Tuesday, January 02, 2007

Lage, Chavez y el medico gallego

Posted on Mon, Jan. 01, 2007

Lage, Chávez y el médico gallego
ARMANDO GONZALEZ

Ha sido un fin de año razonablemente tranquilo en el continente. América
Latina eligió a un puñado de nuevos presidentes que, con la temporal
excepción de Felipe Calderón en México, ocuparon sus presidencias y
comenzaron su labor de gobierno en ámbitos de paz y disfrutando, al
menos por ahora, de una saludable actividad económica.

El único alboroto ha sido la contribución de Hugo Chávez al desarrollo
del teatro bufo oficial latinoamericano. El soldadito de plomo regó
millones de dólares del patrimonio nacional venezolano por todo el mundo
para comprar votos. Y entonces, a la hora de los mameyes y sin
asistencia alguna, llevó a cabo un embarazoso despliegue de irrespeto
internacional, mal gusto personal e ineptitud diplomática en el foro de
Naciones Unidas que le trajo exactamente lo contrario de lo que
pretendía. En lugar de un puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU,
logró hacer quedar en ridículo a su país y a sí mismo. Pero claro, no se
le pueden pedir peras al olmo. La escoria, como al mono, aunque la
vistan de seda escoria se queda.

El otro paréntesis noticioso ha sido aportado por el tirano de Cuba y
sus preocupados acólitos. El 31 de julio la dictadura castrista anunció
una temporal transición de poder del jefe máximo al vice de todo a causa
de una condición de salud a la que se le dio el status de ''secreto de
estado''. En medio de la tensión interna provocada por el anuncio, el
vicepresidente, Carlos Lage, en un despliegue de optimismo que ni él
mismo se creía, hubo de informar que ''el comandante en jefe regresará a
sus labores en una semana''. Sabemos que Cuba es lenta, pero esto es
ridículo. A la lectura de esta columna, han pasado exactamente cinco
meses del anuncio original y el embrollo es mayor que el primer día.

La prensa internacional, esa prensa que habría montado una vigilia de 24
horas si el enfermo fuera Bush, esa prensa que se mostró airadamente
ofendida porque el vicepresidente Cheney no les notificó,
inmediatamente, que había herido a un amigo en un accidente de cacería,
no ha mostrado impaciencia alguna por el silencio del gobierno cubano,
ese gobierno que no solamente les oculta la información médica, sino
hasta el sitio donde se encuentra el enfermo. Claro que, a estas
alturas, el comportamiento de la prensa no debe sorprendernos. Por el
contrario, nos debe satisfacer que ese comportamiento ratifique nuestras
denuncias previas. Están sumidos en el prejuicio de izquierda y no
tienen intención de corregirlo.

Y por último, el médico gallego. El Dr. José Luis García Sabrido, jefe
de cirugía del Hospital Público Gregorio Marañón y profesor titular de
la Universidad Complutense de Madrid (un título de 17 palabras, ¿cómo
meten todo eso en un business card?), acaba de examinar al tirano y de
informar a la prensa internacional que su paciente no sufre de
padecimiento maligno alguno y que su actividad intelectual es
''excelente y fantástica''. Si esto último es cierto, tendremos que
llegar a la conclusión de que la enfermedad ha mejorado al tirano.
Porque Fidel Castro será un genio del mal, pero en lo que respecta a
gobernar a un pueblo, crear un estado de derecho y administrar una
economía nacional su ''actividad intelectual'' ha estado, como decimos
en cubano, ``a la altura de un perro''.

El médico gallego fue seleccionado tanto por su capacidad profesional
como por su confiabilidad política. La prueba más fehaciente es su
reportada amistad con la familia Castro sumado a su reporte público
donde nos dice lo que no tiene Fidel Castro, pero no nos dice lo que
tiene. El tratar de escudarse bajo ''ética profesional'' es ridículo.
Las figuras públicas no cuentan con esa protección.

De manera que, al final, ¿de dónde nos ha llegado la información sobre
el estado de salud del tirano? Pues nada menos que de una versión
política actualizada de los famosos ''3 Stooges'' de la televisión
norteamericana. En lugar de Moe, Larry y Curly, tenemos a Lage y su
proyección de ''una semana'' de convalescencia, Hugo Chávez contándonos
de las escapadas nocturnas de Fidel por la campiña cubana y el médico
gallego asegurándonos que la actividad intelectual de Castro es
``excelente y fantástica''.

Mentiras, mentiras y mentiras. Y después quieren que los respeten.

agonzalez@miamiherald.com

http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/opinion/16358695.htm

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