Transporte en Cuba
Rafael Ferro Salas, Abdala Press
PINAR DEL RIO, Cuba - Noviembre (www.cubanet.org) - A los cubanos se les tiene prohibido viajar por el mundo y, encima de ese castigo, casi se les hace imposible viajar dentro de la isla.
Con la caída del campo socialista en la década de los noventa, el sector del transporte cubano entró en una crisis que aún no ha superado.
En las emisiones de los noticieros radiales y televisivos del oficialismo cubano se intenta dar esperanza a las gentes y anuncian de manera espectacular la fabricación y compra de ómnibus al por mayor. Pero cuando los cubanos deciden viajar de una provincia a otra chocan con la realidad: Viajar es una odisea y conlleva el gasto de casi toda una vida.
La escasez de transporte público ha provocado el aumento en los precios de los pasajes a mano de los propietarios de viejos vehículos que hicieron historia en los años cincuenta y ahora siguen de uso (sobre uso). También hay antiguos vanguardias y destacados del oficialismo que, al llegarles el tiempo de la jubilación inevitable (o impuesta), se fueron a las calles en los autos "bien ganados", asignados a ellos por sus méritos del pasado y ahora hacen verdaderas fortunas transportando personas de un sitio al otro.
La mayoría de las veces este servicio de alquiler se lleva a cabo de manera clandestina, entonces los precios llegan al cielo y el cubano común que necesita trasladarse abona por la alta tarifa. Pagando siempre las consecuencias de la crisis que hay en todo está el cubano común, la raza maldita, el intocable en la escala de las castas (al estilo de la India).
Lo cierto es que por ningún lado aparece la solución al problema. Se mantiene el discurso político anunciando el ascenso de la economía. Se habla de muchos (casi demasiados) logros en todos los sectores, y las gentes desde abajo no ven los resultados. Muy al contrario, todo va de mal en peor y ya casi nadie se está creyendo el cuento de "un futuro mejor".
Un pinareño que necesite viajar a La Habana (150 kilómetros de Pinar del Río) ante la escasez de ómnibus y la inestabilidad en los turnos de llegada y salida de los pocos que circulan, tiene que recurrir al chofer de alquiler particular. El precio del viaje de ida hasta La Habana y de regreso (por persona), es de cinco pesos convertibles (5.50 dólares) y para obtener un peso convertible un cubano tiene que dar veinticinco pesos cubanos (moneda nacional). Quiere esto decir que usted en un viaje de ida y vuelta a la capital de Cuba, en un auto de alquiler, está obligado a gastar 240 pesos (el salario medio en Cuba es de 225 MN).
El otro medio de transporte como alternativa obligada son los camiones estatales que realizan traslado de mercancías y en algunos casos de animales. El precio del pasaje aquí es algo más bajo, pero el peligro es mayor debido a la inseguridad de estos vehículos que no están diseñados para el transporte de personas. Los accidentes aumentan en las carreteras, las familias se siguen llenando de luto y los cubanos no tienen más salida que enfrentar los retos de sus miserias.
Al otro lado del carril están los que gobiernan, mirando desde las ventanillas de sus flamantes autos el diario batallar de sus coterráneos por los caminos de la crisis.
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