Del mundo de lo fantástico
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, Cuba - Diciembre (www.cubanet.org) - Fidel Castro anunció el 11 de noviembre lo que ya todo el mundo sabía en Cuba: que en el país existe un alto grado de corrupción, que se roba en grandes cantidades y que existe un enorme desvío de recursos.
Dijo que sólo el robo de combustible puede llegar a los 200 millones de dólares anuales, y que en la provincia Pinar del Río, donde al parecer se llevó a efecto una especie de estudio de los vicios existentes -recordemos que en Cuba la economía está casi en su totalidad en poder del estado-, lo que se roba es igual o superior a los bienes que -según se informa- fueron creados por el territorio.
Dos semanas después de esa declaración de desastre generalizado, el vicepresidente del Consejo de Ministros y ministro de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez, aseguró en una intervención del recién finalizado Congreso de Economistas y Contadores, que el producto interno bruto (PIB) del país había crecido en el actual año más del 9 por ciento.
Ante esas declaraciones surgen dos interrogantes: Si no hubiera existido tanto robo, corrupción y desvíos de recursos, ¿el crecimiento del país hubiera llegado al 18 por ciento? O por el contrario: ¿Fueron el robo, la corrupción y el desvío de recursos los que ayudaron a lograr el crecimiento del 9 por ciento del PIB, partiendo del presupuesto de que la gente tenía más dinero para gastar e invertir?
Para esas preguntas no tengo respuestas. Esa dualidad entre desastre y crecimiento pertenece al mundo de lo fantástico, y para adentrarse en esos misterios hay que ser un especialista en la materia, y soy un desconocedor absoluto del tema.
Todo lo que está en el mundo visible, cuando crece, se nota. Todos vemos cuando un niño, una planta, un animal, un edificio en construcción, crecen.
La situación del transporte público es igual o peor que el pasado año: espantosa. El problema habitacional debe de estar en los mismos niveles que existían en Londres a finales del siglo XIX y principios del XX. La cuestión alimentaria continúa siendo deficiente en grado sumo, y en cuanto a la producción de energía eléctrica, los apagones han sido particularmente prolongados y cotidianos.
¿O es que lo que creció realmente fue lo bruto? Es decir, la represión, la delincuencia, la propaganda política, la violencia en todas sus facetas, la intolerancia, la indefensión y el empecinamiento en el poder. Y la inmoralidad.
Le pregunté al abogado y economista Wilfredo Vallín Almeida su opinión acerca del anunciado crecimiento del PIB, y respondió que no se puede hacer un análisis sustancial del asunto porque el gobierno cubano no ofrece datos económicos. Pero que él no cree para nada en ese crecimiento, ya que "donde primero se tiene que notar un crecimiento de esa magnitud es en la canasta básica y en el bienestar general de la población. Y ahí todo está deprimido".
En la calle Monte se sienta una mujer con una niña a pedir limosnas. La policía la echa a cada rato de allí, pero ella vuelve y coloca una caja de zapatos con un cartelito que dice que no tienen dónde vivir, y que está sola con su niña, y que la ayuden con lo que cada cual pueda.
No pude contactarla para preguntarle su opinión sobre las mejoras de la economía en Cuba, pero estoy convencido de que ella, al igual que el economista Vallín Almeida, no cree para nada en el crecimiento del PIB.
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