Tuesday, January 02, 2007

El trabajo, represion y terror

LABORALES
El trabajo, represión y terror
Luis Esteban Espinosa, Jóvenes sin Censura

CIEGO DE AVILA, Cuba - Enero (www.cubanet.org) - El trabajo es uno de
los derechos inalienables y elementales del ser humano. Así está
reconocido en los más importantes pactos, convenios y declaraciones
internacionales, también en las constituciones y legislaciones laborales
de la inmensa mayoría de los estados, incluyendo los regímenes totalitarios.

En algunos países como el nuestro, el trabajo es obligatorio. Aquí más
de mil jóvenes se encuentran encarcelados, sancionados hasta 4 años de
prisión, acusados de peligrosidad social, por "el hecho de no
encontrarse vinculado a un trabajo" como elemento principal de acusación
de la fiscalía. Sin embargo, la función laboral en estos tiempos en Cuba
es dúctil y subordinada absolutamente a la política gubernamental.

Por un lado, la Seguridad del Estado expulsa a los disidentes de sus
centros de trabajo y los declara "no confiables", aún cuando estos sólo
sean el barbero de un pequeño poblado. Tal es el caso de Juan Alberto de
la Nuez Ramírez, quien fue expulsado de la barbería de Aguada de
Pasajeros, en la provincia de Cienfuegos, por ser bibliotecario
independiente y activista de la Fundación Cubana de Derechos Humanos, y
a quien el director de esta entidad le alegó que había visitado la
Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana para extraer algunos
libros de "propaganda enemiga".

Así, pudiéramos citar una larga lista de opositores que en los últimos
meses han sido expulsados de sus centros de trabajo. Casos como Manuel
Antonio Moré Borrero, profesor del municipio de Baracoa, en la provincia
de Guantánamo, y miembro del movimiento pacifista Juan Pablo Segundo. O
Yoel Izquierdo López, del municipio Bolivia en Ciego de Ávila y
activista de la Fundación Cubana de Derechos Humanos, expulsado del
hospital de esa localidad del que era administrador.

La represión alcanza también a los familiares de los disidentes y
periodistas independientes. A Cenia Echevarria Prieto, sobrina del
periodista independiente y prisionero de conciencia del grupo de los 75
Fabio Prieto Llorente, se le cerró el contrato laboral por visitar a su
tío en la prisión. Ello, a pesar de que impartía clases a 18 grupos en
la escuela de arte en Isla de Pinos, lugar donde reside junto a su mamá
Clara Lourdes Prieto Llorente, quien semanas antes había sido también
separada como empleada de una empresa estatal.

Los contestatarios no pueden soñar siquiera con un puesto de trabajo en
los sectores privilegiados de la sociedad cubana tales como el turismo,
la administración y otros.

Por otro lado, algunos disidentes son obligados a trabajar, so pena de
ser llevados a la cárcel y extinguir largas condenas.

El pasado 26 de julio, Guillermo Llanos Ricardo, Vicepresidente Nacional
de la Fundación Cubana de Derechos Humanos, fue advertido de que si en
15 días no comenzaba a trabajar en una empresa estatal sería llevado a
prisión.

Otro caso es el del profesor y periodista independiente Reinaldo Cosano
Alén, a quien la Seguridad del Estado trata de mantener en jaque con una
sanción de seis meses de trabajo sin internamiento, impuesta hace 10
años por el Tribunal Municipal de Guanabo en La Habana. Cosano Alén, de
63 años de edad, recibe constantes citaciones supuestamente del Tribunal
Municipal, cada vez que intenta participar en alguna actividad
importante de la disidencia.

A los que reclaman sus derechos y aman la independencia del gobierno, se
les despoja de sus tierras y bienes, como le ocurrió al campesino
independiente Idael Pérez Díaz, residente en el Central Violeta de Ciego
de Ávila.

En determinados sectores laborales, el estado convierte a sus empleados
y profesionales en una especie de medio básico, obligándolos a
permanecer laborando en contra de su voluntad por períodos de hasta
siete años. La dirección del gobierno piensa que los profesionales lo
son solamente gracias a la revolución y que siempre estarán en deuda con
ella. Esto les está ocurriendo, sobre todo, a centenares de médicos y
técnicos de salud. El ciego Arquímedes Quintana, presidente de la
Fraternidad de Ciegos Independientes de Cuba, lleva 25 años
desempeñándose como fisioterapeuta. Desde hace 18 meses tiene visa para
viajar a los Estados Unidos, la cual le ha sido negada.

La deficiente legislación laboral cubana, la forma despectiva en que se
le trata y la falta de sindicatos independientes, hacen que en Cuba
ninguna persona tenga garantizada la permanencia en su puesto de trabajo
y esto incluye desde el limpia pisos hasta un ministro.

Por otra parte, el panorama del miedo es aprovechado sustanciosamente
para brindar una imagen dentro y fuera de Cuba de gran fortaleza popular
y de consenso general. Esto lo logra llevando a los obreros en masa a
los desfiles bajo la presión de que si no acuden quedaran cesantes, o
"se les tendrá en cuenta en forma acumulativa". El miedo está tan
arraigado, que muchos de estos trabajadores -como rueda de carretera-
son autores directos de los violentos actos de repudio organizados por
el gobierno.

http://www.cubanet.org/CNews/y07/jan07/02a10.htm

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