Saturday, November 05, 2016

La empresa de tractores a la que el gobierno cubano le cerró la puerta en las narices

La empresa de tractores a la que el gobierno cubano le cerró la puerta
en las narices
MIMI WHITEFIELD
mwhitefield@miamiherald.com
La Habana

Cuando el presidente Barack Obama visitó Cuba en marzo, dijo que una
pequeña compañía de Alabama que fabrica tractores "sería la primera
empresa estadounidense en construir una fábrica aquí en más de 50 años".

Resulta que Obama se adelantó a los acontecimientos, porque Cleber, con
sede en Paint Rock, Alabama, que tenía autorización de la Oficina de
Control de Activos Extranjeros y del Departamento de Comercio para hacer
realidad su sueño de ensamblar tractores pequeños en la Zona Especial de
Desarrollo Mariel, necesitaba la aprobación del gobierno cubano.

Después de meses de anticipación y pocos días antes de que la compañía
participara en la Feria Internacional de La Habana, una enorme muestra
comercial que ha atraído a exhibidores de 73 países, Cleber finalmente
recibió la respuesta: No.

Fue una decepción para un proyecto de gran visibilidad que se dijo era
un ejemplo potencial de cómo avanzaba para ambas partes el acercamiento
entre los dos países iniciado el 17 de diciembre del 2014.

"No nos vamos a dar por vencidos. Esto es a largo plazo", dijo Saul
Berenthal, cofundador de la empresa con Horace Clemmons, mientras
atendía a los asistentes en el quiosco de Cleber de la feria habanera.
"Entendemos el proceso".

Pero la compañía ha decidido cambiar de estrategia.

En vez cifrar sus esperanzas en ensamblar en la zona del Mariel sus
tractores Oggún –el nombre del dios del hierro, las herramientas y las
armas en la santería–, Cleber ha comenzado a fabricarlos en Alabama y
piensa poder exportarlos a Cuba y a otros países.

Las autoridades cubanas "nos dijeron que Mariel no era el lugar
adecuado", dijo Berenthal. "Nos alentaron a trabajar con el Ministerio
de Agricultura y otras entidades interesadas en importar los tractores".

En la feria, que concluyó el viernes, Berenthal dijo: "Personas del
Ministerio de Agricultura y empresas de importación y exportación ya ha
venido a vernos".

Para Cleber ha sido un viaje largo.

Berenthal, quien nació en La Habana y llegó a Estados Unidos en 1960, y
Clemmons, crearon la compañía poco después de que el acercamiento fuera
anunciado. La compañía demoró ocho meses y medio en recibir una licencia
del gobierno federal estadounidense para comenzar su proyecto en Cuba.
Después de varias visitas a la isla para reunirse con funcionarios
cubanos, Cleber presentó su propuesta definitiva a las autoridades de la
isla el 30 de junio, y comenzó la espera.

"Es lamentable que se haya demorado tanto", dijo John Kavulich,
presidente del U.S.-Cuba Trade and Economic Council. "El gobierno cubano
estaba estudiando seriamente la propuesta, o identificó algún valor
político en no contestar durante tanto tiempo.

"Creo que los puntos de vista tuvieron que ver algo que ver con esto",
dijo Kavulich. "Si Cuba le daba luz verde a Cleber, quizás le preocupaba
que sería una señal de que aceptaba las normas y estatutos
estadounidenses que permiten a empresas estadounidenses de algunos
sectores buscar oportunidades en Cuba aunque el embargo sigue en vigor".

Pero Cleber insiste en que no se ha dado por vencida. "Este [revés] no
significa que no haremos nada más. Significa que estamos reevaluando y
desarrollando otras estrategias", dijo Berenthal. "Los estadounidenses
no nos damos por vencidos".

Cleber también tiene otra posibilidad de negocios en Cuba. La compañía
recibió recientemente una licencia del gobierno estadounidense que le
permite vender al gobierno cubano una amplia gama de componentes y
materiales norteamericanos para la construcción y la agricultura. En la
feria ya mostraba catálogos de algunas de sus nuevas ofertas.

Estados Unidos aclaró recientemente que, aunque en este momento no se
pueden financiar las exportaciones de alimentos a la isla, las
exportaciones de equipos agrícolas están permitidas. "Eso nos coloca a
la par con el resto del mundo en términos de financiamiento", dijo
Berenthal. "Eso no significa que tengamos una solución al problema
bancario".

Aunque el gobierno del presidente Obama ha permitido el uso del dólar en
las transacciones financieras con Cuba a través de terceros, muchos
bancos estadounidenses se muestran reacios a manejar negocios con Cuba.
Las instituciones financieras operadas por el gobierno cubano tampoco
pueden tener cuentas de corresponsal en instituciones financieras en
Estados Unidos, lo que dificulta los pagos.

Algunos bancos tampoco saben cómo interpretar los cambios normativos y
no quieren incurrir en el riesgo de errores y multas potenciales.

Otro revés para el proyecto de los tractores de Cleber puede haber sido
de naturaleza competitiva. Cuba está importando equipos agrícolas de
Japón, la India, China, Bielorrusia, que ofrecen créditos y garantías de
exportación, dijo Kavulich.

Pero Berenthal todavía tiene esperanzas de que si sus negocios de
exportaciones a la isla sale bien, quizás más tarde el tractor Oggún,
una maquinaria sencilla diseñada para la agricultura en pequeña escala,
pueda ensamblarse en la isla, aunque no sea en Mariel.

La zona especial de desarrollo económico, ubicada unas 30 millas al
oeste de La Habana, prefiere atraer inversión extranjera en proyectos
limpios y sustentables con potencial de exportación, y tiene preferencia
por compañías que ofrecen innovación tecnológica y procesos de
exportación eficientes.

En este momento en Mariel hay 15 proyectos en diferentes etapas de
desarrollo y Cuba ofrece oportunidades de inversión extranjera para
otros 24 proyectos en Mariel.

Entre los emprendimientos conjuntos que se ubicarán en Mariel está
BrasCuba, una colaboración entre Cuba y Brasil que fabrica cigarrillos
Popular, Cohiba y H. Upmann. Cuando la nueva fábrica de tecnología de
punta esté lista, BrasCuba podrá producir cuatro veces más cigarrillos
que ahora.

Berenthal dijo que su tractor, que usa componentes ampliamente
disponibles, tiene el potencial de ayudar a los cubanos.

"Yo quería hacer algo que pudiera unir a los pueblos", dijo, "y pienso
que es el mejor vehículo que he podido encontrar".

Source: La empresa de tractores a la que el gobierno cubano le cerró la
puerta en las narices | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article112628483.html

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