Cuba continúa siendo una gran cárcel
ABC Color, Paraguay, 25 de febrero de 2006.
Hace unos días, el prestigioso historiador y escritor argentino José
Ignacio García Hamilton desde el aeropuerto fue expulsado de Cuba,
adonde llegaba para presentar un libro que trata sobre la vida del
libertador Simón Bolívar y reunirse con intelectuales locales. Las
autoridades cubanas, a través de la Dirección General de Migraciones,
sin más explicaciones que la consabida frase "cumplimos órdenes",
deportaron al historiador rumbo a Panamá. La decisión, calificada como
"un ultraje" por García Hamilton, es considerada consecuencia directa de
la publicación hace más de dos años de un libro titulado "El
autoritarismo y la improductividad", en el cual el escritor hace un
análisis crítico y fundado de las causas de la pobreza de los países de
América Latina, concluyendo que la veneración de caudillos políticos y
de hombres fuertes en el poder inevitablemente conduce al fracaso, la
pobreza, los desórdenes y a las arbitrariedades. El referido libro,
además, fue prologado por el disidente cubano Carlos Alberto Montaner,
un feroz crítico de la dictadura de Fidel Castro y autor de varios
libros en los cuales desgrana y revela la naturaleza perversa del
régimen castrista.
Este hecho lamentable por el lado que se lo mire viene a confirmar no
solo la intolerancia del régimen de Fidel Castro, sino que es
demostrativo de que el dictador sigue recurriendo a acciones directas
fuera de toda racionalidad y legitimidad para mantener a Cuba en una
gran cárcel. El libre pensamiento y las ideas diferentes son un
verdadero veneno para Fidel Castro, quien, con el fin de neutralizarlos,
es capaz de cometer cualquier barbaridad, trátese de sus compatriotas o
de extranjeros. Su ensañamiento y violación de los derechos humanos y
las libertades en muchos casos llegan a crueldades inauditas, como lo
demuestra el caso de la neurocirujana cubana Hilda Molinas, a quien,
pese a su edad avanzada y salud disminuida, no le permite visitar a su
familia en la Argentina desde hace varios años, porque ella es un
"patrimonio de la revolución", no obstante los trámites legales
realizados por el propio Gobierno argentino en favor de la libertad de
la médica.
Prácticamente no pasa mucho tiempo para que el mundo reciba nuevas
desagradables noticias de lo que pasa en Cuba. Por eso resulta
verdaderamente increíble que, pese a los permanentes casos de
violaciones de los derechos humanos ampliamente conocidos, la clausura
política mediante la cual se bloquean los comicios libres a hombres y
mujeres en Cuba y el cierre de la libertad cultural y económica, el
régimen dictatorial y despótico de Fidel Castro siga teniendo adherentes
y admiradores, como si fuera una alternativa válida para los países de
América Latina y del mundo que están sumidos en el atraso y el
subdesarrollo.
Este nuevo caso de violación de los derechos humanos que ha tenido una
trascendencia pública internacional debiera ser una oportunidad para el
mundo libre y para todos los seres humanos que tienen la libertad, el
respeto por las ideas ajenas y la tolerancia como símbolos y antorchas
de vida y esperanza, para repensar los postulados esenciales de nuestra
civilización y, en consecuencia, impugnar y rechazar al perverso régimen
castrista que engrilla al pueblo cubano desde hace 47 años. No es
posible que el mundo libre siga mirando con indiferencia la barbarie que
representa el régimen de Fidel Castro.
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Diario ABC Color y ABC Color Digital
Asunción - Paraguay
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