Tuesday, December 26, 2006

El gobierno de los vice

Política
El gobierno de los vice

La prolongada ausencia del máximo líder conforma un ejecutivo coral en
la Isla, sin que nadie se atreva a los protagonismos.

Federico Fornés, Ciudad de La Habana

martes 26 de diciembre de 2006 6:00:00


Si la meta era entrevistarse con el futuro hombre de Cuba, entonces se
fueron con las manos vacías. Si por el contrario, era sólo una carnada
para saber si Fidel Castro estaba vivo y consciente, entonces lo
consiguieron.

Una misión bipartidista de diez legisladores estadounidenses pidieron
entrevistarse con Raúl Castro. Fracasaron. A cambio tuvieron como
interlocutores al ministro de Exteriores Felipe Pérez y al jefe del
Parlamento —considerado por Estados Unidos como el "canciller"—, Ricardo
Alarcón.

Ninguno de los dos gozan de poder real, aunque en el caso del segundo su
experiencia avala ser escuchado si se le pide una opinión.

Nunca se ha sabido cuál es el alcance de Alarcón a la hora de conformar
una visión política hacia Washington, un tema que Fidel Castro ha tenido
bajo su mando exclusivo desde los días guerrilleros de la Sierra Maestra.

"Así le quede media neurona, Fidel no dejará que otros tomen decisiones
por él", afirma tajante un ex militar que ahora trabaja en almacenes
Universal, uno de las tantos arietes comerciales de las fuerzas armadas
repartidos por toda la isla.

Este ex oficial y tanquista dice que "al comandante nadie le pone un pie
delante, mucho menos si de lo que se habla es del futuro con Estados
Unidos. Esto ha sido una guerra sin cañonazos. No va ser diferente ahora".

La percepción de este funcionario, que nunca abandona sus maneras
cuartelarias, es un anillo que encaja en el dedo del representante por
Arizona, Jeff Flake, uno de los líderes del grupo congresional.

"Nos dijeron que Fidel iba a regresar y una reunión con Raúl habría
enviado un mensaje diferente, de que ya se habría producido la
transferencia del poder entre los hermanos", explicó el republicano a la
vuelta a Washington.

Flake sostuvo que "ha empezado el diálogo, y con la mayor delegación en
medio siglo. Significa que habrá más visitas y más diálogos en el futuro".

El compás de espera sigue detenido

El momento actual indica que hay menos angustia que hace unas semanas,
cuando en los homenajes de la fundación Guayasamín al ausente
gobernante, los miembros del gobierno estaban carilargos y tensos.

Escasas fueron las sonrisas, y las intervenciones laudatorias de los
asistentes privilegiaron los verbos en pasado.

El propio discurso del vicepresidente Carlos Lage estaba recorrido de
ambivalencias que traían más dudas que certezas sobre el futuro del
liderazgo fidelista.

"En Cuba no habrá sucesión, habrá continuidad", sentenció entonces Lage,
dando por seguro que el traspaso de poderes hacia Raúl Castro era una
perspectiva en el corto plazo.

Sin embargo, la negativa del general de Ejército y jefe de las Fuerzas
Armadas a tomar un café con los congresistas hace ver que el compás de
espera sigue detenido.

Se habla incluso de que el vasto aparato administrativo del comandante,
conocido como grupo de apoyo, se toma unas largas vacaciones, pues nadie
lo puede usar.

"Así no vamos a ninguna parte… Raúl invitó a los americanos a dialogar
el 2 de diciembre en la Plaza, los americanos vinieron y entonces él los
desairó al no recibirlos", comentó un investigador de ciencias sociales.

La visita de los legisladores estadounidenses estuvo precedida de un
buen regalo de Navidad para el gobierno cubano.

Una investigación alentada por el demócrata William Delahunt y el propio
Flake escudriñó las finanzas destinadas a los grupos disidentes en la
Isla y descubrió que "una parte del dinero se malgastaba en golosinas y
artículos suntuosos".

En carta abierta al Congreso estadounidense, líderes de tales
organizaciones imploraron que las ayudas en dinero y medicinas —que
consideran vitales para su trabajo— no sean cortadas.

Por el momento, el grifo está cerrado y los legisladores no incluyeron
en su agenda entrevistarse con ellos en La Habana. Pésima señal.

El ahora hombre más protegido de Cuba

Sin abusar de la retórica, estamos viendo desenvolverse a un gobierno
dirigido por vicepresidentes.

En breves palabras, tocadas de anecdotario familiar, el propio Raúl
Castro reconoció la semana pasada en el congreso universitario que su
estilo de mando es colegiado, tomando distancia, sin quererlo, de los
métodos personalistas de su hermano.

Insistió nuevamente en su frase favorita de junio pasado, para ahuyentar
cualquier intento de caudillismo en una ya visible era post-Fidel. "Sólo
el Partido Comunista puede sustituir a un Fidel que es insustituible".

La enfermedad del comandante ha hecho que muchos reparen en la finitud
de la vida y los límites del poder.

"Lo queramos o no, ya nosotros estamos concluyendo el cumplimiento de
nuestro deber y hay que dar paso a las nuevas generaciones", dijo sin
pesadumbre Raúl Castro.

En su otra aparición pública, el general de cuatro estrellas presidió la
inauguración del gigantesco óleo El arca de la vida, una recreación de
artistas cubanos del yate Granma, que lo trajo a la Isla medio siglo
atrás junto a Fidel Castro y ochenta hombres más.

Era entonces un joven de 25 años, delgaducho y jaranero. Ahora es el
hombre más protegido de Cuba. Por cerca de dos horas, nadie pudo entrar
a los predios del Museo Nacional en tres manzanas a la redonda. Allí
estaba Raúl.

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