Mensaje Papal y Apología de Payá Sardiñas
2006-02-26
Ciudad de a Habana, Cuba 2006-02-19.
¿Queremos que la Iglesia Católica influya de forma positiva en la
justicia social en Cuba, o que se desacredite al no actuar consecuente
con sus declaraciones, como ya ocurrió en los 90’s con el trastabillar
político que decepcionó a gran parte del pueblo?
Pues se debe hablar con claridad de esta realidad y no edulcorarla;
partir de la compresión de lo que las autoridades eclesiásticas dicen y
pedirles que se pronuncien con claridad.
Lo primero: ¿Qué espera el pueblo de una Iglesia que le habla de
justicia en Cuba? ¿Qué necesita el pueblo de Cuba para gozar de
justicia? ¿Qué hará la Iglesia para influir en el pueblo, las
autoridades y los contecimientos? Comprender e ir a lo esencial;
trazarse metas prácticas.
El mensaje del Papa al Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos
de Cuba necesita aclaración porque es ambiguo. ¿Qué dice? ¿Es acaso un
mensaje público con insinuaciones a una minoría conocedora? Seria
saludable que lo expliquen, no lo retóricos, sino con las próximas
acciones concretas de la Iglesia.
Parece transparente lo que declaró el Presidente del Consejo Pontificio
“Justicia y Paz”, el Cardenal Renato Martino; “La Iglesia no puede y no
debe realizar la batalla política…., pero tampoco puede quedarse al
margen de la lucha por la justicia”. Quedarse al margen de la lucha por
la justicia social es exactamente la tendencia de los obispos y
sacerdotes en Cuba, acatando las presiones del régimen. Argumentan que
“su función es predicar el Evangelio” y confunden “Evangelio” con
“oficios religiosos” sin compromiso con el prójimo. Con sólo denunciar y
alertar sobre las injusticias, ayudaría a contenerlas; tal es la
experiencia del papel que ha jugado la Iglesia en otros países, y de la
oposición en Cuba.
Para lograr algo, al menos lo básico, hay que partir de la verdad. Pero
Paya Sardiñas, Presidente del Movimiento Cristiano Liberación no
presenta esa realidad en su escrito: “Una Luz en la oscuridad por veinte
años más”. Y no se trata de diferencias de opiniones sino de una
apología de la Iglesia en Cuba que no la refleja fielmente.
Esto puede confundir a la opinión internacional e incluso a la propia
Iglesia, y por lo tanto perjudica la posibilidad de un actuar en serio
de la Iglesia. El mensaje Papal; “Que Cuba se abra al mundo y el mundo
se abra a Cuba”, ¿qué quiere decir con “Cuba’? ¿Se refiere al poder de
Castro y su cúpula gobernante? Poder bien cerrado a toda apertura y que
utilizó la visita de Juan Pablo II en provecho propio, maniobrando con
su policía política, para más tarde, como afirmaron, “despapizar” a Cuba.
¿O acaso esa Cuba del Papa se refiere a los 11 millones de cubanos sin
derechos y que se sienten impotentes para influir en su futuro, desde un
presente de desesperación? Una Cuba que necesita ahora mismo y no mañana
soluciones. ¿Apertura de Cuba? ¿Cuál Cuba? .La de los cubanos o la de
los círculos de poder los EEUU y del resto del mundo?
Tras esta cita de Juan Pablo II, Benedicto XIV explica: “una apertura
que exige examinar primero como abrir el corazón y el entendimiento a
las cosas de Dios abrirse mutuamente quienes conviven… confiando unos en
los otros aunque hay diferencias”, ¿Cómo?, “la oración en el silencio y
la humildad del trabajo cotidiano”. ¿Acaso se trata de la conversión de
Castro y su cúpula de poder? ¿O de todos los cubanos? ¿Confiaran uno en
el otro, el violador y el violado? ¿En el mismo plano los corazones de
las victimas y de sus victimarios?
Conocemos la profecía de que “el niño pastoreara juntos al león y al
cordero”. Esperamos por la segunda venida; pero antes hay mucha miseria
y desesperación en Cuba que exige un cambio. ¡ Y ahora ¡ Muchos no
escucharán lo que el cura tiene que decir sobre Dios si no ven antes que
el cura se interesa por ellos y se les “abre”.Y la apertura del cura del
pueblo, del cual la Iglesia en Cuba esta aislada por tradición;
encuentra la oposición de la policía política. Y de la actitud cómoda y
claudicante del clero, acostumbrado sólo a sobrevivir bajo Castro.
Desde los 60’s la actitud de la Iglesia fue la del vencido. Se trato de
impedir que la Iglesia fuera prohibida apartándose ésta de todo deber
cívico. La sobrevivencia entraña salvar lo esencial sacrificando metas.
El régimen no es ateo, sólo pretende sustituir a Dios por el Jefe de
Estado; su victoria sobre la Iglesia, gracias a la falta de influencia
de esta en el pueblo de Cuba, fue tan rotunda que cuando en los 60’s y
70’s se pretendió hacerla “pro-socialista” el vencedor la despreció como
aliado.
Cuando quebró ese negocio fraudulento que se llamo Socialismo, decayó
también Castro. Juan Pablo II orientó en los 90’s y la Iglesia
desarrolló algunas actividades de acción social, muy encomiable por
cierto. La Iglesia proclamó mensajes sociales que le dieron cierta
influencia social que jamás había tenido en Cuba, pero no se mostró a la
altura de su oportunidad de liderazgo. Negocio visas, procesiones,
pequeñeces y las tituló “espacios” y despreció al capellán que miraba
para el otro lado cuando los capataces azotaban. La Seguridad del
Estado, de la cual el régimen se jacta, penetra y controla toda
asociación. ¿Dónde único no tendrá instrumentos será en la Iglesia?
No se trata de la Iglesia en Colombia, ni en Brasil, menos aún la de
Polonia; Iglesias con sacerdotes presos, golpeados o asesinados por
defender a su rebaño. En Cuba de 330 presos políticos y de conciencia,
ninguno es sacerdote. Las condiciones de los presos son infrahumanas, a
los enfermos se les niega atención médica, los enloquecen; eso es tortura.
En los alrededores del Arzobispado de la Habana la policía carga
camiones de negros, los desesperados en prisión acuden a las huelgas de
hambre. ¿Qué hacen los Obispos? ¿Tan siquiera una declaración?
¿Oraciones por los presos en huelga? ¿Consejo a los fieles de que es
inmoral los actos violentos contra los opositores?! Silencio ¡Y Castro
como Constantino, regaló un par de templos y las monjas de los
“Bernardinos” se lo agradecieron nombrándole: Comendador de una Orden
religiosa. Mientras, los condenados a muerte por fusilamiento carecen de
consuelo y sacramentos. Primero silencio, tras el escándalo vino una
declaración ambigua: “no fue la Iglesia, fue una Orden religiosa”.
Mientras, Paya Sardiñas halaga a la Iglesia atribuyéndole lo que no es
en Cuba, y lo que no hizo; no la llama a vincularse con el pueblo del
que lleva siglos separados. ¡Perdón! jamás hubo vínculo. Error político,
falta católica, que no puede sino alentar a los claudicantes dentro de
la Iglesia y confundir a la opinión general que, ignorante de las cosas
de Cuba, lee al prestigioso Paya Sardiñas.
Alabar a la Iglesia cubana por lo que no es, ni hizo es faltarle el
respeto a tantos sacerdotes mártires de otros países, y a los laicos “de
todas las creencias” mártires por las libertades de Cuba. Y también al
pueblo que sufre mientas sus pastores se dedican a ejercicios oratorios.
Que como las imágenes de San Expedito, pisen el “mañana” y enarbolen la
cruz que dice “hoy” .Para que su Luz no quede debajo de celemín.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=4629
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