CUBA: Carta para un amigo y para otros interesados
2006-6-24
Por Roberto Simeon.
Un amigo me escribe, lo cual me ha causado una emotiva alegría. No
obstante la diferente percepción de la realidad en el pasado o en el
presente, la amistad persiste. Respondo la apreciada carta con un abrazo
fraternal y hago publica la respuesta porque ella puede ser importante
para otros interesados. Es posible que la misma sea un punto de
referencia al diálogo que estamos proponiendo.
En Cuba, en los sindicatos no se puede hablar de empresas de autogestión
obrera. Alegan que ello no es necesario porque el partido-gobierno a
nombre de los trabajadores se encarga de poner las empresas al servicio
de los trabajadores. La autogestión obrera no consiste en poner las
empresas al servicio de los trabajadores, es que los trabajadores asuman
la administración y dirección de las mismas.
No cabe duda que la clase dirigente en Cuba cada vez está más lejos
del marxismo, olvidan que Marx dijo que a los obreros no tienen que
salvarlos otros que no sean los mismos obreros, no vanguardia de
trabajadores, partido o gobierno. Los trabajadores mismos tienen que
salvar a la clase trabajadora mediante sus organizaciones: Sindicatos,
asociaciones de campesinos y vecinos.
En declaraciones a periodistas y prensa extranjera hablan de
autogestión obrera y social para garantizar la continuidad histórica del
actual gobierno de Cuba. Estamos de acuerdo con Castro cuando afirma
que la apropiación debe ser más social, que la propiedad debe ser más
colectiva. No obstante, el gobierno que él preside no da un solo paso
para impulsar un movimiento de autogestión obrera, o desarrollar el
movimiento cooperativista en el país, o que la gestión productiva y la
salud pública sean desarrolladas y promovidas por las bases sociales
locales o regionales.
Pero las afirmaciones de Castro parecen influir muy poco en su gobierno
cuando éste no permite o no se muestra inclinado a promover las acciones
a organizaciones locales o regionales u otras instituciones en la base
social sin la ingerencia de los ministerios del gobierno, el organismo
burocrático del partido-gobierno que dice llamarse Central de
Trabajadores de Cuba (CTC) o de la coacción ejercida por la burocracia
policíaca del partido
Castro no parece concebir el socialismo sino como consecuencia de un
decreto supremo de gobierno. El socialismo no se decreta, el socialismo
se genera cuando en las bases de la sociedad sus valores -solidaridad y
colaboración- determinan la conducta social, y el pueblo en
participación creciente va generando sus normativas institucionales.
Discrepo con Castro al afirmar que el socialismo tiene que trabajar por
incentivar la propiedad colectiva y agrego que el socialismo de estado
fracasó al no transferir la propiedad a los trabajadores. La
discrepancia se sustenta en simples reflexiones.
Primero, el grado en que esté distribuida la propiedad entre los
trabajadores es importante elemento constitutivo para determinar el
grado de socialismo en una sociedad. Es decir, el socialismo no
promueve la distribución de la propiedad; la socialización de la
propiedad crea condiciones para desarrollar los valores del socialismo.
En segundo término, es un despropósito teórico hablar del fracaso del
socialismo de estado en Europa por dos razones: En Europa existían
regímenes que por sus estructuras jurídicas y socio-políticas sólo
pueden ser calificados de capitalismo de estado, Podemos hablar de la
existencia de un estado socialista en transición y no de un socialismo
de estado. En consecuencia la existencia de una nomenclatura gobernante
del partido-gobierno es tan contrapuesta al socialismo como lo es a la
democracia cuando se identifica a la denominada clase política que
usufructúa el gobierno.
Tercero, el estado centralizado y el llamado centralismo democrático
como existía en la Unión Soviética y los países europeos de la orbita de
la URSS y continua existiendo en Cuba no es socialista. Es decir, que
esa categoría que pretende establecer el Dr. Fidel Castro de socialismo
de estado es fundamentalmente contradictoria al socialismo; no se ajusta
a las definiciones según los diccionarios especializados y mucho menos a
los más caracterizados defensores del socialismo. Ni el socialismo ni
la democracia se pueden establecer por decreto.
En cuanto a las referencias de estas especulaciones políticas del
Comandante en Jefe, Primer Secretario, Miembro del Buró Político y del
Comité Central del partido-gobierno, Presidente del Consejo de Estado,
Presidente del Consejo de Ministros, Delegado a la Asamblea Nacional del
Poder Popular y ahora teórico del socialismo, que me haces conocer en tu
carta extensa pero sustancial, han demandado mi respuesta pública a
quien quiero mucho y de cuyo nombre ahora no quiero acordarme y espero
un mañana en que podamos abrazarnos.
Me resulta incomprensible, conforme a tus palabras, la posición
ideológica actual de Fidel Castro en ejercicio ilimitado del poder
durante medio siglo en que cada paso que ha dado lo ha hecho entramparse
en el capitalismo de estado.
Me dices que Fidel ha sido preciso al expresar que "La propiedad
colectiva en el socialismo debe irse perfeccionando y pasando de estadio
de acuerdo con el desarrollo de las fuerzas productivas, de las formas
más simples a las más complejas, las cooperativas, la empresa
autogestionada de propiedad obrera colectiva...."
Afirmas que Marx tenia razón al afirmar que el desarrollo de las
relaciones de las fuerzas productivas estaba estrechamente vinculado a
la relación de la propiedad. Los trabajadores deben sentirse dueños de
los medios de producción y como el ser social determina la conciencia
social, para ser dueños realmente hay que serlos.
Esta situación en que la sociedad proclamada es realmente contrapuesta
a la sociedad real hace padecer al trabajador una creciente frustración
y una enajenación social más aguda que la que padecen los obreros en los
estados capitalista-liberales.
Comparto con Marx y contigo los dos párrafos anteriores transcritos,
PERO no veo relación alguna con el tema que estamos tratando en este
diálogo, ya que me parece que la distancia del actual gobierno de Cuba
con un proyecto socialista es enorme. Las diferencias de nuestra
interpretación del socialismo y la voluntad del diálogo sólo existen en
excepciones contadas como la tuya.
Me afirmas que el control obrero es la clave, repitiendo palabras
recientes de Fidel Castro, que su defensa está en el apoyo popular, y
que "La solución es pasar del socialismo de estado al autogestionado
para hacer efectiva la propiedad colectiva, directa o en usufructo
cogestionado con el estado, de los trabajadores sobre los medios de
producción."
Hoy se dice que al XIX Congreso toca impulsar esta Nueva Fase de la
Autogestión Empresarial Obrera y Social y siempre esto crea a la gran
masa alienada o frustrada una nueva esperanza. Pero no me has dicho si
la nomenclatura gobernante ha considerado poner en la agenda del XIX
Congreso esta declaración primera y fundamental.
El Sindicato es al efecto de realizar la Revolución Cubana el órgano de
derecho público representante de la Comunidad del Trabajo, autónomo, no
partidista, democrático; y por la razón de esa representación ha de
ejercer el derecho de huelga y el de concertar los convenios colectivos
de trabajo con todo tipo de representación empresarial, además de
coparticipar en todos los organismos del estado encargados de la
seguridad social, salud pública, educación y promoción cultural.
No quiero cansarte a ti ni a los que puedan leer esta carta, ya que la
tuya motiva varias cartas como ésta. Por el momento, ¿recuerdas las
tantas veces que sin muestras de cansancio discutimos estos temas por horas?
Fraternalmente un abrazo para todos a los que puedas dárselo a mi nombre.
Roberto Simeón
http://www.cubanuestra.nu/web/article.asp?artID=4493
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