Saturday, January 27, 2007

Remesas familiares y realidades políticas

Remesas familiares y realidades políticas

Por Pablo Alfonso. Diario Las Américas, 23 de enero de 2007.

Por cada dólar estadounidense que llega a Cuba como remesa familiar, la
dictadura castrista se queda de inmediato con $0.21 centavos. Diez, para
supuestos gastos de administración bancaria y otros once que atribuyen
al valor del peso convertible, que los cubanos llaman "Chavito".

Así es, que en esencia, el destinatario sólo recibe $0.79 centavos por
cada dólar que está obligado a cambiar en las casas de cambio, conocidas
como CADECAS.

Los economistas e instituciones cambiarias que prestan atención al tema
cubano, no manejan las mismas cifras en cuanto al valor anual de las
remesas familiares que los cubanos envían a los suyos en Cuba. El
gobierno de Cuba, nunca ha ofrecido cifras oficiales sobre el tema.

Hace algunos años la Comisión Económica de América Latina y El Caribe
(CEPAL), organismo de Naciones Unidas, consideró esas remesas en unos
$800 millones de dólares. El cálculo de la CEPAL fue muy disputado, por
cuanto los parámetros que manejaba no parecieron a los expertos muy
acertados. Muchos consideraban que la cifra era menor.

A partir de entonces esa cifra ha variado y oscila entre $600 y $1,000
millones de dólares anuales. Algunos especialistas basan sus cálculos en
el valor de las ventas en las tiendas de divisas - las TRD-, que
reportan las estadísticas cubanas. Las cifras más recientes indican
ventas por valor de $1,000 millones en el 2003 y de hasta $1,300
millones en el año 2004.

En lo que no hay discrepancias es en las ventajas financieras que las
remesas significan para el régimen cubano. Se trata de un flujo de
dinero en efectivo, que ingresa a las arcas del Estado sin apenas costo
de operaciones.

Las remesas son más eficaces, por ejemplo, que la industria turística,
donde producir $1.00 dólar le cuesta a ese sector $0.80 centavos,
aproximadamente.

Y no hablemos de la zafra azucarera, donde el valor de producción de
$1.00 dólar de azúcar, deja irremediablemente, pérdidas significativas.

Ese flujo de divisas que llega con las remesas -indican algunos
analistas-, ha hecho posible que la dictadura cubana no recurra a
medidas de liberalización económica y se mantiene, así, aferrada a la
estatización empresarial.

Sin embargo, las remesas familiares tienen también otras aristas, que
sobrepasan el marco de lo económico. Tienen que ver con lo político y lo
social.

Hay una vieja máxima popular que afirma: los extremos se tocan; y esto
es particularmente cierto en el caso de las remesas a Cuba.

Desde este lado del Estrecho de la Florida, algunos sectores del exilio
cubano que se autodefinen como intransigentes y conservadores, se oponen
al libre envío de remesas familiares a Cuba.

Dentro de Cuba, a los sectores más ortodoxos e intransigentes de la
dictadura les pasa lo mismo. También se oponen al envío de remesas
familiares desde el exterior.

Por supuesto, cada uno de ellos, enarbola razones diferentes.

En el exilio alegan, con cierta razón que las remesas familiares
sostienen a la dictadura y le permite sobrevivir, sin verse obligada a
liberalizar su economía.

Los sectores "más duros" del castrismo, alegan que las remesas
familiares han creado una peligrosa división en el seno de la sociedad
cubana, entre quienes reciben dólares y sobreviven con ellos y quienes
sólo tienen los desvalorizados pesos cubanos y están obligados a
"inventar" para sobrevivir.

Ambos, sin embargo, están entrampados en una realidad que supera sus
argumentos: Ni la dictadura castrista puede darse el lujo de prescindir
de las remesas familiares, ni los cubanos que envían desde el exterior
las remesas a sus familiares a la isla, van a dejar a los suyos sin la
ayuda que necesitan.

Es la ley de las realidades políticas y de los vínculos familiares que
están por encima de cualquier otra agenda.

http://www.cubanet.org/CNews/y07/jan07/26o6.htm

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