POLITICA
¡Cuba sí, yankis también!
Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba - Junio (www.cubanet.org) - Hace un rato me impuse el
castigo de leerme casi por completo el periódico Granma. Fue,
sinceramente, como si me hubiera tomado un pomo de aceite de ricino con
el estómago vacío. Hay días así, que amanecemos con el masoquismo en la
estratosfera.
Me quedé con deseos de leerme otro periódico, de otro país. Sin embargo,
no sé por qué sospecho que todos dicen lo mismo, que las noticias son
las mismas, redactadas con las mismas palabras, con la excepción de que
unas fueron confeccionadas desde una pirámide con la punta hacia arriba
y otras desde una pirámide con la punta también hacia arriba, aunque con
algunas variantes.
En Cuba, por supuesto, el pueblo no tiene otra opción que conformarse
con el Granma. Y digo el Granma porque a partir de ese periódico los
demás dicen lo mismo: Juventud Rebelde, Trabajadores, Tribuna de La
Habana. No hay variantes. Todos dirigidos y coordinados desde la punta
de la pirámide, repito, con la punta hacia arriba, donde está el poder,
el que corta el bacalao, quien dice lo que debe decir Granma, que para
eso, ¡no faltaba más!, se trata de SU periódico.
Pero, pensándolo bien, no es mi país solamente el que cuenta con una
prensa aburrida. Es que aburrido está el mundo. Aburrido de leer sobre
la guerra, como si en el mundo ya no existiera el amor, el sexo, la
poesía, el mundo de los niños, el mundo de los animales afectivos, la
ciencia, el arte.
Es la guerra desde que nos levantamos hasta que volvemos a poner los
pies en la cama. Por eso digo que la gente está cansada. Cansada de la
guerra de Irak, de los palestinos y los israelitas; de la guerra cubana
contra los yanquis, del terrorismo musulmán.
El otro día, no recuerdo dónde, leí que la economía cubana en los años
de la revolución castrista había sufrido enormemente porque el país se
había visto obligado a armarse hasta los dientes. No dudo que nuestra
economía, deficiente por el modelo que la sustenta, haya sufrido por
causa del armamentismo. Pero entonces me pregunto: ¿por qué en una carta
que todos conocemos, el gobernante cubano le avisó a Celia Sánchez que
su próxima guerra sería contra Estados Unidos? ¿La fecha de la carta?
¡Mucho antes del triunfo revolucionario! Además, si nuestra economía
sufrió por haberse armado para defenderse del imperialismo, mucho más
sufrió y perdió participando en guerras ajenas o provocándolas en
lugares lejanos.
Pienso que es un problema hormonal este asunto de las guerras, un
problema de instinto salvaje, de hombría o machismo, que para el caso
viene a ser lo mismo. El asunto es que el Granma, día por día, es
antiimperialista, a pesar de que el cubano no tiene de antiimperialista
ni un pelo. ¿Exagero? Que abra el gobierno una sede diplomática para que
vea cómo en una semana se le cuela en el edificio el doble de la
cantidad que entró a la embajada de Perú en 1980. Que abra las sedes
diplomáticas y verá cómo millones de cubanos compartirán aquel epigrama
del poeta chileno Nicanor Parra: "Cuba sí, yankis también".
Los gobiernos no tienen ninguna confianza en sus pueblos. Así lo ha
repetido la historia siglo tras siglo, y no miente. Son tan volubles las
masas, tan enigmáticas y testarudas, que necesitan precisamente de una
prensa como Granma, que le repita todos los días lo mismo para, si no
las convence, al menos las advierte de cómo tienen que ser las cosas. Y
al que no le guste, ¡que se vaya! Además, al que no quiere caldo, le dan
tres tazas.
Es por eso que según las malas lenguas y las buenas también, casi un
millón de cubanos espera por sus papeles para darse una escapada
definitiva a los países donde ya no le hablen más de guerra
antiimperialista, donde no sean perseguidos por ser disidentes,
periodistas independientes o por querer participar libremente en la
economía nacional.
Allí, en la misma barriga del monstruo, es donde quiere vivir ese millón
de cubanos. Lo malo es que en todas partes siempre habrá un periódico
que escriba a diario de la guerra, porque la guerra está de moda desde
que el hombre, en los confines de los tiempos, se bajó de la mata, se
enderezó y de buenas a primeras le entró a palos a su semejante.
Cualquiera que viva en este mundo desea con verdadero fervor levantarse
un buen día bien temprano, con el trinar de las aves y leer en la prensa
de su país que la guerra al fin ha terminado, que ha desaparecido de la
mente de los hombres.
Ese día los seis mil millones de animales racionales que respiran en
nuestro planeta saldrán con una flor en la mano para felicitarse unos a
otros. Estoy segura.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/jun06/27a9.htm
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