La Verdad, Gran Enemiga del Régimen Castrista
2007-02-25.
Osvaldo Alfonso Valdés, Ex Prisionero de Conciencia de la Causa de los
75 y Analista Político de Misceláneas de Cuba
En La Habana, como es habitual, se toman nuevas medidas para acallar la
verdad. La dictadura nunca ha tenido escrúpulos para eso, pero cada vez
es más burda. La última acción del régimen contra el libre flujo de la
información sobre la realidad de la isla, ha sido la expulsión
disfrazada de varios corresponsales extranjeros acreditados en la isla.
Los argumentos esgrimidos van desde el que algunos ya llevaban mucho
tiempo en el país, hasta la supuesta falta de objetividad de los
reportes que estos realizan donde, según el Gobierno, dan una imagen
negativa de Cuba.
Por supuesto, que cuando leemos esto, para quienes conocen la realidad
cubana se comprende que la imagen negativa de la realidad no es para
nada fabricada; sino que sólo es esa cara de la vida de los cubanos que
el régimen comunista pretende ocultar, pues contradice totalmente la
propaganda oficial. La medida está amparada en el documento emitido por
el Centro de Prensa Internacional de Cuba, que establece un "reglamento"
para el desempeño de los corresponsales extranjeros. En el mismo se
recoge el derecho de las autoridades a retirar la acreditación a
aquellos que se aparten de ciertas normas "éticas".
Todo esto es parte del cinismo que caracteriza a los funcionarios
oficiales cubanos. Para ellos la única verdad de la isla es la que
fabrican con su propaganda. Ellos quieren representantes de medios de
prensa internacionales para que difundan las marchas a las que el pueblo
asiste bajo los sutiles mecanismos de chantaje y digan que es la
ciudadanía apoyando a la "revolución". Para los represores de la
libertad, la disidencia interna, las propuestas de soluciones pacíficas
que estos presentan, la pobreza y la miseria que padece la población,
las promesas que nunca cumplen, la corrupción, el altísimo índice de
prostitución provocada por las mismas penurias, la falta de esperanza de
los jóvenes, y un largo etcétera; nada de esto es parte de la realidad
que debe conocerse al exterior. Se empeñan en mantener la imagen
romántica de una revolución que no existe y que en realidad es la peor
dictadura que ha existido en Latinoamérica.
Sin embargo, sus medios de prensa, al abordar la situación en el resto
del mundo, no dejan de mostrar todo lo que pueda ser negativo. Si los
cubanos creyeran en lo que dicen los medios de comunicación del país,
que muestran un mundo en el que todo es calamidades y sólo Cuba se salva
"gracias a la revolución y Fidel", las sedes diplomáticas occidentales
no estarían inundadas de solicitudes de visado de miles de cubanos que
de diferentes maneras intentan abandonar el falso paraíso edificado en
estos 48 oscuros años de totalitarismo.
Recordamos, por ejemplo, en el 2003 la marcha organizada por el Gobierno
ante la Embajada Española en La Habana. Esas imágenes son las que deben
trasmitir al exterior los corresponsales, sin importar cómo y bajo qué
circunstancias aquellos estaban allí "apoyando" al régimen. Sin embargo,
las concentraciones de decenas de miles de ciudadanos, mañana, tarde, e
incluso noches, cada día, frente a esa representación diplomática para
solicitar visado, esas jamás se conocerían si la "falta de objetividad"
de esos mismos periodistas, no las difundieran. El régimen pretende que
la verdad no esté en la realidad sino en su propaganda, la cual no se
puede negar a logrado ser eficaz durante todas estas décadas y aún sigue
confundiendo y engañando a muchos en el mundo.
Siempre la dictadura fabricará argumentos para sus medidas represivas.
Las aplicadas contra los periodistas extranjeros no dejan de serlo. A
ellos se les acusa de no ser objetivos y dar informaciones
distorsionadas de Cuba y se les expulsa; a los periodistas
independientes se les encarcelas por los mismos motivos. Son diferentes
formas de atentar contra la libertad de prensa, que como bien dijera el
propio Castro en declaraciones a la prensa en Estados Unidos a pocos
meses de su llegada al poder y cuando además afirmara: "I am not
comunist", es la principal enemiga de las dictaduras.
Esa es la verdad que pretenden ocultar, la de la larga historia de
mentiras y falsedades del comunismo castrista. Un régimen que desde el
inicio siempre ha acusado de traidores y al servicio del enemigo a
quienes han querido demostrar la verdad. Pero es todo lo contrario, los
enemigos del pueblo y la nación no son los que difunden la verdad, sino
los que para seguir oprimiendo la han ocultado todos estos años.
Los qué difunden al mundo el fracaso de aquel sistema, no hacen
propaganda contra Cuba, sino dan a conocer la verdad de nuestra isla
sometida y secuestrada por una cúpula que la somete y sojuzga. Esa es la
verdad.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=8863
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