Héctor Ramón Forés Sánchez
29 de mayo de 2007
Holguín, Cuba – bitacoracubana – Leyendo un artículo del periódico
gubernamental Granma me asombré. Y eso, que en mi país, ya nada debe
asombrar. El artículo en cuestión se titula "Caso antena y otras
ilegalidades", fechado 8 de febrero del 2007 y realizado por la
periodista Lourdes Pérez Navarro.
Antes de entrar propiamente en la discusión del artículo, es necesario
aclarar que en todo el mundo, países ricos y pobres, se disfruta de los
avances tecnológicos que significa la televisión satelital o el uso de
computadoras, fax, fotocopiadoras y toda la gama de artefactos que nos
hacen la vida más grata. Todo esto es práctica normal en cualquier país,
pero en Cuba, de eso nada.
Pasando al artículo que nos ocupa, en esencia hace una narración de dos
personas que se dedicaban a construir aditamentos o antenas para que los
cubanos de La Habana vieran programas vía satélite.
El artículo comienza recordando a todos que ver, oír u oler algo que el
totalitarismo no quiera puede ocasionar un encarcelamiento de uno a tres
años y advierte que son ellos los que determinan qué cosa es
culturalmente enajenante, subversiva o injerencista.
Una novela, un juego de grandes ligas, un cantante o un escritor que no
le caiga bien al gobierno, podría ser considerado como subversivo,
simplemente porque ellos son los que deciden qué es lo bueno y lo malo
en este mundo. Porque el cubano es no-persona.
Este artículo identifica cómo al cubano se le violan todos los derechos
de forma oficial y después de todas estas violaciones, hay que soportar
que en la famoso Mesa Redonda digan sonrientemente que este es el país
donde más se respetan los derechos Humanos.
Pero la verdad está en los hechos, ahí está el caso del periodista
independiente Guillermo Fariñas, que tuvo meses en huelga de hambre
exigiendo el derecho de los cubanos de tener acceso a Internet; ahí
están los allanamientos y sustracciones que han hecho en las Bibliotecas
Independientes, los cuales incluyen la Biblia, la Declaración Universal
de los Derechos Humanos y cualquier libro que puedan ellos considerar
subversivo, porque en la mayoría de los casos, los agentes que realizan
estos allanamientos demuestran un nivel de conocimiento tan bajo que
rayan en una ignorancia total de cualquier tipo de literatura.
Si como el gobierno expone se encuentra inmerso en la "Batalla de
Ideas", habría que recordarles que para que exista una batalla tienen
que existir dos contendientes. Si de batallas de ideas se trata,
entonces ¿por qué encarcela y hostiga a los que piensan diferente? ¿Por
qué los trata con la gastada palabra de contrarrevolucionarios? Los
opositores no lo son, no pueden serlo, ellos solo son adversarios y para
los que no lo sepan, la diferencia estriba en que el adversario presenta
un debate público con alternativas, porque sin ello no hay verdadero
debate en la búsqueda del bien común para que nadie se crea con la
totalidad de la verdad.
Ya que se usó la palabra enajenante en este artículo, les digo que lo
que es enajenante y ridículo es clasificar a un radio de honda corta
como un material subversivo. Eso sí es enajenante.
Estamos en el tercer milenio, las telecomunicaciones avanzan a
velocidades pasmosas y siempre el pueblo se informará. Es necesario que
el régimen totalitario avance a esas mismas velocidades hacia una
apertura democrática. Si así lo hacen, la historia se lo reconocerá,
porque lo que no van a poder lograr es que los cubanos seamos ciegos,
sordos y mudos.
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=4842
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