SOCIEDAD
Ernesto y la ciudad olvidada
Odelin Alfonso Torna
LA HABANA, Cuba - Agosto (www.cubanet.org) - Ernesto acaricia con sus
vientos de tormenta tropical el extremo oriental de la mayor de las
Antillas. A la orilla del Missisipi, la ciudad olvidada recuerda al
Katrina, tarareando un blue de Louis Armstrong. Un canto al abandono.
Sin dudas, el Gobierno cubano cuenta con una excelente defensa civil.
Con tal amenaza ciclónica, se extraña la ausencia de un comandante con
dones de meteorólogo, dispuesto a salir montado en un jeep, bajo las
peores rachas de viento, dirigiendo el combate contra el fenómeno
atmosférico.
Los medios informativos juegan un papel importante con el seguimiento de
estos fenómenos meteorológicos. Un programa especial de la Televisión
Cubana da cobertura sobre la preparación del pueblo para enfrentar al
tormentoso Ernesto, que esta vez coincide con el primer aniversario de
la tragedia del Katrina.
Próxima a tocar tierra oriental la tormenta tropical Ernesto aparecieron
en pantalla imágenes de archivo de la devastación causada por el huracán
Katrina en New Orleans. Mega culpa la de los sorprendidos sureños que no
supieron correr a tiempo o no tuvieron en qué huir. La de una
gobernadora inexperta en materia de desastre. O la de un presidente que
tardó en llegar con la ayuda.
Hay que fustigar sin tregua a los enemigos del Norte. En todo momento,
aún con deplorables condiciones meteorológicas. Los vientos huracanados
exacerban el odio visceral de la dictadura por el gigante del Norte. En
tierra enemiga perecen por naturaleza gran parte de estos eventos
meteorológicos, provenientes del Atlántico y el Caribe.
Más de 1,400 habitantes murieron por causa de las inundaciones
provocadas por Katrina en el estado de Louisiana, en su mayoría
afroamericanos y latinos. Desde 1910, el área del Missisipi no había
sido azotada por un ciclón de tal envergadura. En aquel año murieron 275
personas.
La economía de la mayor de las Antillas no está en condiciones de
afrontar al débil Ernesto ni a ningún otro meteoro con apodo, eso lo
sabemos.
Los voceros del régimen aseguran que a un año del Katrina, en New
Orleans prima la desesperanza y la inseguridad para afrontar otro
fenómeno atmosférico.
El pueblo cubano está preparado, aseguran. Pudiera ser, salvo que nos
sorprenda un huracán a fin de mes, sin un centavo en los bolsillos. Aún
después, la fase recuperativa se torna peor. Sobre todo si, por
problemas personales o de estado, rechazamos la ayuda desinteresada que
nos ofrece "el enemigo del Norte".
Recordemos la ayuda ofrecida por el gobierno norteamericano, ascendente
a cien mil dólares, a causa de un devastador huracán que azotó el
occidente de Cuba. La respuesta no se hizo esperar. Al régimen cubano le
pareció insuficiente. Quería que le levantaran el embargo.
La catástrofe del Katrina le dio al gobierno cubano otra oportunidad
para su beneficencia humanitaria con fines políticos. El Tío Sam dijo
que no necesitaba médicos cubanos. Los dejó con las mochilas verde olivo
preparadas.
De la negativa americana surgió la brigada Henry Reeves, contingente de
más de trescientos médicos y con un elevado per cápita de desertores en
la tierra del repostero boliviano Evo Morales.
En comparación con el año pasado, uno de los de mayor actividad
ciclónica de la historia, en la temporada actual sólo se han registrado
cinco organismos de mayor o menor categoría. Septiembre pretende ser el
mes de más peligro de huracanes. Todavía pueden quedar meses de sustos y
riesgos en toda el área del Caribe.
Katrina disipó sus fuerzas en New Orleans, sus habitantes lo recordarán
por siempre. También el viejo río Missisipi que tanto ha visto. Ernesto
finalizará su viaje sobre tierras norteñas, como casi todos. Desde el
gran caimán, aún barbudo, afrontaremos tormentas, huracanes, hambre y
miserias. Verdaderamente, somos la nación perdida. Tan perdida como New
Orleans. Sólo que nuestro huracán es otro.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/ago06/31a8.htm
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