que nuestros pueblos aún no encuentran
el camino para construir sociedades prósperas, ordenadas, donde las
personas sientan que pueden hacer sus proyectos de vida en un ambiente
de paz, de seguridad, donde el esfuerzo personal, la inteligencia, la
institucionalidad, la legalidad en una sociedad libre sea la vía para el
logro del bienestar.
Cuando a fines de la década de los 80as e inicio de los 90as, los
regímenes totalitarios socialista, unos tras otro llegaban a su fin, y
hasta la propia Unión Soviética dejaba de existir, cosa que sobre todo,
para quienes habíamos nacido y crecido en Cuba después de 1959 parecía
algo imposible, muchos en el mundo creyeron que los principios y valores
de la libertad, al fin habían lograda el triunfo final sobre el ideario
que sustenta el totalitarismo y justifica, en aras de un supuesto futuro
luminoso, la violación de las libertades.
Cuba, para entonces era la excepción socialista en Latinoamérica; otros
intentos de instaurar regímenes de tal tipo no habían perdurado, y la
crisis en la que se sumió nuestra isla, vislumbraba también un lógico e
inevitable fin para el sistema castrista. Lamentablemente, no ocurrió
así; y dentro de un par de años, ya habrá trascurrido dos décadas desde
que en aquel 1989 se iniciara la mayor y más espectacular trasformación
democrática que ha existido tal vez.
Sin pretender hacer un complejo análisis teórico para demostrarlo, algo
que dejo al conjunto de los aquí presentes, no resulta muy errado ver
una relación entre la perdurabilidad del comunismo castrista y el
surgimiento de nuevos regímenes abiertamente totalitarios y otros con
evidentes tendencias al totalitarismo en el continente.
Por supuesto que si hoy tenemos el mismo modelo antidemocrático en Cuba,
en ello no hay nada atribuible a lo que la propaganda del castrismo
llama "la heroica resistencia del pueblo y su inquebrantable voluntad de
construir el socialismo". En ello, lo determinante es lo que todos
sabemos. El régimen cubano es viceralmente represivo, y aún la gran
mayoría de los ciudadanos teme revelarse abiertamente y consideran que
la solución inmediata está en abandonar el país.
Pero volviendo a la relación entre la persistencia del castrismo y la
nueva y amenazante tendencia al totalitarismo, el asunto radica en que
la isla, y la imagen romántica de la revolución aún perdura en buena
medida; su discurso antinorteamericano sigue despertando simpatías; la
astuta política castrista de disfrazar la subversión de solidaridad
sigue plenamente vigente; la isla sigue siendo fuente de entrenamiento y
adoctrinamiento de los enemigos de la libertad que acuden a ella para
inyectarse los bríos revolucionarios que motivan en nuestros países, a
unos por románticos e ingenuos a otros por idiotas, y a no pocos por
degenerados.
Por otra parte, el caldo de cultivo que propicia que aún surjan
agitadores políticos y tiranos populistas, se encuentra en que la
democracia ha carecido de eficacia en las sociedades latinoamericanas
salvo ciertas excepciones. Eficacia entendida en términos de no solo
garantizar libertades políticas, sino el bienestar y la prosperidad a
los ciudadanos.
Dicho de un modo simple: Un campesino, un obrero y aún un profesional no
se detiene mucho a valorar lo que significa gozar de la existencia de la
prensa libre, diferentes partidos, las elecciones periódicas, la
libertad religiosa, el derecho a entrar y salir libremente de su país,
si por otro lado carece de empleo, no puede procurarse una vivienda
digna, y la pobreza es una amenaza o una realidad tangible.
Es ahí donde aprovechan los demagogos con sus discursos redentores y
engañosos para acceder al poder, valiéndose de las posibilidades que
brinda esa misma democracia que luego pretenderán destruir. Por supuesto
que no falta aquí el discurso antiimperialista, que más bien es
antinorteamericano, para alimentar el patriotismo. Es como si a falta
de amor a la tierra en que nacemos porque en ella no tenemos
prosperidad, tenemos que alimentar ese amor culpando de nuestras
calamidades a una poderosa nación extranjera con designios malignos, la
cual es responsable de nuestras desgracias.
Hoy tenemos el panorama de que, mientras por una parte, con la
enfermedad del dictador, la tiranía comunista pudiera estar llegando a
su fin, por otro lado, en un rico país del subcontinente, un nuevo
caudillo hace cuanto puede por entronarse en el poder y establecer un
viejo experimento con un nuevo nombre: el socialismo del siglo XXI.
Si bien los tiempos y las circunstancias han cambiado y la realidad de
Venezuela es muy diferente a la de la Cuba de 1959, los métodos que
utilizan estos personajes no difieren mucho. Sus sistemas son
incompatibles con las libertades y hacen y harán cuanto puedan para
eliminarlas, pues en ello se sustenta el poder que desmesuradamente
ambicionan.
Recientemente en Lituania un estudiante me preguntaba sobre mi opinión
acerca de que Chávez era el mayor seguidor de las ideas de Castro que
existía. Mi respuesta fue que Chávez no sigue ideas de Castro, pues los
dictadores criminales como el cubano no tienen ideales. Lo que admira
Chávez de Castro es como este ha sido capaz de mantener el poder en Cuba
48 años, y lo que aprende de él es como se es un inescrupuloso
gobernante para aplastar a todos y a todo lo que sea un obstáculo a su
dictadura.
Cuba, de igual modo que en décadas pasadas, sigue siendo el centro
generador y formador de los enemigos de la libertad. Si años atrás a la
isla acudían a entrenarse como guerrilleros, y desde Cuba se enviaban
asesores para las guerrillas que abundaban en el continente, hoy acuden
con los mismo objetivos pero ahora a formarse además como médicos o
deportistas.
Todos los que en nuestro país tuvimos la oportunidad de, en algún
momento, intercambiar con alguno de esos jóvenes que estudian en
escuelas como la llamada Latinoamericana de Ciencias Médicas, por
ejemplo, comprobamos el fuerte proceso de adoctrinamiento a que son
sometidos los estudiantes, lo que nos demuestra ante todo, que su fin
más que nada es que se preparen como cuadros de la revolución.
No todo sin embargo es negativo y hay lugar para el optimismo. El tiempo
que tardó para que la revolución cubana comenzara a perder su imagen
romántica no pasará afortunadamente para que el llamado socialismo del
siglo XXI chavista sea visto como lo que realmente es. Las burdas
medidas antidemocráticas y antipopulares que atentan contra las
libertades que sigue tomando el gobierno venezolano han encontrado
rechazo en la opinión publica internacional, pero sobre todo han servido
para que el sector más comprometido de una sociedad con el futuro, como
son la juventud, despierte y deje de creer en un camino de bienestar que
pase por violentar los derechos humanos y libertades fundamentales.
Tal vez, estamos ante la paradoja de que la juventud que va dejando de
creer más en ideas revolucionarias y haya aprendido mejor a valorar que
la libertad es un valor supremo que hay que defender con firmeza, sea la
juventud de Venezuela. Lo hemos visto en las impresionantes
manifestaciones que los estudiantes de ese país han protagonizado en
semanas recientes. Lamentablemente el panorama al que estábamos
acostumbrados era el de que, cuando veíamos a jóvenes manifestándose en
las calles y enfrentándose a la policía, lo hacían enarbolando banderas
rojas y con la imagen del Che Guevara. Hoy vemos en las calles de
Venezuela a jóvenes que desafían al poder enarbolando la defensa de las
libertades y la democracia y grita consignas como "No estamos en Cuba",
en claro repudio al modelo social de la isla.
Y es allí, entre la juventud, en todos nuestros países, donde los
liberales y todos aquellos que tenemos a la libertad como el bien sobre
el que se sustentan todos los demás, debemos reforzar nuestro mensaje y
nuestro trabajo político.
En nuestra isla también cada vez mas jóvenes se comprometen en la lucha
por el tránsito a la democracia y la defensa de los derechos humanos.
Surgen organizaciones de jóvenes que promueven las libertades de
expresión, asociación o reunión, y también reivindican la autonomía
universitaria, la no discriminación por motivos políticos y vale señalar
que en esta lucha las ideas liberales han motivado a gran parte de esos
jóvenes que hoy integran una organización juvenil liberal que crece en
Cuba nombrada Coalición Juvenil Martiana.
Tal vez también nuestros jóvenes tengan que aprender de los jóvenes de
venezolanos, y sería muy provechoso que nuestros estudiantes
universitarios en las universidades cubanas conocieran como defienden
los de Venezuela la democracia, algo que los medios de difusión
castristas han silenciado totalmente.
La oposición en nuestra patria continúa también ganando en fuerza a
pesar de que los órganos represivos, lejos de disminuir, aumentan el
acoso y hostigamiento contra ellos. Un paso importantísimo, que
demuestra la madures alcanzada por los demócratas de intramuros, lo
constituye la firma en abril último del documento Unidad Por La
Libertad, en el cual se refleja la voluntad de unirse del más amplio y
representativo sector de la oposición al interior de nuestro país.
En ese mismo espíritu, el Movimiento Cristiano Liberación ha lanzado la
campaña Foro Cubano que tiene como finalidad un dialogo nacional con el
fin de llegar a convocar una Asamblea Constituyente con la participación
de todos los sectores de la sociedad.
Aún aquellos demócratas que sufren prisión en las mazmorras castristas,
siguen su lucha cívica y esto lo demuestra las múltiples cartas y
documentos que los presos políticos cubanos suscriben.
Por último, quisiera terminar señalando que si bien los regímenes de
Venezuela y Cuba, hoy son aliados en su atentado contra la libertad y en
la promoción del totalitarismo en nuestra América Latina, los demócratas
venezolanos y cubanos debemos unirnos aún más en la defensa de esa
democracia que no hemos tenido los cubanos por más de medio siglo y que
los hermanos venezolanos se resisten a perder.
Muchas gracias.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=10702
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