Wednesday, March 22, 2006

Socialismo no paga prestaciones sociales

¡Socialismo no paga prestaciones sociales!
miércoles, 22 marzo 2006
Rafael Marrón González

Dedico este texto, surgido de la amenaza comunista que ha proferido
Hugo Chávez contra la integridad democrática de la República de
Venezuela, a todos los trabajadores de la patria, especialmente para los
de Guayana, con énfasis en los de las Empresas Básicas, sobre todo a los
de Alcasa amenazados por la cogestión fidelista que los convertirá en
esclavos del Estado, obligados a esfuerzos adicionales sin remuneración
extra, y cuyas utilidades serán confiscadas para la “justicia social”
electorera y propagandística del régimen. Es imperativo que los
trabajadores recobren su sindéresis, ellos son miembros de una comunidad
universal que ha regado con su sangre las páginas de la historia para
lograr las reivindicaciones contractuales que hoy les benefician. Los
sindicatos venezolanos no son el producto de una concesión graciosa,
tipo independencia de Cuba, sino el resultado de serios enfrentamientos
con el poder constituido, político y económico, a quien han arrancado
con las uñas y dientes cada una de las reivindicaciones sociales y de
seguridad y condiciones del ambiente de trabajo que hoy disfrutas. Y me
parece una soberbia estupidez que el pueblo trabajador de Venezuela,
cuyo expediente en materia de reivindicaciones lo coloca en el podium
del planeta, se arrodille aborregado ante las pretensiones
confiscatorias de un obsesionado y su cohorte de mediocres
incondicionales, porque está enamorado. Chávez tiene en la mira a los
sindicatos, la central obrera gobiernera, conformada por esquiroles, que
financia, es una entelequia distractiva para ocultar sus auténticas
intenciones: colocar el movimiento obrero bajo la égida de su aparato
represivo, como el de Cuba, militarizando las instalaciones industriales
del Estado, que serán todas, conculcando el derecho a huelga por la
imputación de traición a la patria a quienes las promuevan. Para eso son
las milicias de reservistas. Para ello necesita engañarlos con ilusorios
programas de “cogestión”, pero no como los de Alemania o Suiza, no,
chavistas, que supuestamente concederán a los obreros poder decisorio,
¿cómo el que tenían en Rusia?, ¿cómo el que tienen en Cuba?, y que, en
el mejor de los casos, ata a los trabajadores a los estados financieros
de ganancias y pérdidas de las empresas; y con programas de
cooperativas, que eliminan la seguridad social de los trabajadores,
incluyendo la estabilidad salarial. ¿Los tontos útiles que les sirven de
propagandistas de la cogestión al régimen y realizan asambleas para
convencer a los trabajadores, estarán dispuestos a poner sus propiedades
a nombre de estos, si la fulana cogestión a la forma chavista les
resulta perjudicial? ¿O se saldrán por la tangente diciendo que los
engañaron, como los captadores de incautos de aquella pirámide que
estafó a Guayana o como los políticos privatizadores de ayer que juran
que el arrepentimiento basta? Los trabajadores deben saber que ninguna
empresa puede optimizar sus ganancias reduciendo materia prima o
maquinarias, sino rebajando salarios, aumentando la carga horaria y
eliminando beneficios y puestos de trabajo. Porque aumentando la
producción saturan mercados y bajan los precios. ¿Ese será tu aporte a
la cogestión? Socialismo no paga prestaciones sociales, así que, por
simple sentido común, ojo pelado con estas propuestas, puesto que si
hacen sonreír al patrón, son malas para los trabajadores. Y Chávez es el
patrón con mayor número de trabajadores en el país.

¡Socialismo no paga prestaciones sociales!
Por favor, te lo ruego, ¡escúchame trabajador! Así seas chavista.
Porque ser chavista es estar equivocado, pero lo otro es ser pendejo.
Infórmate, pregúntale a los exegetas del comunismo que pululan ahora a
tu alrededor ofreciéndote maravillas a cambio de tu militarización, si
en la Unión Soviética, si en Cuba, si en China, se pagan prestaciones
sociales, si existen sindicatos libres, si existe contratación
colectiva. En China, y por eso lo desleal de esa competencia, a los
trabajadores, que en realidad son esclavos del sistema comunista, les
pagan tres dólares semanales, los alimentan cada ocho horas con un tazón
de arroz y los someten a regímenes de catorce horas diarias de trabajo
de lunes a lunes, sin vacaciones ni domingos ni feriados. Esas son
costumbres burguesas. Por eso sus productos son tan baratos. Y eso que
China tiene el doble sistema, comunismo endógeno y capitalismo exógeno.
Y en Cuba ni se diga. Saca la cuenta tú mismo de cuánto es la incidencia
del salario integral del trabajador en el precio final del producto aquí
en Venezuela. Y déjate de cuentos sobre la especulación, que nadie es
bolsa para invertir sus reales y no obtener ganancias. La única verdad
es que en ningún país socialista o comunista, que es exactamente la
misma cosa, se le pagan al trabajador prestaciones sociales, como tú
estás acostumbrado. Ni siquiera salarios de la forma que tú conoces. En
el paraíso cubano se les paga a los trabajadores, sea cual sea su
condición, el equivalente a diez dólares mensuales, y esta cantidad
desde hace unos días gracias a la generosidad de Chávez con tus reales,
que deben consumir, con libretas de racionamiento en los mercales del
gobierno. Con lo que los pesos vuelven al bolsillo de Fidel, que tiene
millones de dólares en cuentas secretas en Suiza. ¿Eso es lo que tú
quieres? ¿Tu familia te acompaña en la entrega de tus prestaciones? Y
aquí no hay espacio para la discusión. Ni para foros en la sentina de la
plaza del hierro. Tú, hasta ahora, has cobrado tus reales en efectivo,
chinchín, por concepto de salarios, vacaciones, utilidades, sobretiempo,
bonos de productividad, beneficios contractuales diversos, aumentos,
prestaciones sociales, etc., y los has gastado en lo que y cuando te ha
dado la real gana. Pregúntale a un médico cubano si le pagan
prestaciones sociales si se retira o lo despiden. Si conoce esa serie de
beneficios que tú disfrutas. Seguro que te sale con un cuento imbécil de
que papá Fidel los cuida para que no les falte nada. Tú eres un hombre,
y los hombres no necesitamos más papá que el que nos engendró.

La Constitución cubana y los “derechos laborales”
El modelo que Chávez sigue para su “socialismo fórmula XXI”, es el
fidelista, aunque lo niegue con la boca mientras le picha a Fidel
2.500.000 dólares anuales para mantenerlo. Y basta echarle una ojeada a
la Constitución de Fidel Castro para entender lo que les espera a los
trabajadores venezolanos si permiten que se les infiltre esta absurda
estupidez. Fidel pregona un supuesto estado donde “se realiza la
voluntad del pueblo trabajador”, pero la realidad es que no existe en la
Constitución castrista ni un solo artículo que reivindique el trabajo
como un activo social, sino como una obligación del individuo con el
Estado. No existe en esa constitución la obligación de pagar
prestaciones sociales como lo ordena el artículo 92 de la Constitución
venezolana que los chavistas quieren reformar para hacerla “socialista”,
es decir fidelista; ni artículos que garanticen un salario mínimo, ni la
estabilidad en el trabajo ni protección contra despidos injustificados,
como lo contempla los artículos 87, 91 y 93, ni el derecho a huelga del
artículo 97, ni ciertos principios del derecho laboral que son
internacionalmente comunes, y que los contempla la Constitución de
Venezuela en su artículo 89, como por ejemplo: “Los contratos laborales
se interpretan en la forma más favorable al trabajador”. “Los derechos
laborales son irrenunciables”. “Se prohíbe todo tipo de discriminación
por razones de política, edad, sexo o credo o por cualquier otra
condición”. “Deben existir límites obligatorios a los trabajos que sean
potencialmente peligrosos o dañinos a la salud y las medidas de
seguridad son obligatorias”. Es notable que el derecho a la libre
sindicalización y el de la contratación colectiva no existan, como sí
existen en la Constitución venezolana, en sus artículos 95, 96 y 97.
Ello se debe a que el estado se confunde con el trabajador, como
pretende hacer Chávez contigo, si le permites reformar la Constitución,
y por ello el ciudadano no precisa protección contra sí mismo. Pero en
la relación laboral siempre existe quien ordena y quien obedece y si el
que ordena es el gobierno y detenta todo el poder es evidente que el
potencial para abusos es ilimitado. Y en todo caso: ¿Cómo puede
coexistir la sindicalización libre con el “trabajo ¿voluntario? no
remunerado realizado en beneficio de toda la sociedad, en las
actividades industriales, agrícolas, técnicas, artísticas y de servicio,
como formador de la conciencia comunista de nuestro pueblo”?, que
establece la carta fidelista. La regulación del trabajo es uno de los
abusos más notorios del sistema comunista. Y Chávez es comunista, no
comas cuento. ¿Sabes cómo concede el gobierno cubano las libertades que
tú disfrutas en la Venezuela democrática? Pues, entérate, porque la
ignorancia es la madre de todas las estupideces: Artículo 62. “Ninguna
de las libertades reconocidas a los ciudadanos puede ser ejercida contra
la existencia y fines del Estado socialista, ni contra la decisión del
pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo. La infracción
de este principio es punible”. Es decir, tienes libertad, pero de hacer
lo que Fidel quiera. Y el artículo 53 “reconoce a los ciudadanos
libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad
socialista”. O dicho en correcto castellano: tienes derecho a estar de
acuerdo con lo que el supremo sátrapa dice. El sueño dorado de Chávez y
su corte de déspotas ofensivos para la nacionalidad. Y algo más, pero
que creo de suma importancia, me refiero a la indefensión jurídica del
trabajador en el sistema cubano que Chávez quiere imponerle a Venezuela,
ya que es omnímodo el monopolio que la constitución fidelista confiere
al Estado, es decir a Fidel, para resolver cuestiones laborales y
sindicales. Como no existe el sindicalismo independiente, libre como en
Venezuela, en el socialismo, todo sindicalista que se te acerque para
convencerte de que admitas el socialismo fidelista de Chávez, o es un
farsante o es un estúpido. Ambas cosas conspiran en contra de tus
derechos laborales. Respóndele como hombre libre: ¡Sale pa’allá!

¿Qué es socialismo?
Socialismo es, supuestamente, el paso previo a la utopía comunista, y
se caracteriza en cualquiera de sus modelos en la concentración del
aparato productivo en las manos del Estado y en la repartición
proporcional de la riqueza según el método de “cada cual según sus
necesidades”, sin tomar en cuenta el aporte individual a la producción
de las riquezas, ni el esfuerzo del trabajador para lograr sus
aspiraciones de surgir, de salir de abajo. Y punto. El tal socialismo,
tan deseado por los intelectuales y académicos europeos para países bien
lejanos de los suyos, si en Latinoamérica mejor, solo ha servido para
cobijar las más despiadadas dictaduras criminales que la historia de la
humanidad ha conocido, que reparten la riqueza “como le da la gana al
déspota” entre familiares y amigotes jalapatrás. Y en estos regímenes no
existe propiedad privada, como no existe en Cuba, y si llegara a
existir, como es la propuesta sibilina, engañosa, a ver si caemos, de
Chávez, ésta estará subordinada, sometida, a las decisiones del Estado.
Si Chávez logra su objetivo de imponer con sus legiones militarizadas el
socialismo en Venezuela, en tu casa, por ejemplo, si tienes habitaciones
vacías, tendrás que alojar a las familias sin vivienda que Chávez te
ordene. Eso es lo que él llama solidaridad social. En lugar de construir
viviendas, se apropiará de los espacios de la tuya. Y no exagero,
infórmate cómo era esto en Rusia. La banca privada, en este momento,
está sufriendo su estatización vía decretos que la obligan, es decir la
someten a los designios del Estado, a destinar cerca de un 70% de su
cartera crediticia a los sectores que el Estado decida, fijándole,
además, las tasas de interés, que deben obedecer a la dinámica del
mercado financiero. Pero como la banca hace pingues negocios con los
papeles del gobierno, el silencio es de dolorosa complicidad. Tarde
despertará, como despierta siempre la estupidez, cuando todo está
consumado. Como despertaron en Cuba, en el avión que los llevaba con lo
puesto rumbo al exilio. La verdad es que provoca.

Recuerda trabajador: ¡Socialismo no paga prestaciones sociales!
Infórmate. No caigas en trampa de coger pendejos, que eso da pena. Come
avispa que cigarrón atora. Las siglas EPS significan “Eliminación de
Prestaciones Sociales”, constituyen la transformación fantasiosa de
asalariados en ilusorios propietarios, los trabajadores laboran más,
pero devengan menores salarios, no tienen derecho a sindicatos, ni a
contratos colectivos, ni a vacaciones ni a utilidades y carecen de
prestaciones sociales y de estabilidad laboral, pues no son
trabajadores, son propietarios.

Muestras de la ruta de Chávez hacia la comunistización de las
relaciones laborales: La negativa a discutir las cláusulas salariales en
las nuevas convenciones colectivas y en su lugar otorgar bonos que no
tienen incidencia salarial; la intención de imponer una flexibilización
laboral que conduce a la precarización del trabajo y a la eliminación
del sistema de seguridad social que ampare a los trabajadores. Además,
institucionalizó la proscripción del derecho a huelga mediante la
reforma del Código Penal, cuyo artículo 9 establece de 12 a 15 años de
cárcel por ejercer este derecho. El anuncio de Pdvsa de que no
renegociará los contratos sindicales que amparan a trabajadores
petroleros asociados a la perforación, la producción y la extracción de
crudos (unos 15 mil aproximadamente), este contingente de trabajadores
será sustituido por grupos cooperativistas quienes serán
súper-explotados. Lamentablemente estas viles acciones han contado con
el aval celestino de los dirigentes sindicales del oficialismo (Unión
Nacional de Trabajadores-UNT), quienes paradójicamente cuestionaban
estas políticas en un pasado no muy lejano.

http://www.correodelcaroni.com/content/view/26095/126/

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