Adiós a la cortesía
Liannis Meriño Aguilera
Bitácora Cubana, 30 de julio de 2006 – Holguín
En los últimos tiempos el régimen cubano se ha ensañado en impartir
enseñanzas con fines políticos marcados, pero ha olvidado transmitir la
importancia de siempre llevar presentes hábitos de cortesía y educación
formal.
Es evidente al observar la poca preparación que tienen los jóvenes
cubanos con respecto a estos temas. No es menos cierto que el estado de
desesperación en que se encuentran los residentes en la isla, debido a
la crítica situación económica que atraviesan, influye, pero es
inadmisible que por este motivo se pierdan valores tan importantes de la
personalidad, como la solidaridad, el respeto y el amor al prójimo.
Un aspecto tan importante en la comunicación como el saludo ya es sólo
un mito. Es usual escuchar a las personas entablando conversaciones con
voces extremadamente altas. En los ómnibus, ya ni los ancianos ni las
embarazadas tienen el derecho a sentarse, pues la minoría es la que sede
a esa posibilidad.
Soy una joven cubana con 22 años. Me encuentro embarazada, entre las 24
y 25 semanas de gestación. Y he sufrido amargas experiencias por el solo
hecho de tener una barriga bien grande. Resido en el municipio Banes,
donde la transportación es escasa, y sólo hay una oportunidad de viajar
en ómnibus destinados a transportar obreros del turismo, popularmente
conocidas como las guaguas amarillas, porque todas llevan ese color.
Es triste ver como los trabajadores de forma despectiva he irónica para
a los ancianos y embarazadas de los asientos. A otros les molesta que la
población sea transportada junto a ellos, ya que opinan tener mejores
olores.
Las colas son batallas que no tienen tiempo de paz. Si Homero reviviera
se daría cuenta de que su Odisea se quedó atrás. Precisamente este
miércoles decidí tomar helado, y cuando llegué a la heladería La
Sombrilla, por el solo hecho de tener una barriga inmensa, alrededor de
20 personas me insultaron fuertemente. Sin hablar aun, sólo escuché:
"las embarazadas también tienen que hacer la misma cola y lo ordenó el
Partido Comunista".
Alcé la vista y observé un grupo de personas que ocupaba el centro del
local donde venden los tickets , y se extendía hasta la mitad de la
cuadra. Permanecí dos horas de pie, sin resultado alguno. Ya
desfallecida me dirigí al dependiente que me dijo sin piedad: "no voy a
venderle a las embarazadas, hagan la cola", sólo respondí "gracias" y me
marché.
Un inmenso dolor me apretó el pecho: parte era hambre y lo otro era
vergüenza. Ver como jóvenes iguales que yo hayan olvidado tan fácilmente
las normas de cortesía, y peor aun es… que las autoridades municipales
no se interesen por implantar el orden y facilitar los servicios a la
población.
¿De quien será la culpa? ¿Es que a caso en las escuelas se utiliza la
mayoría del tiempo para impartir enseñanzas comunistas y no queda un
instante para practicar la educación formal? ¿Será este una de las
causas elementales de que ya una vez en las calles las personas no
practiquen las normas de cortesía? ¡O es que el actual gobierno ayuda a
hacer eco la frase "sí al comunismo, abajo la cortesía!
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=2593
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