Friday, July 21, 2006

Nefasto y sus dos abuelos (1)

Julio 20, 2006
Nefasto y sus dos abuelos (1)

Víctor Manuel Domínguez, Lux Info Press

LA HABANA, Julio (www.cubanet.org) - El amor filial de los cubanos es
conmovedor. Da escalofríos de felicidad ver cómo se babean, aúllan,
tiran de los pelos y se tuestan bajo el sol frente a la embajada
española cuando descubren que uno de sus abuelos nació en Tenerife, es
natural de Galicia, o tiene estirpe de catalán cruzado con rusa.

No importa que sea un abuelo de Castilla, Gijón, Granada, Ceuta, Cádiz o
Sevilla; ni que tenga algunos gajos de su árbol genealógico chamuscados
por ascendientes inquisidores, y se hayan convertido después
-dialécticamente- en seguidores de Franco, siempre que desde su voz
vuelen las zetas como un canto que eleva la posibilidad de un pasaporte,
más allá de gillipolleces y joderes.

Si pescó en el Guadalquivir, cruzó o nadó el Duero detrás de la pollera
de una doncella, o recorrió en alpargatas las polvaredas de La Mancha en
busca del bebedizo que hizo tozudo a Don Quijote, y se embarcó hacia
Cuba a cazar mambises, montar bodegas, o encontrarse con la gitana
tropical de sus ardores, en la uretra y el alma, ¡es un pepe que vale!

Y es este amor eterno a Cuba, a los cubanos y a las cubanas, lo que ha
despertado de su belladurmiéntico letargo al sentimiento súbito,
furioso, incontenible, que sentimos hoy por encontrar abuelos, tíos,
sobrinos y cuanta categoría filial nos permita hacernos ciudadanos
españoles, para ya casi casi en un mismo nivel ir a bendecir, a veces
sin retorno, la madre patria de nuestras devociones.

Es tanta nuestra pasión por el reencuentro, nuestro afán de insertarnos
en el seno de una España en llamas, pero con extintores, que el número
de cubanos que opta disciplinadamente por hacerse español -la travesía
en balsa sería algo monótona-, es superior al reguero de africanos que
toma por asalto las nostálgicas costas de la sin par Iberia, para
gritarle: ¡Estoy aquí, mamá! ¿No me conoces?

Por ese demostrado desinterés material, y ante un reclamo donde sólo
predomina el amor por el Museo del Prado con sus Velásquez, Goya, Dalí,
los euros, además de Galdós y las fabadas, Valle Inclán y un par de
zapatos en El Corte Inglés, Machado y un rinconcito propio bajo un
limonero, La Pasionaria y la paella auténtica para olvidarnos del pasaje
de regreso, es que nos duele que pretendan calificarnos de personas
descontentas con la fortuna que significa haber nacido y vivir en Cuba.

Eso de que el consulado de España en La Habana, desbordado por la enorme
demanda, ha puesto en marcha un "plan de choque" para atajar el
monumental atasco en la concesión de la nacionalidad a ciudadanos
cubanos descendientes de españoles, me suena a zarzuela mal cantada y
con subversivos textos en la dramatización.

¿Es que acaso insinúan que los más de 20 mil expedientes de nacionalidad
acumulados en el consulado de España en La Habana en los últimos años
constituyen una muestra del desespero de los cubanos para buscar
cualquier vía para dejar la Isla?

¿Se imaginan tal vez que 200 solicitudes de nacionalidad, unas 400 de
pasaportes, las cuatro mil legalizaciones, más los dos mil visados de
distintos tipos y alrededor de 240 audiencias de matrimonios, entre
otros trámites que se atienden al mes en ese consulado, según EFE, se
produzcan con la intención de salir del país o vivir de la limosna española?

¿Pretenden tildarnos de limosneros cuando aseguran que alrededor de tres
mil residentes en Cuba perciben pensiones asistenciales que oscilan
entre los mil y los tres mil euros al año, una cifra nada desdeñable
para un país donde el salario medio mensual oscila entre 15 y 20 dólares?

¡No, galleguitos, no! Si hacemos esas solicitudes y aceptamos esas
pensiones es por amor, confraternización, deseo de ayudarlos a gastar
unos euros en actos de buena voluntad.

¿Cómo pueden siquiera detenerse a pensar que con esa bagatela les están
salvando la vida a los residentes? ¡No la necesitamos para nada!

¡Somos diogénicos! Es decir, seguidores de Diógenes El Cínico. ¿Y a él
le hacía falta algo más que un tonel para dormir, sus manos para tomar
el agua y una escudilla de barro donde comer sus alimentos?

¿Ustedes lo escucharon hablar alguna vez de solicitudes, pensiones,
euros? ¿Lo vieron conducir algún auto, montarse en un avión, entrar a
una boutique a comprar ropa, o siquiera soñar con un visado para Europa?
Sólo exigía la luz del sol, y para dicha y privilegio nuestro, ese
producto aquí no está normado.

Además, ¿qué se puede adquirir en Cuba con 1,500 euros o un millón, más
allá de un pedazo de carne, una libra de aceite, tres libras de malanga,
un kilogramo de pollo, el uniforme escolar de los niños, la mochila, el
par de zapatos para el curso completo, entre otras necesidades básicas
del cubano, y así día tras día, mes tras mes, hasta que se agote la
última peseta y se vuelva a comenzar el ciclo eurológico?

Si bien más del 60 por ciento de los cubanos tenemos ascendencia
española, más del 90 andamos con un abuelo prieto atrás que no siempre
alojamos en la cocina, y mucho menos cuando alguien nos pregunta: Y tu
abuela, ¿dónde está?

Porque si es real que tenemos un abuelo blanco, también contamos con uno
negro, aunque algo más reservado, casi siempre escondido por eso de que
no le gusta la publicidad, el bullicio, y mucho menos recordar su tierra
natal, allá en el Congo, en Yibuti, Somalia, Mozambique, Senegal,
Burundi o Dahomey.

Fíjese si es así, si la reserva dictada por nuestros genes africanos es
proverbial, que jamás nadie ha visto en las embajadas de estos países a
ningún descendiente tratando de localizar el apellido de su abuelo negro
entre las tribus Mandiga o Carabalí.

No obstante esta aparente parcialización, y a los chismes regados por la
trompetería imperial, quiero expresarles en versos mis sentimientos.

Nefasto y sus dos abuelos

Me escoltan mis dos abuelos.
Uno blanco, uno negro.
Uno cubano, un europeo,
uno en pesos, otro en euros.
¿Sombras que sólo yo veo?

En realidad, ¿me escoltan mis dos abuelos?

LUX INFO-PRESS
Agencia Cubana Independiente de Información y Prensa
E-mail: Fsindical@aol.com

http://www.cubanet.org/sindical/news/y06/07200601.html

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