Cuba: Educación Gratuita?
2007-02-26.
Juan Mario Rodríguez, Corresponsal en la isla de Misceláneas de Cuba
La mala calidad del servicio educacional en Cuba, originada
fundamentalmente por la ineptitud de muchos de los educadores interinos,
obliga a los padres y familiares a desembolsar extraordinariamente sumas
para costear repasos impartidos extraclases por maestros y profesores
jubilados o desvinculados.
Esta tendencia compromete a las enseñanzas primaria, secundaria, técnica
y media, encauzadas en más del 50 % por maestros y profesores emergentes
que cubren el vacío provocado por el éxodo de profesionales del sector
hacia otros, como el turístico, en busca de mayores utilidades.
Cabe señalar que no todos los alumnos se permiten esos beneficios,
porque el monto de las cuotas es sumamente elevado. Nótese que los
emergentes son jóvenes adolescentes, en el más preciso significado del
vocablo, que no poseen conocimientos, vocación y ética necesarios para
emprender, a su vez, misiones como enseñadores.
El abordaje económico del asunto lo iniciaremos a partir de los 150
pesos mensuales que deben pagar los padres para que atiendan a sus bebés
de hasta dos años de edad en guarderías privadas. A partir de esta edad,
y hasta que asistan a la escuela a los cinco años, la cantidad a pagar
disminuye 50 pesos. Los llamados círculos infantiles (guarderías
estatales) son más económicos, pero, las posibilidades de obtener plazas
son muy remotas y, contradictoriamente, atinables mediante sobornos.
Las dificultades en el aprendizaje comienzan desde los primeros grados,
y no se revelan porque los infantes son promovidos a ultranza. Los
padres, preocupados por la calidad, someten a los estudiantes de
primaria a dos horas más de estudios, con una asesoría que les cuesta 50
pesos por mes.
A los alumnos de secundaria, por su parte, les cobran diez pesos por
sessión. Estos gastos los asumen quienes pretenden continuar estudiando
preuniversitario, o carreras técnicas tales como informática, muy
codiciadas en la capital de la isla.
Las familias pudientes pagan veinte pesos por sesiones de dos horas a
profesores que imparten en sus casas las materias que los alumnos no
captan en clases. Son, en mayoría, estudiantes interesados en enriquecer
y consolidar los conocimientos adquiridos para poder matricular en las
universidades.
Cada 22 de diciembre, los educadores reciben como homenaje numerosos
regalos del alumnado, convertido en día de cobro por un servicio que, se
supone, el Estado remunera bien.
La supuesta gratuidad de los servicios educacionales cubanos es un
atentado a la inteligencia y dignidad de nuestro pueblo, un mito que la
modernidad va desentrañando en su avalancha globalizadora.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=8883
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