Tuesday, October 31, 2006

El futuro anunciado no sirvió

Economía
El futuro anunciado no sirvió

¿Cómo puede el trabajador sentirse dueño de la riqueza si, a pesar de lo
que produce, necesita un ingreso adicional para sobrevivir?

Dimas Castellanos, Ciudad de La Habana

martes 24 de octubre de 2006 6:00:00

El pasado mes de septiembre, en un contexto caracterizado por la
deteriorada relación salario-costo de la vida y sumido el mundo del
trabajo en un mar de indisciplinas, ilegalidades, delitos y corrupción,
al punto que las autoridades del país han considerado ese estado como la
posible causa del fracaso revolucionario, se celebró en Cuba el XIX
Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

La revolución, decía su líder en 1959, "es la demanda de hoy y la
demanda del futuro. La Revolución son los salarios del futuro…". Si el
presente es el futuro anunciado, entonces este no sirvió. Resulta que
entre el deseo y la realidad, en materia de distribución, media la
producción. Para lograr que su aumento se convierta en tarea fundamental
de los trabajadores, estos tienen que ser y considerarse dueños, por lo
que se impone un cambio radical en la concepción del papel del
movimiento obrero, donde su esencia sigue siendo la defensa de sus
intereses, mediante lo cual coadyuvan al avance social.

Cuando se pierde el sentido de pertenencia, como ha ocurrido en la Isla
con la llamada propiedad de todo el pueblo, ocurre que los ciudadanos,
desposeídos e impedidos por ley de ser propietarios y de recibir en
dependencia de sus aportes, buscan los medios para subsistir a través de
la ilegalidad y la corrupción.

¿Cómo puede el trabajador sentirse dueño colectivo de la riqueza, si a
pesar de lo que produce tiene que encontrar un ingreso adicional para
sobrevivir? Esa realidad explica la imposibilidad de salir del estado
actual sin restablecer la correspondencia entre salario y costo de la vida.

Dicha tesis demuestra que la solución del problema sindical está
estrechamente ligado a la democratización que requiere la naturaleza y
funciones de la economía. Por lo que se necesita la creación de espacios
y la institucionalización de derechos y libertades para que, de manera
paralela al Estado, los trabajadores puedan participar como verdaderos
sujetos en la gestión económica. La frase "la Revolución es de los
trabajadores" no puede ser una consigna sin contenido real.

"Las soluciones", dijo Raúl Castro en la clausura del Congreso, "sólo
pueden salir del trabajo práctico cotidiano de los dirigentes
sindicales, del contacto directo con los trabajadores, sus problemas y
aspiraciones". A lo que hay que añadir la necesidad insoslayable de
devolver la autonomía al movimiento sindical, como elemento activo de la
sociedad civil, sin lo cual lo primero es inalcanzable. Cuando eso
ocurra, los dirigentes sindicales, elegidos por los trabajadores,
responderán a esa responsabilidad contraída sin necesidad de
orientaciones extrasindicales.

Lo que se requiere es democracia en la economía, es decir, una amplia
distribución del poder económico entre todos los participantes en las
distintas actividades económicas. Esto debe abarcar desde la toma de
decisiones, hasta la distribución de las utilidades, incluido el derecho
a la posesión de los medios de producción.

Ese sería el verdadero socialismo, que no puede ser sino democrático,
que conlleve, en las condiciones de Cuba, primero a una distribución
justa de la riqueza y luego a una democracia política que no constituya
un simple retorno al voto universal y secreto; lo que constituiría el
mejor aporte a la búsqueda de la justicia social y la democratización
que se está produciendo en nuestra región.

Estado deplorable

La distribución de la riqueza producida a partir del sistema
capitalista, "relación entre el salario y el costo de la vida para el
sostenimiento de los obreros y sus familias", determinó la naturaleza
del sindicalismo, el cual radica en los intereses de los trabajadores.

La "dictadura del proletariado", "un retroceso respecto al Estado
burgués", no alteró esa esencia en ninguna de las experiencias
conocidas. En ella, los trabajadores, desarmados de sus genuinas
instituciones, reprimidos cuando las opiniones eran diferentes y
sometidos a intereses políticos ajenos a su naturaleza, perdieron en
franco proceso de retroceso los limitados derechos políticos que ofrecía
la democracia burguesa: la elección libre y periódica de los gobernantes.

La historia sindical de Cuba es un claro ejemplo de lo anterior. Desde
su surgimiento en la segunda mitad del siglo XIX las luchas sindicales
conquistaron legislaciones, derechos, prerrogativas y libertades que
permitieron el mejoramiento de las condiciones de vida de sus afiliados,
y consiguientemente de la sociedad.

El derrocamiento del régimen de Machado por la huelga general de 1933;
el nacimiento de la Central de Trabajadores de Cuba y su conversión en
la segunda central sindical más grande de la región; la legislación
obrera de 1938, un programa básico que garantizaba los derechos más
elementales de los trabajadores; la Constitución de 1940, que dedicó 27
artículos a los derechos individuales y colectivos del trabajo; son
algunas pruebas de la fortaleza e importancia alcanzada por el
movimiento obrero cubano antes de comenzar su declive.

La aceptación por parte de Eusebio Mujal de la proposición de Fulgencio
Batista después del golpe de Estado de 1952, llevó a una alianza con el
régimen que lastró la esencia del sindicalismo: la autonomía e
independencia respecto al Estado.

Luego, la tesis revolucionaria, enarbolada en 1959, de que la primera
demanda de los obreros debía ser el apoyo a "su revolución", desató un
proceso que culminó en la disolución de la CTC mediante un decreto
gubernamental, sustituida por la CTC-R, la cual tendría las nuevas
funciones subordinadas a la revolución; al punto que 1959 fue el primer
año en la historia sindical en que los trabajadores cubanos no
presentaron demandas.

Si a esa ausencia de autonomía se le une la ineficiencia de un modelo
inviable, entonces se torna comprensible el estado deplorable en que se
encuentran los trabajadores y su movimiento sindical.

URL:
http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/el-futuro-anunciado-no-sirvio/(gnews)/1161662400

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