Friday, July 14, 2006

Solidaridad con Cuba

Posted on Fri, Jul. 14, 2006

Solidaridad con Cuba
ADOLFO RIVERO CARO

Nada más comprensible que el odio que la izquierda siente por el
presidente Bush. Es un hombre que lucha por la propagación de la
libertad en todo el mundo. No se lo perdonan. Tras la presentación de
las recomendaciones del segundo informe de la Comisión de Asistencia a
una Cuba Libre, Bush declaró: ``Este informe demuestra que estamos
trabajando en una forma activa por el cambio en Cuba, no esperando
simplemente por el cambio. Exhorto a todos nuestros amigos y aliados en
el mundo a unirse con nosotros en respaldar la libertad para el pueblo
cubano''.

Una vez más, el mensaje de Bush es claro y desagradable. En este caso,
que no hacer nada esperando la muerte de Castro significa, en la
práctica, apoyar el status quo cubano y, por consiguiente, apoyar la
sucesión castrista. Sucesión que el gobierno de Estados Unidos considera
inaceptable. Eso es lo esencial del mensaje y no cualquier ayuda
material, innecesariamente publicada y siempre insuficiente. Mucha gente
tiene que tratar de ignorarlo porque deja a casi todo el mundo en una
posición incómoda. Uno no puede sino preguntarse, ¿qué hubiera sucedido
si Europa hubiera respaldado la posición americana sobre Cuba? ¿Qué
sucedería hoy si media docena de embajadas importantes en La Habana
imitaran la combativa posición de la embajada americana? En vez de eso,
tenemos a la embajada de España como abierta colaboracionista con la
dictadura, cortesía del gobierno socialista de Zapatero, y a la embajada
de México, la otra más importante, como discretamente hostil o
enérgicamente ambigua. ¿Habrá cambio con Calderón? Quizás se llama una
canción.

Las acusaciones que se han hecho sobre injerencia en los asuntos
internos de Cuba son producto de la mala fe, la confusión o la
ignorancia. El rechazo a la utilización de la violencia, por ejemplo, no
es ninguna abstracción, es la forma normal de conducirse entre personas
respetuosas de la ley. Es la actividad de los delincuentes lo que obliga
a la sociedad a defenderse y a utilizar medidas coercitivas contra
ellos. De la misma forma, la no injerencia en los asuntos internos de
otros países no es ninguna abstracción sino la forma normal de
conducirse entre países liberales y democráticos. Ahora bien, ¿cómo
tratar a los países que no son ni liberales ni democráticos? ¿Qué hacer
con los gobiernos que utilizan los recursos del estado no sólo para
oprimir y explotar a sus propios pueblos sino para tratar de imponer
regímenes afines en otros países? No hacer nada por impedirlo sería
hacerse cómplice de un crimen, criticar las medidas de autodefensa no es
sino colaborar con el enemigo. Cuando The New York Times revela un plan
de lucha contra el financiamiento del terrorismo a nombre de la libertad
de prensa, su actitud es indistinguible de la traición. La página
editorial de The Wall Street Journal, la más respetada de Estados
Unidos, criticó duramente esa actitud. Simpatizar con The New York Times
no es simpatizar con la libertad de prensa, es simpatizar con sus
posiciones políticas. Por otra parte, no son ningún misterio: hay que
demonizar a Bush para que los demócratas puedan ganar las próximas
elecciones. Es una actitud mezquina y miserable. Es grotesco que la
dictadura castrista hable de injerencia de Estados Unidos en sus asuntos
internos cuando ningún gobierno del mundo tiene un expediente de
injerencia en los asuntos de otros países comparable con el de la
dictadura cubana. Mi amigo Juan Benemelis le ha dedicado todo un
excelente libro a Las guerras secretas de Fidel Castro.

La oposición interna en Cuba no tiene nada que lamentar de la posición
del gobierno de Estados Unidos. El gobierno cubano siempre la va a
atacar. Si no tiene pretextos, los va a inventar. A la incipiente
disidencia cubana la atacaron de estar a sueldo de Estados Unidos en una
época en que nunca recibimos ni una aspirina ni Estados Unidos ni de
nadie. No es un mérito, es que desconfiaban de nosotros. Si mis lectores
me perdonan una alusión personal, en aquella situación, a mi el gobierno
de Estados Unidos ni siquiera me dio visa para salir del país. Fue
Francia la que me dio asilo político. País, por cierto, al que estoy
profundamente agradecido y al que siempre querré entrañablemente.

La dictadura cubana vivió de la ayuda soviética durante décadas. Ahora
vive de Hugo Chávez. ¿Con qué autoridad moral pude oponerse a que la
disidencia cubana reciba ayuda de sus simpatizantes? ¿Qué quieren? ¿Qué
el mundo la deje morir de hambre en un país donde hay un solo empleador?
La oposición cubana de hoy no es menos heroica que sus predecesores pero
el presidio histórico nunca tuvo el nivel de solidaridad internacional
que existe actualmente. Sin el incansable trabajo de los cubanos
exiliados no existirían los premios ni los reconocimientos a los
opositores cubanos en la isla. Que el gobierno de Estados Unidos, que
tiene vastos intereses mundiales, priorice el problema cubano es labor
de ese exilio cubano. La oposición cubana se ha ganado esa solidaridad
con su sacrificio. Hay que estar orgullosa de ella, no cuestionarla.

www.neoliberalismo.com

http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/opinion/15032510.htm

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