Thursday, December 06, 2012

Alan Gross: Morir a plazos

Alan Gross: Morir a plazos
Jueves, Diciembre 6, 2012 | Por Jorge Olivera Castillo

LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Las últimas fotografías de
Alan Gross -el subcontratista norteamericano purga una condena de 15
años por traer equipos de comunicación para la pequeña comunidad judía
que aun permanece en Cuba- me recuerdan a los internados en Auschwitz,
el tristemente célebre campo de concentración que Hitler ordenó
construir en Polonia.

La instantánea que trae a mi memoria ese oscuro pasaje de la historia
fue tomada este mismo año, en los predios del Hospital Finlay.

Su deplorable aspecto, no concuerda con los partes oficiales. Una simple
observación echa por tierra las versiones edulcoradas sobre la salud del
reo. El contraste en lo que se afirma y lo que muestran las fotografías,
refuerza la tesis sobre las macabras intenciones del gobierno cubano al
detener a Gross , en La Habana, el 3 de diciembre de 2009.

Muchos pensamos que la causa principal del arresto y la fuerte condena
de Gross, fue una calculada estrategia de la dictadura para presionar a
la administración Obama para que libere a los 5 espías cubanos presos en
cárceles estadounidenses, desde 1998.

Los voceros del régimen cubano han planteado abiertamente el intercambio
de prisioneros como única salida al asunto, que mantiene congeladas las
posibilidades de avanzar en una recomposición de las relaciones entre
ambos países, tal y como lo ha planteado el inquilino de la Casa Blanca.

Razones sobran para entender la postura norteamericana. Ante todo, Alan
Gross no es un espía. Las cuatro o cinco veces que entró a la Isla lo
hizo sin nombres falsos, ni instrumentos para obtener información
sensible, algo muy diferente a lo que mostraron las evidencias
presentadas en el juicio a los cinco agentes de la Inteligencia cubana.

Respecto a la grotesca trama, no parece haber una solución inmediata,
salvo que la salud de Gross se quebrante más de lo que se supone esté, y
haya peligro de muerte. La apuesta de sus captores es conservarlo tras
las rejas el mayor tiempo posible para agotar la resistencia de Obama a
acceder al canje, y lograr una victoria mediática. Pero las fotos
indican lo peor. Huesuda apariencia, el rostro marcado por el
agotamiento y una mirada que denota la incertidumbre.

Espero que Alan Gross corra la suerte de Viktor Frankl, el psiquiatra
austriaco que sobrevivió a los tormentos padecidos en Auschwitz, y no la
de los más de dos millones de seres humanos que perdieron la vida en
aquel infierno terrenal.

Salvando las distancias entre Hitler y los Castro, entre el famoso campo
de concentración nazi y la celda donde sobrevive este hombre de 63 años
que ya aparenta 80, es preciso recordar que la probabilidad de morir en
una cárcel cubana, de sufrimiento, enfermedad mal atendida o por
secuelas de una paliza, son altas.

Esperemos que se desate a tiempo el nudo gordiano. De prolongarse esa
situación, el rehén estadounidense corre peligro de no regresar vivo a
casa; o de que el daño para su salud física y mental sea irreversible.
Es hora de que retorne a su país.

oliverajorge75@yahoo.com

http://www.cubanet.org/articulos/alan-gross-morir-a-plazos/

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