Tuesday, June 06, 2006

Las cronicas de Garcia Marquez

CULTURA
Las crónicas de García Márquez
Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba - Junio (www.cubanet.org) - En las casi doscientas
crónicas que publicó Gabriel García Márquez entre 1961 y 1984 y
compiladas en el libro Notas de prensa, Editorial Mondadori, España
-verdadera lectura para conocer el buen periodismo- se comprende mejor
el indefinido criterio que tiene este autor colombiano por la libertad
de expresión y de prensa, las dictaduras y la implícita represión social.

Aparte de gustarme su estilo literario, de haber disfrutado de sus
novelas y cuentos, de ser, en fin, una admiradora suya más, siempre me
he preguntado por qué su amistad íntima de años con los que dirigen el
gobierno cubano hace casi medio siglo, representantes de una revolución
convertida en dictadura, que socava la libertad de los cubanos, controla
la prensa nacional y reprime socialmente al que trata de participar en
la economía y en la política, de forma disidente, hace casi medio siglo.

Si algún rechazo he sentido por el autor de Cien años de soledad, fue
por haberle dado la espalda a mi pueblo, víctima de esa nomenklatura de
la que el escritor y periodista disfrutó durante años y que como bien lo
ha visto con sus propios ojos, ha sumido en la peor de las miserias al
país, gracias a un modelo económico improductivo.

En cambio, en sus crónicas de los años ochenta, el Premio Nobel de
Literatura 1982 ha dejado escrito su criterio sobre los beneficios de
democratizar la información por medio de una prensa libre y no
controlada por gobierno alguno.

A pesar de haberle gustado el dulce sabor del poder absoluto, escribe
que "el tiempo de los gobernados es más lento e insidioso que el del
poder", y recrimina a Francisco Franco por no haber tenido la dignidad
de preguntarle a los españoles a través de un plebiscito si lo querían o
no, algo que se ha negado a hacer su amigo cubano. Antes de morir el
dictador de España, escribe García Márquez, que "convocó a los
periodistas que mantuvo amordazados durante 40 años y también a los que
su propio régimen pagaba para que lo adularan y sorprendió a todos con
una declaración fantástica: no puedo quejarme de la forma en que siempre
me ha tratado la prensa".

En esa misma crónica, titulada El cuento de los generales que se
creyeron su propio cuento, García Márquez reprocha al régimen de Uruguay
por ser "dueños de todo su poder, con la prensa comprada, los partidos
políticos prohibidos, la actividad sindical suprimida, con media
oposición en la cárcel y nada menos que la quinta parte de la población
nacional dispersa por el mundo". ¿Acaso este célebre escritor
contemporáneo pensaba en Cuba mientras describía el sistema político
uruguayo?

Al parecer, ni siquiera se dio por enterado de que los Beatles
estuvieron prohibidos cerca de treinta años en el país que aún gobierna
su amigo cubano, cuando escribe una bellísima crónica sobre el célebre
grupo musical inglés, publicada en 1980. Fue en México donde primero los
escuchó con su melodía Help, I Need Somebody. ¨El mundo fue igual desde
su nacimiento hasta que los Beatles empezaron a cantar¨, expresa García
Márquez.

En cambio, como si Cuba no hubiera sido parte del mundo, los rebeldes de
Liverpool no habían empezado a cantar aquí todavía. Ni siquiera pudimos
los cubanos compartir la conmoción general que ocasionó el asesinato de
John Lennon, descrita por el escritor colombiano como "Una victoria
mundial de la poesía".

Actualmente García Márquez, cruel paradoja del destino, tiene su
residencia en Maryland, Estados Unidos, descrito por él como un país
atroz, gracias al Santa Claus de los gringos, aislado de la vida pública
por razones de salud, y escribe sus memorias, lentamente, según dicen.
Ojalá y en ellas pueda explicar a todos su amistad con el hombre que ha
vivido durante 47 años en la cima del poder mientras destruye un país de
doce millones de esclavos, en las mismas narices del mundo.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/jun06/06a9.htm

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