AGRICULTURA
Veinte años entre búfalos
Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba -Noviembre (www.cubanet.org) - Dicen que en los viejos
tiempos el trust de la carne producía millones en Cuba, que la libra en
pie costaba un centavo en 1931, que los ganaderos ganaban un millón de
pesos mensuales y que el gobierno de Ramón Grau San Martín no sólo
propició el monopolio de la carne, sino que además arruinó la industria
del tasajo.
A pesar de esa triste realidad el cubano trabajador de a pie se comía su
pedazo de carne dos y tres veces por semana. En los años cincuenta,
durante la dictadura batistiana, un bistec costaba cinco centavos y la
libra de carne de primera 45.
Hoy, el panorama que puede verse en la Isla no es el mejor. No hay trust
ganadero ni ganaderos millonarios, pero tampoco hay carne para los
cubanos. ¿Será esta una de las razones por lo que nuestra población es
cada vez menos resistente a las enfermedades infecciosas?
Desde los últimos veinte años aproximadamente la alimentación del cubano
viene sufriendo de graves deficiencias. La mesa del trabajador de hoy no
es ni el reflejo de la de otros tiempos. ¿Será por eso que numerosas
enfermedades como el dengue en sus cuatro fases, la leptospirosis, la
hepatitis viral B y muchas otras han ocasionado grandes problemas al
gobierno en los últimos años?
Guiándonos por esa vieja máxima "El hombre es lo que come", podemos
afirmar que nuestra población tiende a estar cada vez más enferma y
frágil por la mala calidad de su alimentación, sobre todo si nos
referimos a la carne de res. Considerada entre los primeros alimentos
nutritivos, su ausencia en Cuba no deja de representar un peligro para
la salud de la población.
Según informó en 2003 el Instituto de Ciencia Animal (ICA), fundado hace
42 años para desarrollar los pastos y la alimentación con recursos
locales, cuando sobrevino el período especial la ganadería vacuna se
quedó de pronto sin piensos, ya que sus materias primas eran enviadas
por la difunta URSS. La producción de leche se redujo a una tercera
parte y la venta de carne de res desapareció.
A lo largo de 47 años de régimen castrista la ganadería cubana ha pasado
por diversos animales de pedigree: Cebú con Holstein, las razas Siboney
y Mambí y en la actualidad el búfalo asiático que recibe el nombre de
Bubalus bubalis. El científico André Voisin aportó sus conocimientos
sobre ganadería, pero ni aún así este sector pudo sobrevivir a la
catástrofe económica que ha sufrido por décadas el país.
Algunos dicen que una gran parte del ganado vacuno es utilizada en las
labores del campo con el fin de disminuir el uso de combustible. O sea,
que la tracción animal sustituye el empleo de unos 250 tractores en los
sectores estatales y cooperativas campesinas. El propósito, según la
prensa nacional, es llegar a las 4,900 parejas de bueyes para atender
los diferentes cultivos y la transportación de viandas, hortalizas,
frutas, etc.
En Pinar del Río, la provincia más occidental de Cuba, se está llevando
a cabo la cría y el fomento de búfalos. Los especialistas cubanos lo
consideran el futuro de la ganadería puesto que estos animales son
resistentes al clima y a las enfermedades, comen lo que encuentran y su
índice de mortalidad es inferior al vacuno.
Quienes dirigen este proyecto desde el 26 de julio de 1987, cuando
llegaron al país los primeros 26 ejemplares, lo llaman "la hora del
búfalo" y aseguran que constituyen el futuro de la ganadería. No importa
que hasta la fecha los cubanos de a pie no hayan podido probar su carne
en casi veinte años y que los campesinos que viven al sur de la
provincia pinareña, desde Los Palacios hasta la carretera que conduce a
La Coloma, contemplen con horror cómo los miles de búfalos que corren de
noche en manadas salvajes rompen cercas, destruyen cultivos y devoran
todos los sembrados que encuentran a su paso.
El resultado de la cría de estos imponentes animales es bien conocido:
las empresas ganaderas pinareñas no cesan de afrontar serios litigios
con los campesinos e indemnizan cada día a los que son perjudicados por
los búfalos, su carne no le conocemos todavía su sabor y a pesar de que
su leche es excelente para obtener queso y mantequilla, estos productos,
después de 20 años de fomentar la cría, no han llegado aún a las manos
del pueblo a través de su cartilla de racionamiento.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/nov06/28a9.htm
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