Posted on Fri, Nov. 24, 2006
El miedo a la libertad
Quisiera dar mi opinión acerca del artículo ¿Por qué no salen a la calle? de Emilio Ichikawa [Perspectiva, 21 de noviembre]: porque el cubano que vive en Cuba no sabe cómo salir a la calle. No sabe cómo organizarse, sólo conoce a un líder, una idea.
Recuerde que el cubano que se espera se tire a la calle es el que nació después de Castro (el pueblo que se tiró en Europa del este era el pueblo que había nacido dentro del comunismo). Ese es el cubano que quiere cambios, el que necesita cambios, el que más se beneficiará de los cambios. Pero al mismo tiempo, ¿quién lo educa y quién lo respalda en las formas de manifestarse? La historia de los opositores es más conocida fuera de Cuba que en Cuba. Cuando les pregunté a mis padres y amistades que viven en Cuba si conocen a los opositores, sólo conocían de ellos lo que se habla en la Mesa Redonda.
Siempre he pensado que al salir de Cuba perdí el derecho de decir: ¿por qué no se lanzan a la calle y terminan por una vez y para siempre con ese esclavismo al que están destinados. Sería una hipocresía de mi parte demandar o dar la idea de que los que tienen que hacer algo son los que están en Cuba y no yo, todos los que vivimos fuera que sí podemos manifestarnos de la forma que queremos y donde queremos.
¿Por qué no mejor viajamos a Cuba todos los cubanos que vivimos en libertad y democracia (ya que para el gobierno de Cuba seguimos siendo cubanos, debemos viajar a Cuba con pasaporte cubano) y comenzamos a desfilar con pancartas en contra del comunismo? Bien podemos organizarnos desde antes de llegar y hacer una marcha desde el aeropuerto José Martí por toda la Avenida Boyeros. Justo saldríamos a la Plaza de la Revolución, nos tomaría dos horas. Se piensa que somos dos millones de cubanos los que vivimos en Norteamérica; seríamos más si viajáramos de todas partes del mundo.
Mientras no estemos dispuestos a realmente hacer algo en las calles de Cuba, por Cuba, prefiero que nadie diga nada sobre los cubanos en la isla que no se lanzan a las calles. A la mayoría de fuera y de dentro de Cuba nos unen los mismos sentimientos: deseamos la libertad de Cuba y tenemos miedo a demandarla.
Maritza Roger
Ontario, Canadá
miroger@sympatico.ca
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/16084999.htm
El miedo a la libertad
Quisiera dar mi opinión acerca del artículo ¿Por qué no salen a la calle? de Emilio Ichikawa [Perspectiva, 21 de noviembre]: porque el cubano que vive en Cuba no sabe cómo salir a la calle. No sabe cómo organizarse, sólo conoce a un líder, una idea.
Recuerde que el cubano que se espera se tire a la calle es el que nació después de Castro (el pueblo que se tiró en Europa del este era el pueblo que había nacido dentro del comunismo). Ese es el cubano que quiere cambios, el que necesita cambios, el que más se beneficiará de los cambios. Pero al mismo tiempo, ¿quién lo educa y quién lo respalda en las formas de manifestarse? La historia de los opositores es más conocida fuera de Cuba que en Cuba. Cuando les pregunté a mis padres y amistades que viven en Cuba si conocen a los opositores, sólo conocían de ellos lo que se habla en la Mesa Redonda.
Siempre he pensado que al salir de Cuba perdí el derecho de decir: ¿por qué no se lanzan a la calle y terminan por una vez y para siempre con ese esclavismo al que están destinados. Sería una hipocresía de mi parte demandar o dar la idea de que los que tienen que hacer algo son los que están en Cuba y no yo, todos los que vivimos fuera que sí podemos manifestarnos de la forma que queremos y donde queremos.
¿Por qué no mejor viajamos a Cuba todos los cubanos que vivimos en libertad y democracia (ya que para el gobierno de Cuba seguimos siendo cubanos, debemos viajar a Cuba con pasaporte cubano) y comenzamos a desfilar con pancartas en contra del comunismo? Bien podemos organizarnos desde antes de llegar y hacer una marcha desde el aeropuerto José Martí por toda la Avenida Boyeros. Justo saldríamos a la Plaza de la Revolución, nos tomaría dos horas. Se piensa que somos dos millones de cubanos los que vivimos en Norteamérica; seríamos más si viajáramos de todas partes del mundo.
Mientras no estemos dispuestos a realmente hacer algo en las calles de Cuba, por Cuba, prefiero que nadie diga nada sobre los cubanos en la isla que no se lanzan a las calles. A la mayoría de fuera y de dentro de Cuba nos unen los mismos sentimientos: deseamos la libertad de Cuba y tenemos miedo a demandarla.
Maritza Roger
Ontario, Canadá
miroger@sympatico.ca
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/cuba/16084999.htm
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