Evacuados pinareños perdieron sus bienes
PINAR DEL RIO, Cuba - 27 de octubre (Rafael Ferro Salas, Abdala Press / www.cubanet.org) - Los evacuados de diferentes municipios de la provincia de Pinar del Río encontraron, al ser devueltos a sus casas tras el paso del huracán Wilma, un panorama desolador.
"El agua me acabó con lo poco que yo tenía", dice Alejandro García Otaño, de 79 años y residente en la zona de Isabel Rubio, en el municipio de Guane. García llegó a su casa y vio todo destruido por el viento. La crecida del río Cuyaguateje -el más grande de la provincia- inundó la vivienda. "No encuentro los animales que dejé aquí cuando me obligaron a evacuar con los demás vecinos. Pensé que alguien se iba a quedar cuidando las pocas cosas que uno deja cuando se lo llevan para esos albergues, pero no fue así. El año que viene no voy para los albergues cuando me vengan a buscar", añadió el campesino.
Tenía una soga en las manos y la movía nervioso mientras hablaba con este reportero.
"Casi todos los evacuados encontraron la misma situación que tengo yo cuando llegaron a sus casas. Al gobierno lo único que le interesa es que nadie se muera, pero esto es peor. ¿Qué voy a hacer ahora sin mis animales y mis cosas? Yo vivo solo, lo único que tenía para mantenerme era eso que perdí. Ya lo dije, el año que viene me tienen que matar para sacarme de aquí si se aparece otro ciclón".
El viaje a la localidad de Guane lo hice con un amigo que está residiendo en los Estados Unidos desde hace un tiempo. La madre de él vive también en Isabel Rubio y había sido evacuada. Cuando llegamos el pueblo estaba inundado por la crecida del río. Las gentes sacaban agua y fango de las viviendas.
Rosario Carmenate Reyes, de 69 años, vive en las afueras del pueblo, su casa está ubicada en las mismas márgenes del río. Camina descalza en el fango mientras habla con nosotros. "Nos dijeron que alguien se quedaba cuidándonos las cosas y nos fuimos confiados para los albergues. Ahora llegamos y vemos esto: todo perdido. Mi caso no es de los peores, hay vecinos que llegaron y encontraron sus casas en el suelo, eso es más malo. Pero de todas maneras, vamos a pasar mucho trabajo para recuperar lo que hemos perdido. Se demoran mucho (los del gobierno) para entregarles a los damnificados las cosas que pierden en los ciclones."
En la provincia de Pinar del Río quedan personas albergadas desde ciclones anteriores. La crisis de materiales de construcción en la isla provoca la demora a la solución de los casos necesitados de viviendas.
Aníbal Puentes Lugo, tiene 71 años y es agricultor independiente. Vive con dos hijos y su esposa. "El primer día me fui del albergue y vine a ver los animales que había dejado aquí. Los de la policía vinieron a buscarme y me obligaron a regresar al albergue. Ahora no encuentro a mis animalitos, y veo que todo el tabaco que tenía sembrado se perdió. Esto es peor que haber muerto ahogado". Habla y sigue buscando con la mirada hacia lo que ha quedado de monte detrás de su casa. Uno de los hijos llega cargando un cerdo pequeño. "Lo encontré a casi un kilómetro de aquí", le dice al padre. "No hay rastro de los otros animales, viejo. Creo que se ahogaron todos".
Regresamos a la ciudad. Apenas mi amigo y yo hablamos. Cuando me deja en mi casa me dice por fin: "La vieja mía perdió pocas cosas. Por lo menos me tiene a mí. Le puedo comprar algo de lo que perdió. Me da lástima con las otras gentes, pero ¿qué puedo hacer?"
Mi amigo regresará pronto a la Florida, allí es donde vive. Wilma también pasó por allá, pero es bien distinto; él y yo sabemos eso.
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