Monday, December 05, 2005

Turista sueca en Cuba se queja de sus representantes en la isla

Turista sueca en Cuba se queja de sus representantes en la isla
2005-12-4
Por Carlos Manuel Estefanía.
Director de CubaNuestra

Fue a las 3.35 de la mañana del 26 de diciembre del 2004, que la agencia de noticias sueca TT transmitió su primer reporte sobre el terremoto que poco antes había conmovido la isla de Sumatra, mas tarde se conoció en detalles del tsunami que se llevó la vida de 216000 personas, entre ellas 534 suecos. A un año de la tragedia un nuevo tsunami, en este caso político conmueve a Suecia, politólogos y periodistas revisan el comportamiento del gobierno ante la tragedia, mientras que la oposición solicita que el parlamento le retire su confianza y de paso la dimisión de sus principales figuras, acusándolas de pide que dimitan las principales figuras acusándolas de falta de preparación e incapacidad para actuar frente a la catástrofe.
Es en este ”incómodo” contexto es que aparece la denuncia de la turista sueca Ingrid Allerno, quien acusa a la embajada de su país en La Habana de no haberle apoyado durante un accidente en Cuba.
La denuncia de Allermo tiene lugar en las páginas del periódico Dagens Nyheter, en su edición del 4 de diciembre del 2005 (sección Suecia, página 8), tambien se encuentra en la edición digital de DN. Allí el periodista Mikael Bondenson le concede la palabra a la afectada en un artículo que titula "Svagt Stöd till turister i svår situation utomlands” (Débil apoyo a los turistas en difícil situación en el extranjero)
Ingrid Allermo relata que había viajado a Cuba junto con dos amigas el 18 de octubre, dos días después su grupo habría de hacer un viaje de La Habana a Trinidad, inmediatamente después del paso del Huracán Wilma. El caso es que su autobús se volcó. En el accidente fallecieron cinco personas mientras que la sueca sufrió una fractura en la nuca (en la foto que acompaña el articulo del periódico se le ve con una banda en el cuello) y varias costillas quebradas. Durante su primer día en el hospital recibió Ingrid la visita de un funcionario de su embajada. Hasta ahí todo bien, mas cuando la afectada quiso recibir mas ayuda de los representantes de su país todo terminó. Ella pidió ayuda para contactar a la empresa de transportes a la que pertenecía el autobús volcado y saber que podía demandar de esta mas no tuvo resultados. Quería también ayuda para conseguir una copia de su denuncia a la policía por el robo del equipaje, lo que tampoco consiguió, sus representantes le dijeron no saber de que estación eran los policías que habían venido. Una de las amigas de Ingrid había sufrido lastimaduras graves, la otra se sentía muy mal desde el punto de vista psíquico y vivía sola en un hotel, sin nadie con quien hablar. Era, dice la entrevistada, como si hubieran sido olvidadas.
Ingrid Allermo sintió que era ella quien tenía que tomar personalmente la iniciativa para solucionar el problema con la empresa de seguros y el transporte a casa, y reclama mas atención de sus autoridades, extrañando la existencia de alguien con quien hablar y que le hubiera servido de enlace con la sociedad cubana.
A su regreso Ingrid Allermo trató de tomar contacto con el Departamento de Exteriores y solicitar una reunión donde dar camino a sus quejas, pero también fue imposible.
Todo esto es muy chocante, sobre todo que para el sueco típico que tanto cree en sus instituciones y de las cuales espera siempre la mayor protección.
Por nuestra parte, y sin ánimo de justificar la actuación del consulado sueco en La Habana, nos gustaría alertar a todas las Ingrids que viajan a Cuba, para que, sin atemorizarse por lo ocurrido con Allermo, estén preparadas a afrontar situaciones ”atípicas” en un país nada típico con aquel.

http://www.cubanuestra.nu/web/article.asp?artID=3023

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