2007-02-28.
Shelyn Rojas, Periodista Independiente
La Habana – En el año 1959 el Gobierno comenzó a intervenir las
propiedades. Poco a poco hoteles, condominios y fábricas pasaron a manos
del "pueblo".
En la actualidad, los hoteles son para el disfrute exclusivo de los
extranjeros. Algunos de los condominios han sido destinados para
organismos del estado, en otros, residen los altos funcionarios del
gobierno. Las fábricas son del Estado. El pueblo sólo pone la mano de
obra. Los salarios apenas alcanzan para subsistir. Sólo pueden negociar
e invertir los extranjeros.
Una de estas fábricas es la Empresa Confitera Habana "La Estrella",
ubicada en Calle Vega y Vía Blanca, en el Cerro, la cual no ha tenido
mantenimiento en muchos años. Las máquinas de procesamiento son las
mismas del capitalismo. Los hornos donde se cocinan las deliciosas
confituras, increíblemente, aún funcionan. Esta fábrica está compuesta
por dos edificios. En uno se elaboran las confituras y en el otro el
chocolate.
La Estrella tenía un sistema de pizarra telefónica con el que se
comunicaban con los departamentos, así localizaban a sus trabajadores si
existía algún problema.
La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA) cerró el contrato
telefónico. La pizarra quedó abandonada al no tener la fábrica
presupuestos para pagar.
Dentro del área de la fábrica, queda un teléfono público. A los
trabajadores sólo les quedó esa opción para comunicase con el exterior.
Una tarde en noviembre, el horno de las galletas se incendió. Los
trabajadores asustados llamaron a los bomberos. Los bomberos tienen
identificador de llamadas para saber de donde los llaman. No atienden
cuando es teléfono público, previendo que sea una broma. Como el número
que los llamaba era público, no creyeron la alarma.
Entre los operadores apagaron el fuego. Nadie se enteró y el que lo
supo, no lo creyó.
Los obreros de La Estrella, aún sin teléfono y sin que nadie les haga
caso a sus advertencias, temen no tener la misma suerte la próxima vez.
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