Tuesday, November 13, 2012

Una declaración inexacta e incongruente

Una declaración inexacta e incongruente
Martes, 13 de Noviembre de 2012 03:51
Escrito por Osmar Laffita

Cuba actualidad, Capdevila, La Habana, (PD) Una de las conductas que
marcan al cubano donde quiera que esté es su total identificación con la
tierra en que nació, su apego a la soberanía y la independencia de su
patria.

Por tanto, es normal en el pueblo cubano el rechazo a todo tipo de
injerencia o intromisión en los asuntos internos de su país.

Los actuales gobernantes cubanos, por medio de su ministro de Relaciones
exteriores de turno, acaban de mandar un nuevo mensaje poco creíble
acerca del comportamiento de supuestos mercenarios vinculados a la
Sección de Intereses norteamericana en La Habana.

Cuando el gobierno cubano habla de mercenarios se refiere a los
luchadores por la democracia y la libertad que solo buscan por vías
pacíficas el establecimiento del ausente Estado de Derecho en Cuba que
los actuales gobernantes contumazmente desconocen y conculcan
diariamente a los cubanos.

Resulta lamentable que el Ministerio de Relaciones Exteriores haya
lanzado una andanada de acusaciones e injurias contra la Sección de
Intereses de los Estados Unidos (SINA) en La Habana.

La SINA no es una legación ni una embajada y mucho menos un consulado,
pero goza de prerrogativas como si fuera algo similar. Funciona con toda
una logística tal que en La Habana no existe misión diplomática que se
le acerque en cuanto a recursos y personal, tanto diplomáticos como
empleados cubanos.
Esto ocurre porque las autoridades cubanas lo han autorizado; los
diplomáticos norteamericanos se atienen y actúan acuerdo a lo pactado
por La Habana y Washington.

Llama la atención que de manera intempestiva el Ministerio de Relaciones
Exteriores, en la declaración aparecida en la prensa oficial el 2 de
noviembre, diga que el jefe de la SINA viola flagrantemente los
postulados recogidos en la convención de Viena, de la cual los dos
estados parte son firmantes.

Queda claro que cualquier violación del principio de
extraterritorialidad puede conducir a que al diplomático infractor se le
declare persona no grata y en el tiempo establecido tenga que abandonar
el país. Si el asunto es de gravedad, puede conducir al retiro del
embajador y como caso extremo la ruptura de relaciones diplomáticas. En
este caso, al no haber tales relaciones, equivaldría al cierre de la SINA

De acuerdo al largo inventario de acusaciones que se formulan en la
declaración de marras contra la SINA, ninguna es violatoria de la
Convención de Viena.

Todo lo que se haga dentro del recinto de una misión diplomática
corresponde al principio de inmunidad. La presencia dentro de la SINA de
ciudadanos cubanos que sean invitados a determinadas actividades no se
puede considerar como una injerencia en los asuntos internos de Cuba
dado que la actividad no se realiza en territorio cubano, sino
norteamericano, lo que está debidamente admitido y reconocido por el
gobierno cubano.

Es curioso que los redactores de esta declaración, que se supone que
conocen en detalle todos los entresijos diplomáticos, hayan cometido la
pifia de afirmar que dentro de la SINA funcionan de manera ilegal varios
centros de Internet para promover entrenamiento e impartir cursos, algo
que es enteramente lícito. Malo sería que lo hicieran en cualquiera de
los cientos de Joven Club de Computación que funcionan en Cuba.

Resulta ridículo que en la susodicha declaración se denuncie a la SINA
por no haber pedido permiso a los ministerios de Educación Superior e
Informática y Comunicaciones para impartir sus programas docentes y los
servicios de Internet.

Parece que se olvidaron que entre La Habana y Washington no existen
relaciones diplomáticas, por tanto, no puede haber ningún vínculo
intergubernamental: tales autorizaciones serían improcedentes.
Actividades semejantes, que seguro también realiza hace la Oficina de
Intereses de Cuba en Washington, se enmarcan dentro de lo pactado entre
los dos países en el momento en que se abrieron ambas oficinas.

Cierto que hace ya mas de año y medio que al gobierno cubano le resulta
costosa la conexión satelital a Internet porque las leyes del embargo
norteamericano prohíben a las operadoras de cables submarinos hacer
negocios con las empresas de telecomunicaciones cubanas. Pero hace unos
meses el gobierno venezolano informó que ya es totalmente operativo el
cable submarino de fibra óptica tendido de la zona de Camurí, en la
Guaira, Venezuela, hasta la Playa Siboney, de Santiago de Cuba, con una
longitud de 1600 kilómetros y un velocidad de trasmisión de 320
gigabytes, lo que significa 3000 veces la capacidad de conexión que
existe en Cuba actualmente. Lo curioso es que en torno a la operatividad
del cable submarino de fibra óptica existe un gran misterio y el
silencio de los medios oficiales cubanos sobre el asunto es sepulcral.

Por eso resulta poco creíble ese ataque contra la SINA, que dentro de su
legación, atenida a la Convención de Viena, brinda los servicios de
Internet no solo a los que el gobierno llama injuriosamente
"mercenarios", sino también a cientos de cubanos que al ver que el
Ministerio de la Informática y las Comunicaciones no les da ningún
servicio de la red de redes, optan por sacar un turno en los centros de
Internet de la legación norteamericana en La Habana. Algo que es una vía
de escape, porque con los 20 dólares mensuales de salario que ganan la
mayoría de los cubanos ni pensar asomarse a los cibercafés de los
hoteles de La Habana que cobran 6 dólares la hora para poder conectarse
a Internet.

Eso de actividades ilegales, injerencistas, ofensivas y provocadoras, es
bastante dudoso. Antes de lanzar tales acusaciones contra la SINA, es
conveniente que el Ministerio de Relaciones Exteriores mire para arriba
porque el techo que resguarda al gobierno cubano es de un vidrio muy
frágil y cualquier pedrada le puede abrir un hoyo.

Para Cuba actualidad: ramsetgandhi@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/5734-una-declaracion-inexacta-e-incongruente.html

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