Friday, October 21, 2005

Uncatólico laico aboga por la libertad en Cuba

Posted on Thu, Oct. 20, 2005

Un católico laico aboga por la libertad en Cuba

VANESSA ARRINGTON
Associated Press

PINAR DEL RIO - Es uno de los 30 miembros del Pontificio Consejo
Justicia y Paz del Vaticano; sin embargo, en Cuba trabaja ocho horas
diarias para el estado en un almacén cuidando los tallos de palma con
los que se fabrican las cajas de puros.

Se puede pensar que Dagoberto Valdés no pudo alcanzar su potencial. Pero
este católico laico, que se convirtió en una voz alternativa del medio
ecléctico que lucha por impulsar cambios en Cuba, explica que los
castigos, incluido éste último trabajo, contribuyeron a su emancipación.

"Hay gente que tiene todo el poder del mundo y es infeliz", dijo Valdés,
hablando en la diócesis de Pinar del Río en el occidente de la isla.
"Cambio todo eso por la satisfacción interior de saber que he podido
caminar como una persona libre y responsable. Esto no tiene precio."

Valdés es un hombre de fe y un optimista innato. Su espiritualidad le
ayuda a superar los desafíos diarios para impulsar las libertades
cívicas y económicas en el sistema rígido que impera en el país desde
hace más de cuarenta años.

Por la noche escribe y edita, en la revista independiente Vitral,
artículos polémicos sobre diversos temas de la actualidad en Cuba.
Durante el día trabaja para el estado.

"Es lo que llamo la catedral de las yaguas", comentó este hombre con
gafas, que sonríe cuando describe las hileras de los tallos de palma.
"Mientras transcurre el día, simplemente medito y rezo."

Devoto del catolicismo y la libertad de expresión, Valdés es un crítico
consecuente del gobierno de Fidel Castro.

Está un poco marginado, no sólo porque reside en el extremo occidental
de Cuba _en la isla la actividad política y la atención de la prensa
internacional se concentran en La Habana_, sino tal vez también por su
fervor religioso en una nación oficialmente atea.

Pero su profunda conexión con la Iglesia católica le da credibilidad.
Resulta difícil aceptar la idea de que es "un mercenario" al servicio de
Estados Unidos, la acusación que se hace aquí a los opositores al gobierno.

A diferencia de disidentes internacionalmente conocidos como Martha
Beatriz Roque u Oswaldo Paya, Valdés no tiene un programa político
concreto. Sin embargo, a través de su revista y del Centro de Formacion
Cívica y Religiosa, una organización no gubernamental que fundó en Pinar
del Río, encontró una vía para expresarse y alentar a otros cubanos a
hacerlo.

Valdés habla utilizando metáforas. Para él, Cuba comunista es una cabaña
de troncos. Las puertas y las ventanas fueron selladas, y sólo algunos
rayos de luz pasan por las grietas de la cabaña.

"Los que están adentro no tienen luz, pero sabemos ya que afuera, hay
luz" dijo Valdés. "El problema no está en que la luz no existe, el
problema está en que la cabaña está cerrada."

Desde el triunfo de la Revolución socialista de Castro en 1959, miles de
cubanos abandonaron la cabaña, dejando atrás sus hogares y sus
familiares, buscando la luz, según dijo Valdés.

"Eso ha sido la gran tragedia del pueblo cubano en estos 46 años"
expresó. "Confundir la solución. Quien tiene que irse es quien cierra la
casa, no los habitantes de la casa."

Valdés se quedó y dedicó su vida a sacudir la cabaña. Su esperanza es
que haya más cubanos que inviertan su energía para abrir las puertas y
las ventanas.

Tuvo múltiples razones para irse.

Le hubiera gustado estudiar sociología, pero la discriminación contra la
religión que existía en Cuba en los años 70 limitaron sus opciones y
estudió agronomía.

Durante años trabajó en una compañía de tabaco estatal, pero en 1996,
dos años después de la apertura de Vitral, contó que el gobierno le dio
a escoger: "Vitral o su trabajo".

Eligió la revista y lo enviaron al campo a cosechar tallos en una
brigada de trabajo.

Cuatro años más tarde, consideraron que tenía una influencia negativa
sobre sus colegas y lo trasladaron al trabajo solitario que hace desde
hace cinco años.

"Lo que más vale en la vida de un ser humano, más cuesta," explicó
Valdés, un hombre valiente y serio. "Si, yo me he sentido dañado, y
discriminado. Pero ha sido la experiencia más enriquecedora de mi vida.
Como el oro."

El gobierno cubano que lo considera como indeseable no accedió a hacer
ningún comentario sobre esta historia.

Hace cinco años Valdés fue calificado como un "elemento
contrarrevolucionario" en el diario Granma, órgano oficial del Partido
Comunista de Cuba.

En mayo del 2000, Granma lo describió como un "vulgar provocador al
servicio de los agresores y de los enemigos históricos de Cuba", además
desacreditó a Valdés afirmando que realizaba actividades que eran
desconocidas por la jerarquía de la iglesia.

El ataque vino después de una reunión de Valdés con un senador polaco en
una conferencia celebrada en Cuba donde se habló de la resistencia no
violenta en las sociedades comunistas.

La diócesis de Pinar del Río defendió a Valdés y aseguró que era "un
hombre de probada integridad y amor a la patria".

Según Valdés es sólo una cuestión de tiempo para que los cubanos superen
el temor y reclamen más libertad política, económica y religiosa.

Mientras tanto él sigue buscando fuerza en la palabra "resistencia".
Tiene amigos que ocultaron su fe religiosa en los años setenta y que hoy
son médicos, abogados, profesores. Pero Valdés no se arrepiente de nada.

Valdés explicó "soy alguien que durante décadas he estado esperando" y
agregó, "durante décadas he estado proponiendo, he estado olvidando, he
estado permaneciendo aquí."

"Y sigo esperando" concluyó Valdés. "Pero la esperanza es invencible."

http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/breaking_news/12951382.htm

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