Cuba: cárcel para las voces
OPINIÓN - 10/29/2006
Manuel Vázquez Portal
Cuba no tiene escuadrones de la muerte. Ni falta que le hacen. En Cuba
los periodistas mueren sin estruendo. La policía política se encarga de
un asesinato limpio, sin evidencias y con la anuencia del poder jurídico.
Policía política y tribunales son una misma cosa. En una celda inmunda
sus voces languidecen.
No hay periódicos alternativos que contradigan el discurso oficial ni
denuncien las arbitrariedades de las autoridades cubanas.
Todos los medios son propiedad del gobierno.
Y el periodista extranjero que cometa la herejía de divulgar una
información distante del capricho gubernamental es acusado de mercenario
y, dado el caso, hasta expulsado del país.
En Cuba no son los grupos de intereses, los políticos corruptos, el
crimen organizado, ni los narcotraficantes quienes persiguen a los
periodistas, mientras, el gobierno intenta protegerlos, es el propio
gobierno quien los persigue, censura y encarcela.
Más que leyes para proteger al periodista, hay leyes para silenciarlo.
Ahora mismo, y sin más protección que la de algunas organizaciones
internacionales, 26 periodistas cubanos purgan largas condenas por
ejercer su oficio. Después de China, Cuba es la mayor cárcel de
periodistas del mundo.
Pero todavía la gran prensa se niega a creer que aquel mito de
revolución romántica que una vez enaltecieron, sea el autor de tal
atrocidad.
Para quienes lo dudan, doy el santo y seña, llamada una de las Damas de
Blanco y preguntadle por Héctor Maseda u Oscar Mario González, por José
Ubaldo Izquierdo u Omar Ruiz, por Normando Hernández o Juan Carlos
Herrera, y ella le responderá que se pudren en una ergástula sórdida por
el simple hecho de amar la verdad.
La libertad de expresión en Cuba es una entelequia. Se escribe a favor
del gobierno o no se escribe.
El gobierno es el único empleador de periodistas.
El gobierno traza la línea editorial de todos los medios masivos de
comunicación. En Cuba no existe periodismo. El periodista es un soldado
más contra el enemigo brutal que desea socavar la obra de la revolución.
El mundo democrático se queja, escandaliza cuando un gobierno censura,
escamotea la información. Pero tiene la posibilidad de quejarse, de
escandalizar, de investigar, de llegar a la verdad y develarla, y hasta
conseguir que los culpables sean castigados.
Y a esos periodistas intrépidos, talentosos, honrados se les distingue
con premios glamorosos.
Los medios pertenecen a empresas privadas y gozan de autonomía para
establecer su línea editorial, además de contar con leyes que protegen
la libre circulación de la información.
Al mundo democrático le es difícil comprender que una sociedad pueda
desarrollarse sin el libre intercambio de opiniones, sin el saludable
contrapunteo entre partidos en el poder y partidos en la oposición, sin
que el periodista sea un agente de la objetividad y la verdad, sin que
se respete el derecho a saber y a participar que tiene la ciudadanía.
Pues en Cuba todos los periódicos son un solo periódico, todas las
televisoras son una televisora, todas las emisoras radiales son una
emisora —para la voz del Partido Comunista Cubano.
El resto, una cárcel para las voces que se atrevan a polemizar, a opinar
diferente, a ejercer la libertad de expresión.
Manuel Vázquez Portal es un poeta y periodista quien fue encarcelado en
Cuba y ahora reside en Miami.
http://www.eldiariony.com/noticias/detail.aspx?section=63&desc=Opini%C3%B3n&id=1516610
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