Tuesday, March 27, 2007

Un tema recurrente

SOCIEDAD
Un tema recurrente

José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad

LA HABANA, Cuba - Marzo (www.cubanet.org) - El periódico Granma
reprodujo el pasado sábado (a casi diez años de su muerte) una
entrevista realizada al general de brigada Filiberto Olivera Moya.

Este hombre ingresó al Movimiento 26 de Julio en 1955, y cuando le
dieron la orden de incorporarse a la guerrilla en la Sierra Maestra, era
coordinador de la organización en la zona este de La Habana.

Cuando se le preguntó si había participado en acciones subversivas
durante los dos años que estuvo clandestino en la ciudad, respondió: "En
algunas, tales como las voladuras de la alcaldía de Santa María, la
estación de ferrocarril del Cotorro, y la fábrica de cabillas cubanas.
También preparamos un atentado al coronel Orlando Piedra, quien era jefe
del Buró de Investigaciones".

El tema del terrorismo en Cuba se ha vuelto recurrente. Aunque después
del derribo de las Torres Gemelas voceros del régimen han llegado a
decir que la revolución siempre ha estado opuesta al terrorismo, y de
haberse suprimido, al parecer de manera oficial, la palabra sabotaje de
lo que en su momento se conoció como grupos de acción y sabotaje del
Movimiento 26 de Julio, lo cierto es que es imposible borrar la historia.

En ese aspecto el fallecido general de brigada no es una excepción. Son
muchos los representantes del régimen, sobre todo los de la llamada
vieja guardia, que practicaron el terrorismo en su afán de llegar al poder.

En el panteón de los mártires ilustres también aparecen los nombres de
personas que fallecieron realizando actos terroristas, o que murieron
más tarde, ya considerados héroes del nuevo orden instaurado en 1959.

Como los tiempos no son favorables y existe un sentimiento internacional
de rechazo y condena al terrorismo, los gobernantes cubanos se montaron
sobre esa ola, aunque en lo interno nunca se han arrepentido de los
actos terroristas que sus huestes realizaron, y tampoco han pedido
perdón por las víctimas inocentes de las bombas colocadas
indiscriminadamente en el lugar que mejor les pareciera.

Ahora la época es propicia al gobierno cubano para realizar una gran
campaña propagandística a favor de sus cinco hombres presos en los
Estados Unidos por espiar, alegando que son combatientes
antiterroristas. Pero ese grupo no se componía de cinco, eran varios
más. Sin embargo, los que aceptaron su culpabilidad ante las autoridades
estadounidenses no son ni siquiera mencionados. Si todos estaban
haciendo lo mismo; si todos cumplían las mismas órdenes, ¿por qué no se
dice de todos que son soldados a favor de la vida y contra el terrorismo?

A su vez, los medios en la isla nunca han dicho que los que en Irak
ponen bombas en mezquitas, autobuses y mercados, sean terroristas. El
calificativo que se les otorga es el de "miembros de la resistencia".

Aunque el régimen de La Habana trata de adormecer la memoria histórica y
tergiversar la savia de su accionar, a veces salen a la palestra
recuerdos de las antiguas actividades terroristas, como las de Filiberto
Olivera Moya, a quien el periódico Granma califica como "un general
sencillo, bondadoso y simpático".

http://www.cubanet.org/CNews/y07/mar07/27a5.htm

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