Recuerdan los 30 años de la muerte de Félix B. Caignet
Por Rigoberto Diaz
Bitácora Cubana, 30 de mayo de 2006 - La Habana (Agencias)
Cuba recordó el pasado jueves el 30 aniversario de la muerte de Félix B.
Caignet, el creador, en 1948, de la más famosa radionovela de América
Latina, El derecho de nacer.
Los 314 capítulos de la primera versión de El derecho de nacer se
transmitieron durante un año y 17 días a partir del 1 de abril de 1948,
con éxito total, y alimentó un género que sobrevive en nuestros días.
''Salía (Caignet) a la calle y conversaba con todo el mundo, entonces El
derecho de nacer se escuchaba en todas partes; les preguntaba qué les
gustaba y qué no les gustaba, y escribía el capítulo del día
siguiente'', dijo Isabel Aida Rodríguez, de 77 años, 58 de ellos
dedicados a la radio.
''Era muy conversador y tenía una gracia especial, y una gran
carcajada'', precisó la directora, escritora y asesora radial, quien
conoció a Caignet en la emisora CMQ, en la que se lanzó la radionovela.
Poeta, músico, pintor y escritor radial, Caignet (1882-1976), hijo de un
acaudalado francés --más tarde arruinado-- y una cubana, fue educado en
sus primeros años por una institutriz francesa, pero su formación fue
básicamente autodidacta.
En 1914 comenzó a escribir en periódicos y folletines en su natal
Santiago de Cuba, y a finales de la década de los años 30 viajó a La
Habana, donde los intentos de colocar sus guiones radiales en
radioemisoras de la capital no prosperaron sino hasta 1937.
Ese año un empresario radial le propuso someter a consideración La
Serpiente Roja, uno de los capítulos de la serie policíaca Chang Li Po,
con la cual logró elevar los niveles de audiencia de la planta e inició
su exitosa carrera como escritor radial.
''Yo fui el primer narrador de América Latina. Yo decía un espectáculo
para ser visto con los oídos, nunca he pretendido escribir ni La Divina
Comedia ni El Quijote. Escribía lo que yo sentía y aprovechaba el surco
abonado que era la emoción popular'', afirmaría el propio escritor.
Caignet tuvo la habilidad de mezclar ''lágrimas, susurros y una
felicidad siempre pospuesta'' como elementos consustanciales del
melodrama radial, señaló uno de sus estudiosos, el escritor cubano
Reynaldo González.
Entre sus méritos se destacan el hecho de haber introducido el
espectáculo de continuidad seriado, el suspenso y el falso suspenso, y
el narrador como recurso radial.
''Sin proponérselo fue este autor quien dejó como herencia, en primer
término a los latinoamericanos, el llorar por los mismos personajes, hoy
en Caracas, mañana en Río, luego en Bogotá, después en Buenos Aires,
etc, algo así como una especie de integración lacrimal'', dice por su
parte Orlando Castellanos en su libro Palabras Grabadas.
El mismo Castellanos, periodista y director radial ya fallecido, logró
entrevistar a Caignet cuando ya estaba jubilado en La Habana a los 80
años, en 1972, cuatro años antes de su muerte, el 25 de mayo de 1976.
''Cuando llegué a Brasil, después o durante, no recuerdo bien, de la
transmisión allí de El derecho de nacer, me encontré con que me
esperaban miles de personas en el aeropuerto'', contó Caignet emocionado
en esa entrevista.
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=2167
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