Friday, October 21, 2005

El Mula Omar, Guillermo Tell y la Fauna Represiva de Guanajay

DESDE LA CARCEL
El Mulá Omar, Guillermo Tell y la Fauna Represiva de Guanajay

José Ubaldo Izquierdo Hernández, condenado a 16 años

PENITENCIARIA DE GUANAJAY, LA HABANA, Cuba - Octubre (www.cubanet.org) -
A lo largo de 46 años el régimen comunista de Cuba ha contado con
órganos represivos capaces de hacer hasta lo imposible para sostener en
el poder una de las dictaduras más despóticas que haya conocido el
hemisferio occidental y de hecho el mundo contemporáneo.

Esta férrea defensa del totalitarismo cubano va desde la creación en
1960 de los llamados Comités de Defensa (verdaderos porristas
camuflageados) hasta las más recientes Brigadas de Respuesta Rápida
(órganos de la Seguridad del Estado a nivel de cuadra) creadas tras los
disturbios ocurridos en la capital del país a raíz de la conocida crisis
de los balseros en agosto de 1994 y con autoridad suficiente para
reprimir sin escrúpulos a cuanto nacional saque, como dice un famoso
proverbio popular, "las uñas del plato".

La Fauna Represiva en Cuba cuenta también con excelentes ejemplares en
el sistema penitenciario de la isla. La Cárcel de Guanajay (45
kilómetros al oeste de La Habana) posee sin lugar a dudas un sitial de
honor en cuanto a personajes siniestros y diabólicos se refiere.

En este entorno carcelario un espécimen destacado es el Mayor Omar
Evelio, quien funge como Jefe de la Policía Política en esta
penitenciaría y al que muchos aquí llaman "El Mulá Omar", tal vez por su
similitud en política con el tristemente célebre gobernante talibán,
derrocado tras la guerra contra el terrorismo internacional librada por
Estados Unidos y sus aliados en Afganistán en 2001.

Caracterizado por una marcada falta de ética, poco profesional,
grotesco, autoritario, déspota y sobre todas las cosas, estalinista
aferrado, este militar cuenta con un selecto grupo de "apoyo" integrado
por reclusos de su "confianza" a los que da prebendas por hacerle la
vida imposible a prisioneros políticos y de conciencia o a reos comunes
que colaboran o conviven con éstos.

Amenazas, chantajes, calumnias, chismes y descréditos son algunas de las
armas predilectas del "Mulá Omar", usadas frecuentemente por éste contra
cuatro disidentes aquí encarcelados y sus familiares, así como contra
reclusos cuyas causas guarden relación con el diferendo Cuba-Estados
Unidos (balseros y lancheros).

Con autoridad ilimitada este hombre, recientemente ascendido, goza de
una impunidad indescriptible; capaz de ir más allá de los que usted
amigo lector pueda pensar o imaginar.

Otro patético integrante de la peculiar fauna represiva en Guanajay es
el Primer Teniente Guillermo Cordero, Segundo al cargo en esta
penitenciaria y al que los reos apodan "Guillermo Tell", quizás por su
singular manera de maniobrar la porra, hecho que lo asemeja con el ágil
ballestero suizo, condenado por el tirano gobernador austriaco de Urí a
disparar sobre una manzana colocada en la cabeza de su hijo.

Autoritario en grado superlativo este "Guillermo Tell" cubano actúa con
vulgar desprecio hacia el ser humano encarcelado, más si el reo guarda
prisión por motivos políticos. A estos últimos les llama públicamente
"hijos de prostitutas", sin pensar quizás que seguramente en su árbol
genealógico existió desafortunadamente alguna fémina que lucrara con su
cuerpo para subsistir.

Proveniente de las filas del Departamento Técnico de Investigaciones
(DTI) y convertido de la noche a la mañana en flamante Segundo Jefe de
Unidad, este hombre de sonrisa irónica y controvertido carácter, prohíbe
terminantemente a la población penal dirigirse a altos oficiales para
formular quejas o peticiones y profiere amenazas contra todo recluso que
incumpla sus dictámenes.

Contrario al reglamentado horario del sol, "Guillermo Tell" creó un
sistema que consiste en limitar el espacio de movimiento de los reos a
40 metros alrededor del destacamento, prohibiéndoles así caminar, correr
o practicar deportes en las áreas establecidas para ello.

Ferviente defensor de la doctrina marxista-estalinista, "Guillermito",
como suelen llamarle algunos de sus más cercanos "colaboradores", suele
otorgar continuas "recompensas" a quienes le mantengan "bien informado"
sobre lo que diariamente acontece en el interior del penal,
principalmente si sus informantes recaban "buenas nuevas" sobre la vida
y milagros de prisioneros políticos y sus amistades más allegadas.

La muy poblada fauna represiva de Guanajay cuenta con otros ejemplares
famosos (no menos déspotas que los anteriormente citados) y por ende
protagonistas por excelencia de una próxima crónica, en la que el lector
podrá conocer a fondo quiénes son los verdaderos violadores de los
derechos humanos en la mal llamada "isla de la libertad".

http://www.cubanet.org/CNews/y05/oct05/21a1.htm

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