Posted on Mon, Jul. 17, 2006
Honduras busca detener la inmigración de cubanos
NANCY SAN MARTIN
The Miami Herald
Las autoridades hondureñas están creando un plan para ponerle fin a lo
que, según ellos, es una operación organizada de contrabando, temiendo
una ''avalancha'' de llegadas ilegales de cubanos que están utilizando a
Honduras como una vía hacia Estados Unidos.
''Lo que estamos viendo es tráfico de seres humanos'', declaró a The
Miami Herald Germán Espinal, director general de migración internacional
de Honduras. ``Tenemos que encontrar algún mecanismo que nos aleje de
ser cómplices en ese tráfico humano''.
Un número sin precedentes de cubanos han llegado a las playas de
Honduras este año. Por lo menos 380 en los pasados seis meses, comparado
con 179 en todo el 2005 y 47 en el 2002. Poco después de llegar, los
cubanos generalmente se van de Honduras por tierra rumbo a la frontera
entre México y EEUU, para aprovechar la política de pies secos-pies mojados.
El número de emigrantes cubanos que está entrando a EEUU por la frontera
con México también refleja esa tendencia. Según la Patrulla Fronteriza,
por primera vez hasta donde se recuerda, los cubanos se cuentan entre
los ilegales capturados con mayor frecuencia.
Las autoridades hondureñas esperan llegar a algún acuerdo con los
gobiernos de Cuba y EEUU para disuadir a los que tratan de huir de la
isla utilizando esa nación centroamericana como escala en su viaje hacia
el Norte.
''Nos preocupa una avalancha'', declaró Espinal en una entrevista
telefónica desde Honduras. ``No tenemos recursos para lidiar con esto.
Nos crea una situación muy caótica''.
Honduras se ha convertido en un imán para los emigrantes cubanos porque,
a diferencia de la mayoría de las demás naciones de la región, no tiene
un acuerdo de repatriación con Cuba. Eso les permite a los que llegan
allí quedarse el tiempo suficiente para irse por tierra a México a
través de Guatemala y después pasar a EEUU.
Las autoridades están convencidas de que las cifras indican que hay una
red organizada de contrabando, porque ya están llegando grupos de 20 y
30 personas en lanchas rápidas, que antes se detienen en las Islas
Caimán o en Jamaica. En algunos botes también van personas de otras
nacionalidades, tales como chinos o sudamericanos.
Espinal indicó que los emigrantes cubanos les han dicho a las
autoridades que el viaje cuesta entre $15,000 y $18,000 por pasajero, y
añadió que sus sospechas las realza el hecho de que los viajeros
``llegan en muy buenas condiciones, y no parece que hayan estado muy
expuestos al sol''.
Dana Warr, un oficial del Servicio Guardacostas de EEUU, señaló que la
situación descrita por las autoridades hondureñas ``es típica de lo que
revelaría una organización de contrabando''.
''Sabemos que la emigración cubana no sale solamente hacia EEUU'', dice
Warr. ``En la comunidad cubana de aquí existe una tenencia cada vez
mayor a valerse de la inmigración ilegal. Van a otros países, pero
después vienen aquí''.
Espinal indicó que los planes preliminares estipulan separar a los
emigrantes cubanos en tres grupos cuando lleguen: los que tienen
argumentos válidos para pedir asilo político, los casos humanitarios y
los que están huyendo por motivos económicos. Aunque las leyes de
Honduras prohíben deportar a los cubanos a la isla, ``podemos
devolverlos al lugar de donde salieron''.
Esas opciones han dado lugar a temores entre los activistas de derechos
humanos. Ramón Custodio, Comisionado de Derechos Humanos de Honduras,
declaró que la repatriación violaría los términos de una convención
internacional sobre refugiados firmada por Honduras en 1992.
''Lo que nos importa es el trato de cualquier ser humano que procure
refugio en cualquier país'', subrayó Custodio. ``Si llegan a nuestras
costas, tenemos que tratarlo todo lo humanamente posible''.
Algunos cubanos que han hecho la travesía de aproximadamente 700 millas
entre las costas surorientales de Cuba hasta Honduras niegan que hay un
sistema organizado de contrabando humano.
''Eso es mentira. Los cubanos construyen sus propios botes . . . No hay
tráfico . . .'', apuntó René Crespo, quien hizo el viaje ilegal hasta
Honduras hace 18 meses y ahora vive en Miami. Su esposa está en un grupo
de 22 cubanos rescatados por pescadores hondureños a principios de mes.
Todos se han ido ya de Honduras y se espera lleguen a Miami.
Crespo aseguró que si Honduras les cierra la frontera a los cubanos
``las cosas se van a poner feas. Los cubanos hallarán la forma de salir,
porque ven que los que nos fuimos y trabajamos podemos llevar una vida
decente''.
nsanmartin@MiamiHerald.com
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/americas/15054195.htm
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