Wednesday, November 02, 2005

¿Que dira Melia?

REPRESION
¿Qué dirá Meliá?

Oscar Espinosa Chepe

LA HABANA, Cuba Noviembre (www.cubanet.org) - La fiesta nacional de la
República Checa debió celebrarse en Cuba en el Hotel Meliá Habana el
pasado 28 de octubre. Los diplomáticos de la pequeña nación habían
contratado el Salón Gran Canaria para conmemorar con el cuerpo
diplomático e invitados nacionales tan importante fecha.

Para ello distribuyeron invitaciones con la antelación oportuna e
hicieron todos los arreglos necesarios, abonando debidamente los costos.
Cuál no sería la sorpresa cuando horas antes del inicio de la recepción
recibieron una llamada telefónica de la administración del hotel que
cancelaba la actividad, aduciendo que poseían la información de que allí
se efectuaría una actividad contrarrevolucionaria.

Este insólito hecho protagonizado por la administración de la vasta
cadena española Meliá, cuyos hoteles de lujo gozan de prestigio en todas
partes del mundo resulta muy sorprendente. Resta credibilidad a una
firma que denota dependencia a los vaivenes políticos del totalitarismo
cubano, ofende a la nación checa, al cuerpo diplomático y a los
pacíficos invitados criollos entre quienes se encontraban las Damas de
Blanco, así como miembros de la oposición e integrantes de la sociedad
civil.

Por si hubiera sido poco, a las personas que iban llegando al lobby del
hotel para participar en la recepción se les comunicaba que la embajada
checa había suspendido la actividad, una mentira que podía comprobarse
inmediatamente al encontrarse un funcionario diplomático de esa misión
en la entrada principal del hotel. Mientras, si la persona se movía
dentro del hotel, por ejemplo para ir al baño, era seguida por supuestos
empleados de muy agresivo talante, apresurados porque se abandonara el
lugar.

La reprobable acción de la firma Meliá está en abierta contradicción con
la solidaridad y el cariño que siempre el pueblo cubano ha recibido de
la sociedad española en nuestros esfuerzos por alcanzar una sociedad
democrática y con justicia social.

No es casual que la nominación de las Damas de Blanco al Premio Sajarov
a la Libertad de Conciencia, conferido por el Parlamento Europeo, fuera
presentada por eurodiputados españoles. Ello confirma y amplía nuestro
respeto por una sociedad a la que nos unen indisolubles lazos de sangre,
tradiciones y cultura.

Los cubanos, por razones muy distintas a las del gobierno de nuestro
país, recibimos a los turistas con afecto y simpatía. En tanto que
oficialmente se mira la actividad turística como un mal menor a soportar
en busca de las necesitadas divisas, el ciudadano corriente aprecia a
los extranjeros, sobre todo si son españoles, como amigos que nos
permiten ver más allá de la férrea censura que nos han impuesto las
autoridades durante más de 46 años. Consideramos al turista un soplo de
aire fresco y una pequeña ventana que nos permite conocer lo que sucede
en el exterior.

Sin embargo, no podemos negar que desde hace muchos años nos sentimos
discriminados por compañías extranjeras, entre ellas Meliá, en cuyos
hoteles del archipiélago cubano no permiten alojarse a los nacionales.

Ahora esta situación de complicidad con el totalitarismo nos muestra que
la transnacional española, en su afán de hacer negocio, no tiene reparo
alguno por repugnantes que sean los actos, aliándose con la represión y
la violación de los derechos humanos.

Hacer negocios en el extranjero no tiene nada de pecaminoso, incluso
beneficia a los países receptores de la inversión, siempre y cuando
prime la honestidad y la ética. Este aparenta no ser el caso. Meliá
tiene la palabra.

http://www.cubanet.org/CNews/y05/nov05/02a6.htm

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