Tuesday, November 28, 2006

La gran empresa

La gran empresa

Yosvani Anzardo Hernández

Bitácora Cubana, 27 de noviembre de 2006 – Holguín

José Santos es estudiante de ingeniería industrial, de una de las
improvisadas sedes universitarias municipales. Cuando desmantelaron la
maltrecha empresa azucarera, donde trabajaba, no tuvo opción y se
convirtió en estudiante.

En su aula, casi todos realizan lo que la policía llama “actividad
económica ilegal”. Hay zapateros remendones, peinadoras, electricistas,
técnicos de refrigeración, un carpintero, un aspirante a mafioso, un
protesista dental, y por supuesto, también un loco. Y ese es José.

Un día fue al Banco Popular de Ahorro, pues en el de crédito y
servicio le dijeron que no se hacía ni una cosa ni la otra, sino todo lo
contrario. Si no entienden, no se preocupen, yo tampoco. Recuerden que
hablamos de Cuba.

Pues bien, a lo nuestro. En el banco se informó que no se dan créditos,
y que si haces un depósito en divisa sólo ganas el 1% anual de interés.
Y no puedes retirar tu dinero cuando quieras. ¡Razón que convence!, José
Santos creó su propio banco, con cuatro accionistas más, que aportaron
pequeñas sumas con intereses muy competitivos al debito y al crédito. Y
le prestaron dinero a todos, menos al aspirante a mafioso.

Cada una de las micro empresas funciona en la clandestinidad, razón por
la que se cuidan de no crecer. Convirtieron el proyecto en la tesis de
grado de las asignaturas Contabilidad Financiera y de Costo y Análisis
Económicos.

El estudiante banquero dijo a los profesores que había leído en un
libro, que esto, y mucho más, se podía hacer. Desde entonces los
profesores, también improvisados, quieren leer el libro. Cual no sería
la sorpresa de nuestro banquero, cuando alguien le prestó uno titulado:
“Sólo los paranoicos sobreviven”, de Andy Grove, pues él sólo había
leído en la realidad económica cubana, y dice que la independencia
económica no sólo va en dependencia política y de libertad, sino también
física, de movimiento, y de pensamiento.

Nos cuidamos de que no nos crezcan más las alas que los pies, para ser
objetivo, sin dejar de soñar, y nos entrenamos para cuando pronto se
legalice la pequeña empresa; para que, como uno de los resultados del
cambio, podamos caminar con bastón y no con muletas. Y no digo más.
José, medalla para ti, y tus compañeros, y que la suerte no les falte.

Agencia de prensa Jóvenes sin censura (El gobierno cubano le niega a
esta agencia su reconocimiento legal)

http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=3417

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